En Salsa | La crítica
Pan de Huerta: Un buen restaurante de hotelRecetas suculentas de mar y montaña, verduras con gracia y postres para el debate en la antesala de la parte antigua de Cáceres
Don Poleo
Jueves, 21 de marzo 2024, 18:42
Hoy comemos en Pan de Huerta, restaurante del nuevo hotel cacereño Casa Pizarro y proyecto gastronómico de 'Quién le pone el cascabel al chef'. La entrada es elegante y palaciega. Nos acomodan en un comedor con vistas al jardín y al museo Helga de Alvear. Sillas modernas y envolventes, aunque no sean tan elegantes como el entorno, plantas naturales (potos y ficus), blanca mantelería en mesas amplias con espacio entre ellas, interesante techo abovedado, se conserva el bonito suelo original y junto a una librería, hay percheros para los abrigos, aunque no los recogen. Servicio uniformado con desenfado azul y beis: joven, femenino, eficaz y agradable. Te hacen sentir a gusto.

Cubertería adecuada y vajilla IDFine (las cambian con cada plato), vasos bonitos, copas magníficas, bajoplatos de anea y un pequeño búcaro en cada mesa con espigas secas. Conclusión: elegancia acogedora, se está bien. La bebida: en la carta de vinos, 46 referencias de 16 orígenes. Diez vinos son extremeños. Es una carta correcta, a lo seguro, con tres guindas sorpresa: tinto Ribera del Duero 'La Zapatera', un vino de parcela; un rosado 'Cuatro Pasos' D.O. Bierzo de bodegas Martín Códax y un blanco de Valdeorras 'Maruxa' de las bodegas Virgen del Galir de CVNE. Por copas, aburrimiento, lo mismo que en el 80% de los restaurantes extremeños: los consabidos verdejo y semidulce en blancos y dos tintos: Resalso y Coloma.

Elegante botella de agua mineral 'Nunen' y, ¡albricias!, pan de primera: de aceitunas, de Pan de Talaván, muy rico. Seguimos subiendo el nivel con un aceite Vieiru de sutil manzanilla cacereña y nos deja fríos un aperitivo de cortesía a base de altramuces y un alioli suave, que, menos mal, no encendía el paladar. La carta es corta, pero variada. El apartado 'Entrantes y huerta' es el más original: ensalada de cecina, alcachofas con papada, zanahorias con cremita de chirivía… Las carnes y pescados son más previsibles, aunque encontramos algunas sugerencias distintas y optamos por ellas.

Empezamos con un entrante a base de huevos rotos con gambones y pajaritos. Lo de los pajaritos se supone que es para hacer trabajar a las camareras. Les preguntamos por ellos y resulta que son carabineros. Pues vale. Centrémonos: llegan en un bonito plato de cerámica (parece de Talavera pero es Made in USA). Sabrosos los carabineros, abundantes tropezones de gambones, es un plato feo, batiburrillo, pero mezclas, pruebas y crece en belleza. Además, avanza una virtud de Pan de Huerta: la maestría del chef, Benito Sousa, para ensamblar lo que ha dado en llamarse mar y montaña.

Esa habilidad se multiplica en uno de los platos importantes de la carta: el solomillo de ternera cacereña con bogavante. Extraordinario el producto, colosal el solomillo, lograda la salsa y una simbiosis marisco-carne que alcanza altas cotas de delicia. Se trasciende una primera impresión de plato para nuevos ricos: juntamos dos productos premium y que sea lo que dios quiera. Pero no: tiene sentido, tiene discurso, tiene fundamento…

Pedimos una llamativa por diferente corvina macerada en mandarina y alga nori con gazpachuelo. Es un plato especial, divertido, tan fresco como refrescante, con resonancias peruanas y exotismo convincente.

Menos estímulos nos provocó la terrina de cordero pascual con mole extremeño. Delicado plato, bien emplatado, con plausible esfuerzo por ser distinto. Se come fácil, con gusto, pero no provoca emociones, lo olvidas.

Los postres: modernos, raritos, incitan a la polémica y a la discusión. El brownie de chocolate blanco descoloca, no es lo que esperas, ni brownie evidente ni chocolate pujante, recuerda a las tartas extrañas que sirven las madres modernas en los cumpleaños infantiles. El arroz con leche es complejo, inexplicable, olvídense de todos los arroces con leche que hayan probado y opinen sobre una espuma con granos de arroz y toque de polvorón. En cuanto a la tarta de torta del Casar con frutos rojos, presentación bonita, fuerte sabor a torta, gustará a quienes busquen intensidad y defraudará a los golosos.



Fue un divertido final, lleno de debate entre vanguardistas e integrados, para una buena comida.
Pan de Huerta

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Dirección Calle Pizarro, 12
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Localidad Cáceres
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Teléfono 927 83 01 08
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Horario Lunes cerrado. Domingo: comida. Resto: comida y cena
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Terraza Sí
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