«La casa y el jardín del Baluarte de los Pozos de Cáceres son de los Quirós desde 1892»
La familia que ha llevado el caso a los tribunales alquiló al Ayuntamiento en 2003 las fincas por 168.000 euros
Dos fincas urbanas vinculadas al Baluarte de los Pozos y que forman parte de la Judería cacereña fueron alquiladas por la familia Quirós Terrón al Ayuntamiento. El contrato arrancó el 8 de octubre de 2003 con una duración de 10 años. Luego se ha ido renovando y terminará en 2023. El importe inicial fue de 168.000 euros, con el IVA incluido. Es decir, a razón de 1.400 euros mensuales y con cargo al Plan de Excelencia Turística.
Entre las condiciones que recoge el acuerdo entre quienes se atribuyen la propiedad del enclave y la administración destaca el fomento y la promoción turística y cultural de la ciudad. También hay una cláusula que da prioridad al Ayuntamiento para adquirir los inmuebles, con derechos de tanteo y retracto, si sus dueños deciden ponerlos a la venta en algún momento.
«Nos pertenece desde hace más de un siglo», refrenda la familia en conversación con HOY. La casa del número 17 de Barrio de San Antonio la compró Francisca Quirós Ceresoles el 23 de julio de 1892, sostiene. «A su muerte la heredan sus hermanos don Mauricio y don Gonzalo Quirós Ceresoles, el 28 de julio de 1921», confirma María Jesús Terrón, que aporta fechas y datos por teléfono y por escrito a este medio. Terrón es usufructuaria con carácter privativo y «por título de herencia», según el registro. Es la viuda del anterior propietario, el médico Luis Quirós Macías, y madre de Fernando y Luis, los dos hermanos que han llevado el caso a los tribunales. El contencioso se sigue en juzgado sobre causas administrativas número 2 de Cáceres, que ha admitido a trámite en un decreto el recurso.
La familia avanza que en los últimos días también se ha presentado ya la demanda. María Jesús Terrón elude hacer valoraciones y prefiere remitirse a los datos. Lo hace, explica desde su domicilio en Madrid esta mujer octogenaria y con formación jurídica, porque no quiere perjudicar a sus hijos en cualquier detalle, por nimio que parezca, en el proceso judicial abierto. El Ayuntamiento decidió en el pleno del pasado 20 de octubre personarse en la causa. Terrón defiende que fue Francisca Quirós Ceresoles quien «compra la casa número 17 de la calle Barrio de San Antonio el día 23 de julio de 1892». Es decir, la puerta de acceso al Baluarte y a la Torre de los Pozos. Posteriormente, al fallecer Francisca «la heredan sus hermanos, don Mauricio y don Gonzalo Quirós Ceresoles». Era julio de 1921.
La familia se muestra tranquila ante el proceso ya que hay, defiende, «una escritura de propiedad y de arrendamiento». Según este relato, los dos hermanos que heredaron de inicio, Mauricio y Gonzalo, en el año 1939 «arriendan casa y jardín a doña Juana Cordero Bejarano y al fallecimiento de esta se subroga en el arrendamiento su sobrina, doña Antonia Polo Cordero». Cuando muere Antonia mantienen el alquiler sus hijos. Sin embargo, remata María Jesús Terrón, «en el año 1997 renuncian al arrendamiento». El inmueble «se lo devuelven a mi marido, Luis Quirós Macías», certifica.
Fernando García Figueroa, familiar de los arrendatarios, en un artículo publicado en HOY el pasado viernes, confirma la propiedad inicial de Mauricio Quirós. «Mi familia ha sido arrendataria de este 'torreón y huerto' por más de 50 años», incide. María Jesús Terrón lo concreta más: «Desde el año 1939 hasta el 1997 estuvieron de arrendatarios. 56 años».
«Si tienes en cuenta cuándo se compró, la casa y el jardín llevan con la familia 130 años, más de un siglo»
MARÍA JESUS TERRÓN, MADRE DE LOS HERMANOS QUE HAN PRESENTADO EL RECURSO JUDICIAL
«Si tienes en cuenta el año que se compró hasta el día de hoy, llevan en poder (de los Quirós) la casa y jardín 130 años. Más de un siglo», concluye. García Figueroa, en su escrito, apunta que, a «finales de los años 90», Luis Quirós «nos pidió por favor si podíamos extinguir el arrendamiento, puesto que él tenía intención de venirse a vivir a Cáceres». Poco después falleció. Su viuda corrobora esa versión. «Mi marido quería que arreglásemos la casa pero le diagnosticaron un cáncer y eso se paró», afirma.
No obstante, aclara que como propietarios llegaron a hacer reformas, hace años, como las que corresponden a las bóvedas que se repararon «a mano». «Hubo que utilizar un mallazo. El arquitecto fue Román Pareja Obregón», cuenta la madre de los hermanos Quirós, que han contratado a la abogada Begoña de Lucas para llevar el caso.
María Jesús Terrón pone más ejemplos: el contrato de arrendamiento con el Consistorio, que pretendía potenciar la Judería con nuevas propuestas; el pago del recibo del IBI que certifica según la familia su propiedad; o la licencia de las obras que se hicieron en su día. El contrato alude al pago de 168.000 euros durante 10 años, entre 2003 y 2013. El Consistorio tiene preferencia de compra, se concreta. El arriendo se renueva de 2013 a 2018 y de 2018 hasta 2023. Del mismo, según el Gobierno local, «no se extrae en ningún caso que la propiedad vaya más allá que los propios inmuebles alquilados». Solo afectaría, replica, a los inmuebles del centro de interpretación, pero en ningún caso a la Torre de los Pozos y al Patio de Armas.
Un arrendamiento para uso cultural y turístico, no como vivienda
La versión de la familia Quirós Terrón, que tiene el caso en los tribunales, es que el registro confirma su propiedad de las fincas del baluarte. No es una cuestión menor, defiende María Jesús Terrón. Tanto el Patio de Armas como la propia torre solo tienen acceso al exterior desde su casa. Hay un contrato de arrendamiento con el Ayuntamiento sobre dos fincas «para uso distinto del de vivienda», según el acuerdo.
Si el contencioso se alarga podría darse el caso de que se bloquease el acceso a una zona en la que se ha abordado una enorme inversión de reforma con fondos estatales. Precisamente, esas obras sobre las que no fueron consultados los Quirós son las que han abierto el litigio. «Se han cargado y han vaciado el jardín, que forma parte de la casa», defiende la familia.
Entre otros árboles, había una higuera y un caquis, precisa la viuda del que se considera fue médico propietario. El Catastro alude a una parcela de 643 metros cuadrados de superficie gráfica «construida sin división horizontal». La superficie edificada en el 17 de Barrio de San Antonio es de 156 metros en un inmueble, informa, de uso cultural. La última palabra la tendrá el juez de lo Contencioso.
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