La sirena del Guadiana

Estefanía Fernández González practicaba gimnasia rítmica de niña. Pero un verano, cuando tenía nueve años, su hermano la invitó a apuntarse con él a un curso de piragüismo. Le gustó tanto este deporte que cambió el tapiz por la piragua y comenzó a surcar el Guadiana a su paso por Mérida, su ciudad natal. Empezó remando en el club emeritense Iuxtanam, donde emprendió un viaje que puede que tenga parada en Tokio en 2021, y es que Estefanía sueña con representar a España en los próximos Juegos Olímpicos.

Ahora, con 24 años e instalada en el Centro Especializado de Alto Rendimiento (CEAR) de Remo y Piragüismo con la Selección Nacional, acaba de ser distinguida por la Fundación Jóvenes y Deporte como Mejor Deportista Absoluta del 2019. «Este reconocimiento, que además, valoro el doble por venir de mi tierra, es una motivación extra después del 2020 tan complicado que hemos tenido. Me anima a seguir y a comenzar el nuevo año con muchísimas ganas», indica. Además, la emeritense recalca la importancia que tienen las ayudas para las personas que practican deportes minoritarios, como el suyo. «Esto no es fútbol y si ya es complicado ser piragüista, es más complicado aún ser piragüista mujer, pues no tenemos visibilidad», detalla. No obstante, destaca que se siente muy apoyada en Extremadura. «Sé que no remo sola».

Confiesa que ser piragüista es su pasión y que gracias al deporte ha adquirido valores que de otra forma hubiera sido imposible. Habla de constancia, sacrificio, de que la recompensa no es instantánea y de que hay más derrotas que victorias. Con su rutina en el CEAR, ubicado en Sevilla, trabaja para potenciar al máximo sus cualidades y por eso realiza un entrenamiento transversal junto a las otras nueve kayakistas del equipo nacional. Son deportistas de alto rendimiento y son las mejores de España. Entrenan de lunes a sábado alrededor de cinco horas diarias, a veces en una sola sesión; a veces, en dos. Los domingos practican descanso activo, esto es, correr un poco, hacer bicicleta… para que el lunes el cuerpo se reactive rápidamente. Todo este esfuerzo para una prueba explosiva de 500 metros que se debe completar en menos de dos minutos.

La última vez que compitió fue el 7 de marzo en Alange, en el Campeonato de Extremadura. Días después, debido a la covid-19, se cancelaron todos los eventos deportivos. Pero por suerte, Estefanía se quedó con el buen sabor de boca que deja el oro. Detalla que se encontraba en un buen estado físico y mental, pero llegó la pandemia y cortó toda progresión. El confinamiento lo pasó como pudo en Mérida, con algo de material que le facilitó el Ayuntamiento para acometer los entrenamientos en casa. «Es la primera vez desde hace quince años que he tenido que parar tanto tiempo», rememora de esa época. «Normalmente de una temporada a otra paramos, pero hacemos descanso activo, nunca en seco. Fue complicado retomar, volver al mismo estado y a los ritmos de competición». Pero lo sobrellevó con un ergómetro, mancuernas, bicicleta estática, y saliendo al Guadiana en cuanto tuvo el salvoconducto. Además, este parón le sirvió para finalizar el grado en Psicología.

«Para grandes retos, grandes sacrificios». Es la frase de cabecera de Estefanía Fernández, que se enfrenta al gran reto de acudir a Tokio en 2021 representando a España. Competir en unos JJ OO es el objetivo más alto de un deportista. «Sería la mejor recompensa después de tantos años de esfuerzo y renuncias». La extremeña reconoce que es muy complicado, aunque el equipo de kayak femenino lleva varios años obteniendo buenos resultados. «Es difícil, pero no imposible. Por tanto, siempre que haya una mínima posibilidad, lucharé por ella, aunque disfrutando del camino», asiente.

Actualmente acaba de comenzar la pretemporada. A principios de año se abre el calendario de competición. Tras el Campeonato de Extremadura tendrá lugar el Campeonato de España, donde intentará arañarles segundos a sus propias compañeras de equipo, pues las primeras embarcaciones se clasificarán internacionalmente para el preolímpico en Alemania.

En los pasados juegos de Río de Janeiro, en la prueba olímpica individual de 500 metros, la húngara Danuta Kozák consiguió el oro con una marca de 1'52''. Pero los tiempos van evolucionando e influyen muchos factores, por lo que actualmente 1'45'' sería un tiempo de pódium. Estefanía rema cada día para tumbar su mejor marca personal: 1'49''. Al determinarse la campeona por el sistema foto-finish, toda milésima de segundo cuenta. Por lo tanto, la piragüista emeritense necesitará sobre su kayak algo de suerte, pues ya cuenta con el viento a favor de su esfuerzo y el apoyo de toda una región.