De la rebotica a la jaula del martillo

En su día a día viven en la rebotica rodeados de pastillas, geles hidroalcohólicos, mascarillas, recetas y demás productos que puedas encontrar en una farmacia, pero varias veces a la semana se quitan la bata y se enfundan en su equipación deportiva del Club Deportivo Atletismo Badajoz para meterse en la jaula de lanzamientos de La Granadilla. Son los hermanos Jorge y Luis García Doncel, de 55 y 60 años, respectivamente. Cada uno de ellos regenta una farmacia en la capital pacense, Jorge en la avenida Fernado Calzadilla y Luis en Damián Téllez Lafuente. Ambos reconocen que la pandemia ha supuesto tiempos difíciles para su profesión: «Nos llegaba gente tosiendo, sin mascarillas, sin guantes, precios desorbitados...».

La afición al lanzamiento de martillo y disco es muy reciente y casi forzosa, aunque Jorge tuvo un pequeño acercamiento hace muchos años. «Con 18 años vine aquí con un amigo y nos quisimos meter en la jaula, se puede decir que casi nos echaron. Nos pusieron en una esquina del complejo y realizamos pocos lanzamientos, justo hasta que mandamos el martillo casero a un chalet y no pudimos recuperarlo», recuerda con nostalgia.

Hasta que hace tres años, Jorge habló con Luis Carretero, entrenador en el club pacense de los velocistas Vicente Antúnez y David García, y le dijo que era una pena que el equipo no optara a más en las competiciones de atletismo por los lanzamientos y no se lo pensó, «aunque sea para sacar el martillo cerca de la jaula». La charla fue rápida.

-¿Qué hay que hacer?

-Pues martillo...

- Pues venga, yo martillo.

-Y también necesitamos disco.

- Pues mi hermano Luis tira también.

Tras esa conversación estos dos hermanos han ido evolucionando y ya han estado en el campeonato de España, organizado en San Fernando, de Europa, celebrado en Madrid, y del Mundo, disputado en Málaga, en categoría Máster. Aún recuerdan cómo les miraban en las primeras competiciones regionales. «Nos miraban raro», comentan divertidos.

Este año será la primera vez que compitan en la misma categoría por edad. En el grupo de 55 a 59 años, ya que pese a que Luis ya cumplió los 60 años, «los atletas que cambien de categoría (cumpla años) durante el campeonato participarán en la que pertenezcan el día de su primera participación», recoge la RFA. El hermano mayor comenzó este 2021 con 59. «Siempre he hecho mejores marcas que él y este año que estamos juntos me gana», dice Jorge algo 'picado'. Se refiere a la última participación de ambos en el Campeonato de Extremadura de lanzamientos celebrado en febrero en el que Luis alcanzó los 33 metros y Jorge los 32, la mayor distancia alcanzada con martillo a día de hoy por los García Doncel.

Los dos hermanos progresan cada año y van evolucionado. En el campeonato de Europa consiguieron un 11º puesto y Luis apunta que en el del Mundo llegó con la peor marca de disco de los participantes, la 50, y acabó en un más que meritorio puesto 20. «Muy bien. Pensaba que era el último y acabar el 20... Eran todos de dos metros, fuertes, con nutricionistas, tenían preparador físico... tienen de todo. Muchos han sido campeones en su país cuando eran jóvenes y ahora siguen compitiendo. Es difícil. Llegamos para aprender y muy contentos», enfatiza el hermano mayor.

Luis destaca que el lanzamiento es técnica, todo técnica. «Mucha gente se piensa que la fuerza del lanzamiento se hace con los brazos y no es así. A mi me gusta mucho el lanzamiento porque es todo técnica y como aún no la he pillado pues sigo aprendiendo». Ambos hermanos apuntan que pese a acudir solo dos o tres tardes a la semana a la Granadilla no paran de 'entrenar' con youtube. «Vídeos a todas horas. Nos envíamos vídeos de lanzadores y ahí se aprende mucha técnica».

Otra gran ayuda les llega con viajes a unos 40 kilómetros de la capital pacense, en Montijo. Los dos hermanos han trabado una gran amistad con el rey de los lanzadores de martillo en España: el olímpico y diez veces campeón de España Javier Cienfuegos.

«A Javi fuimos a verle y volvimos asombrados. Pensábamos que iba a ser un divo y nada de eso. Campechano y una persona cercana. Nos despidió con un 'Volved cuando queráis'», rememora Luis.

Ambos se miran cómplices y se ríen contando que le pidieron a Cienfuegos que no les dijera todos los defectos que les veía, que solo les señalara uno para trabajarlo durante dos semanas y regresar para que les dijera otro. «Volvimos tras dos semanas practicando para no repetir el error señalado y al preguntarle que nos dijera otro nos dijo que el mismo», ríen a carcajadas los dos farmacéuticos. A raíz de este viaje y otros posteriores ha surgido una gran amistad con él, con su mujer, con Antonio Fuentes y Ana (hija de Antonio).

Al hablar con ellos uno se da cuenta rápido de lo ilusionados que están con esta práctica deportiva. «Normalmente con la gente con la que competimos hicieron su mejor marca hace 20 años y nosotros como hemos empezado tan tarde vamos mejorando», subraya Luis. «Tenemos tantos errores que al pulirlos vamos lanzando más lejos», acentúa Jorge.

Además, no se contentan con lanzar el martillo y disco, sino que ya han comenzado con la jabalina y ahí no paran. Ya se marcan nuevos desafíos. Luis desea participar en un pentatlón de lanzamientos que consiste en cinco pruebas: martillo, peso, disco, jabalina y martillo pesado (más de once kilos). Ganas e ilusión no les falta a los lanzadores farmacéuticos.