Los imprescindibles para una romería perfecta

Desde el amanecer hasta el anochecer, las romerías son una celebración de la vida, la comunidad y la tradición. Es un día para disfrutar de la comida, la bebida y la buena compañía, y para crear recuerdos que perdurarán para siempre en el corazón de quienes participan en esta fiesta tan especial.

Porque, ¿quién no tiene en su memoria una mañana primaveral en el campo, con las sillas de rayas de colores, olor a margaritas silvestres, columpio de cuerda bajo la encina más fuerte y, sobre todo, el aroma y el sabor de los filetes empanados en la fiambrera y el café en el termo? Y es que en medio de la naturaleza, las romerías se convierten en un festín para los sentidos.

En este reportaje vamos a revisitar esos clásicos para revivir los momentos felices que todos hemos pasado sentados en una manta de cuadros en el campo y comiendo en vajilla de Duralex. Para ello, hemos hablado con Celia Lucas, grandísima apasionada de la gastronomía que cuenta con dos libros propios en su haber. Su amor e implicación en los fogones extremeños desde hace más de una década hacen que siempre tenga respuesta rápida a cualquier pregunta culinaria. En Salsa le preguntó qué no debe faltar en una romería tradicional y se acordó de la tortilla de patatas, de los filetes de lomo ibéricos, de la rica chacina de las matanzas y de un buen queso extremeño con Denominación de Origen Protegida. «El pan tampoco debe faltar. Además, a mí me gusta mucho hacer las empanadillas de pringá, que son súper fáciles, solo hay que preparar el relleno con carne de pollo y ternera cocida, añadimos tocino, chorizo y morcilla, los cortamos en brunoise y mezclamos todo, introduciendo la mezcla en la masa de empanadillas. ¡Y al horno!», detalla la cocinera.

«Además, para esta mesa de romería yo pondría un mantel artesano extremeño, como los de Sancha, que son preciosos y bordados a mano, y sobre él, para culminar la jornada no puede faltar un café de puchero y las dulzainas». El objetivo es no olvidar nuestras costumbres e involucrar a la gente joven para que las mantenga vivas.

Precisamente la asociación de mujeres El Pilar de Monterrubio de la Serena ha escrito un libro que aglutina diferentes recetas tradicionales y que tiene un apartado romero. Además del queso curado en aceite de oliva del pueblo, que es una exquisitez, en Monterrubio es muy típico elaborar 'masilla' para el banquete campestre. Para elaborar esta variante del gazpacho, se machan ajos pelados y sal en un barreño de madera. Después se le va añadiendo huevo y pan duro desmigado hasta que espese la masa. Removiendo sin parar se incorpora el aceite de oliva en la parte lateral del barreño para que se vaya ligando el conjunto. «Cuando llevemos ligado medio vaso de aceite de oliva, hay que hacer la prueba del gazpacho: dar la vuelta al barreño y comprobar que la 'masilla' no se cae», explican desde Dehesa de la Serena. A continuación se pican los tomates y se machacan, se agrega agua, sal y vinagre al gusto, y se sirve con pan duro, pepino y tomate cortado en dados.

La romería es un día muy importante en Monterrubio y nadie quiere perderse la 'traída' del santo a la ermita. Por el camino se le van cantando canciones populares y cuando llega al cerro donde está la ermita, se le recibe con bailes regionales, desfile de caballos y canciones del coro romero. Más tarde tiene lugar la misa, el desfile de carrozas y las orquestas comienzan a amenizar mientras van prendiendo las llamas de las barbacoas para los pinchitos morunos y la panceta. Tampoco faltan las chuletitas de cordero adobadas con ajo, perejil, sal, pimienta y vino, y empanadas en harina y huevo. Para acompañar esta piruleta de la tierra, nada mejor que el vino de pitarra en de las bodegas Bravo.

Por último, antes de encaminarse hacia la hamaca, si hay en Monterrubio un dulce típico que destaque por encima de las tortas, magdalenas, perrunillas, brazos de gitano y culebras de almendra es el 'Monte Nevado'. Se trata de una receta de toda la vida que no requiere horno y cuyos ingredientes (leche, huevos, azúcar, preparado para flan y magdalenas) se encuentran fácilmente en cualquier despensa, lo que hace que sea muy rápido y sencillo elaborar. Está riquísimo y en el campo extremeño, si cabe, sabe todavía mejor. ¡Buen provecho!

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