En Salsa | La crítica

Acho Tú, con margen de mejora

En las Vegas Bajas del Guadiana, En Salsa ha visitado y recomendado tres restaurantes interesantes: El Corral del Rey en Barbaño, Ranieri y Zalaque en Montijo. Estos restaurantes siguen marcando tendencia y se van sumando otros como el que nos ocupa esta semana. Se encuentra en Torremayor, a un paso de Montijo, en la carretera que va a Mérida, y tiene un nombre muy extremeño, muy de la zona: Acho Tú Gastrobar.

Lo llevan dos chicas: Henar Iglesia en la cocina y Toñi Sánchez en la sala y en la barra del animado bar que precede al restaurante. El empeño debe de ser un éxito en la zona porque el domingo pasado, el comedor tenía mucha clientela y no es una sala pequeña, sino un salón amplio y muy bien puesto. Mesas cuadradas y redondas de madera con la base de sólido metal permiten una comida desahogada y sin aprietos. Las sillas, en color marrón y mostaza, bonitas y acogedoras, son cómodas y envolventes y se ha mimado la decoración: una pared está empapelada con motivos vegetales, las lámparas son pertinentes y acordes con el diseño general, cuadros y fotos de estilo actual animan las paredes. Hay cristaleras estéticas y la iluminación natural se agradece.

Acho Tú está en una avenida céntrica de Torremayor y el esfuerzo diseñador lo convierte en un restaurante atractivo y certifica el esfuerzo de la restauración rural extremeña por dar un salto de calidad. Completan el encanto una vajilla moderna y distinta y una cristalería y una cubertería que no desmerecen. El servicio lo atienden chicas vestidas de negro informales y eficaces y el ritmo de la comida es el adecuado.

El pan se hornea en el momento, al menos los domingos. Sorprendentemente, en la carta de vinos solo aparece uno extremeño (Buche) frente a cinco Ribera del Duero, tres Rioja, dos verdejos y un Bierzo, un Jumilla y un Toro. Preguntamos la razón y nos informan de que cambian la carta cada diez días y lo mismo en el próximo cambio todos son extremeños.

En esa carta cambiante, encontramos carpaccio de picaña, torreznos de Soria, berenjenas con miel, croquetas, diversas ensaladas, varias hamburguesas, pulpo, rodaballo, zamburiñas y navajas, carnes ibéricas y tres platos más insólitos: cachopo de ciervo, tacos de magret de pato y canelón de pollo de corral. En los postres, brownie con helado, tarta de queso y mousse de chocolate blanco. De la carta han desaparecido platos muy gastronómicos que nos motivaban como el falso sushi extremeño, el nido de bacalao dorado, el lemon dreams o el fresón de Huelva (mousse de queso con frutos del bosque y helado).

No hay aperitivo de cortesía y empezamos con una ensalada de ahumados con mermelada de higos que nos deja un poco fríos. Está bien el aliño, los ahumados ocupan el centro de un gran bol que contiene un mezclum vegetal tan abundante que el toque del pescado ahumado se pierde, se difumina… Al rato, llega la mermelada de higo, que es simplemente eso, mermelada, y no una salsa reelaborada.

Nos sorprendieron unos huevos rotos con centollo y los pedimos, pero no quedaba centollo y nos ofrecieron cambiarlo por patas de bogavante. Más sorpresa y adelante. ¿Cómo explicar el plato? Las patatas eran como las que se fríen para tortilla, nos habían avisado y estaban ricas. El huevo era un sabroso huevo frito, pero las patas de bogavante eran unas briznas indefinibles, unas tirinas enharinadas y fritas que no aportaban absolutamente nada y te dejaban estupefacto.

Subió el nivel de la comida con un abanico a la brasa. Un detalle: tomamos toda la comida (ensalada, huevo, carne) en el mismo plato, lo que contrasta con el detallismo del entorno. Pero volvamos a la carne ibérica, en su punto, deliciosa, buen producto y con una agradable guarnición de tomates y patatas. De postre, una tarta de queso poco sutil, nada cremosa, muy dulce y con poco sabor a queso. Fue una comida desigual en un ambiente elegante, pero con fallos como que en el baño de caballeros no hubiera jabón ni toallas de papel y no funcionara el secador de manos. Si cuidan esos detalles, Acho Tú Gastrobar subirá al nivel que merece.

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