Los cacereños se lanzan a la Ronda Sureste
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El uso intensivo de la variante, que abrió al tráfico el lunes después de tres años en obras, no se ha hecho esperar por conductores, paseantes, ciclistas y otros deportistasApenas habían transcurrido este martes 24 horas desde que el lunes entrara en servicio la Ronda Sureste de Cáceres y el uso de la flamante circunvalación, cuyos trabajos se han prolongado durante algo más de tres años, no se ha hecho esperar. Era una infraestructura muy deseada por personal de servicios sanitarios y de emergencia, como ambulancias o coches de bomberos, pero también por los miles de usuarios que a diario sufren los atascos que colapsan en hora punta Miralrío y Vadillo.
Muchos la estrenaban por necesidad pero también hubo quienes en esta segunda jornada operativa, tanto transeúntes como conductores, la recorrieron por pura curiosidad, para descubrir el nuevo cinturón de circulación y sus vistas a la Ciudad Monumental y a la ladera de la sierra.
«Ha quedado muy bien, es muy práctica y se ve muy bonita la parte antigua», transmitía desde su vehículo María.
Ya en la primera tarde abierta a los coches, hubo tráfico fluido en esta carretera que conecta la salida de Trujillo con la de Miajadas y, desde primera hora del martes, además de vehículos, paseantes, ciclistas y personas practicando deporte, recorrían algún tramo de la vía, cuya longitud total son 3.800 metros.
La profesora de autoescuela Olga Garrido y su alumno Iván Álvarez realizaban por primera vez un trayecto que «parece una autopista por lo nueva que está», según contaba su aprendiz.
«Aunque es cómoda y las glorietas están bien señalizadas, las bajadas van a ser peligrosas en algunas curvas y el coche se te puede ir a las biondas», advertía la profesional, que no comparte el límite de velocidad establecido, 50 kilómetros por hora, como la Ronda Norte. «Las circunvalaciones son para dar fluidez y agilizar el tráfico y no lo veo bien».
Alberto Villa, de Cafés Brezo la usaba por trabajo. «A nosotros nos va a venir muy bien porque nos desplazamos por toda la ciudad y la provincia. Ahora vengo desde Trujillo y voy al polígono de Charca Musia», ilustraba.
Magdalena Cortés, con residencia en Mejostilla, contaba que la variante le facilitará las visitas a su hija, que vive en Aldea Moret. «Me resulta más cómoda y rápida ésta que la Ronda Norte», explicaba la mujer, que la usaba por segunda vez.
«Me resulta más cómoda y rápida ésta que la Ronda Norte para ir a Aldea Moret»
magdalena cortés
Otro conductor, Jorge Parejo, se dirigía a su domicilio en Nuevo Cáceres después de entrenar en el Cuartillo. «Me estoy preparando para Policía Nacional y ya no tengo que salir tan pronto de casa. He tardado diez minutos, cuando antes por Miralrío eran 20», detallaba. «Además, el coche tiene menos desgaste y ahorro combustible», sopesaba.
En Nuevo Cáceres también reside Enrique, que este lunes hacía en bicicleta el recorrido hasta el entorno del campus universitario, donde trabaja. «Estoy probando para comprarme una eléctrica para ir al trabajo, porque en la vuelta hay algunos repechos», relataba este experto en jardinería, que considera que se han plantado los árboles «adecuados».
«Desde donde vivimos vamos a estar en cinco minutos en cualquier parte del centro, antes nos sentíamos como apartados»
pEDRO rODRÍGUEZ Y RICARDO JIMÉNEZ
«Se ve que lo han hecho con conocimiento porque hay moreras, alguna catalpa, encinas, alcornoques y almeces que resisten bien el calor», apostillaba.
En bicicleta iniciaba el trayecto desde la rotonda de Maltravieso Carlos Martín, trabajador de la biblioteca que se mueve en este vehículo por la ciudad. «A los ciclistas nos va a venir muy bien porque nos quitamos San Francisco, que es muy peligroso».
Urbanizaciones
La senda peatonal para caminantes, patinadores, corredores y ciclistas es todo un filón si además son vecinos de las urbanizaciones de un extremo y otro de la vía. Es el caso de Ricardo Jiménez y Pedro Rodríguez, con vivienda en el residencial Universidad. Este martes modificaban la ruta diaria que hacen por los caminos de la Montaña.
«Estamos contentos, vamos a completarla hasta el final. Además, desde donde vivimos vamos a estar en cinco minutos en cualquier parte del centro, cuando antes nos sentíamos como apartados», confesaban.
Desde Cáceres El Viejo había salido, por su parte, Mar Moreno, habituada también a hacer ejercicio caminando. «Lo que no me gusta es el color albero del carril porque refleja mucho y es molesto. Muy bonito estéticamente pero poco práctico», sentenciaba.
Las mascotas no fueron menos y pisaron el asfalto con sus dueños, como Kobu, el perro de agua de Olga Cerrudo y Sergio Morán, madre e hijo, y vecinos de Maltravieso. «Si la semana pasada hubiera estado abierta nos habríamos ahorrado los atascos para ir las pruebas de la EBAU», refería ella.