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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Altar del Cristo de la Espina y la Virgen de la Amargura en el convento de las Descalzas. JOSÉ VICENTE ARNELAS

Una Semana Santa para ver de cerca las imágenes de Badajoz

Dentro de las iglesias ·

Las hermandades han colocado a sus Cristos y Vírgenes en altares casi a ras del suelo para que, a falta de procesiones, los fieles puedan venerarlos

Viernes, 26 de marzo 2021, 21:07

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Empieza una Semana Santa dentro de los templos. Sin procesiones por segundo año consecutivo debido a la pandemia, las hermandades pacenses han preparado altares temporales con sus imágenes, colocándolas casi a ras del suelo para que los fieles puedan contemplarlas y venerarlas con una cercanía imposible cuando están encima de sus pasos.

Haciendo de la necesidad virtud, las composiciones que han preparado las hermandades ofrecen una oportunidad única de disfrutar de la imaginería pacense como nunca se ha visto: al detalle y con originales composiciones de una Pasión, en la que el esmero de las cofradías –que no han escatimado en mostrar sus estrenos y sacar sus mejores joyas– y el valor patrimonial de las tallas, convierten a la ruta por los altares en una visita obligada durante esta Semana Santa.

En los templos del Casco Antiguo se pueden ver los altares de ocho de las once hermandades pacenses, los otros tres están en las iglesias de San Roque, San Fernando y el Cerro de Reyes. Con horario de visita y el aforo reducido a la mitad, las iglesias ofrecen este año una Semana Santa íntima, en la que los fieles tendrán a sus imágenes cara a cara.

La Virgen de la Soledad está preparada sobre su paso, pero sin el palio, dentro de su ermita. JOSÉ VICENTE ARNELAS

La Soledad | De Viernes Santo coronada

Si uno se asoma a La Soledad verá que la Patrona, el Ecce Homo y el Amarrao están preparados como si fueran a salir en procesión. La hermandad de La Soledad es la única que ha montado sus pasos, en lugar de hacer altares. «Queríamos darle la mayor naturalidad y normalidad posible», explica su hermano mayor, José María Blanco.

En el centro, la Virgen luce coronada pero sin palio, una imagen entre el esplendor del Jueves Santo y la austeridad de la procesión del rosario. Con la saya y el manto negro bordado en plata de 1900, la patrona abandona por unos días el luto que lleva guardando desde hace un año por las víctimas de la pandemia. No han querido renunciar a ponerle su diadema, para que este año que está más cerca de los fieles, puedan ver la gran joya de su ajuar. El conjunto de la Patrona se completa con su candelería, el adorno frontal de su paso y la cruz de guía del Jueves Santo a su espalda.

A su derecha el Ecce Homo, que estrena su paso de orfebrería en metal plateado realizado en los talleres Angulo de Lucena (Córdoba) y, a su izquierda, el Amarrao en su paso de misterio completo, que se estrenó en 2019 y que aún no ha podido realizar su estación de penitencia, ya que aquel año –el último con procesiones– tuvo que darse la vuelta a la altura de La Cubana por la lluvia.

La composición de la Hermandad de la Soledad se completa con el templete de San José, el bacalao, el estandarte de la Virgen y un maniquí con el hábito de nazareno.

Las Descalzas | Juntos, camino del Calvario

En el convento de las Descalzas, el altar que ha preparado la Cofradía del Cristo de la Espina ofrece una imagen inédita: la Virgen de la Amargura a la vera del nazareno camino del monte Calvario. «No queríamos que el altar fuera una exposición de las imágenes, sino que estuvieran integradas para darle un sentido», explica Ana Sánchez Barriga, la hermana mayor. Un metro más bajo de lo que es habitual ver al Cristo más venerado de Badajoz, el altar está montado sobre un tablero, lucido con uno de los respiraderos y las ánforas del paso de palio, los faroles de escolta del paso del Cristo y, en el suelo, dos ánforas con eucaliptos, que fueron las primeras con las que procesionó la Amargura.

La Espina va con su carrasquilla y estrena un broche, regalo de un hermano, con la cara de la Virgen tallada en coral. La Amargura lleva en su mano el sudario de la cruz de guía y va vestida con su saya granate bordada en oro y un manto de camerín a juego que se lo ha prestado la Hermandad de las Viñas de Jerez de la Frontera. El conjunto se completa con el pendón de la hermandad.

Los altares de la Oración en el Huerto, la Virgen de los Dolores y el Prendimiento, en la iglesia de La Concepción. JOSÉ VICENTE ARNELAS

La Concepción | Dos altares, cinco imágenes

La Hermandad de la Oración en el Huerto ha preparado sus altares con sus tres imágenes titulares a ras del suelo. En el centro, la Virgen de los Dolores, con el techo de palio a modo de telón. El propósito, explica la hermana mayor, Mariví Valor, «es que los fieles puedan ver esta parte del palio, que tiene la imagen de la Inmaculada Concepción, y que durante la procesión no se aprecia». Sobre su peana, la dolorosa va vestida con su saya más antigua, la de terciopelo negro bordada en plata y su manto de salida. Su altar se completa con los varales y los faroles de cola del paso de palio.

A su derecha, la Oración en el Huerto, donde los fieles podrán ver al Cristo de la Humildad recién restaurado. La hermandad ha colocado el misterio completo tal y como sale en procesión: con sus apóstoles, los ángeles y el icónico olivo. A la izquierda de la Virgen, el Prendimiento, sobre una peana de romero y olivo, sus cuatro faroles de procesión y la cruz de guía del Lunes Santo detrás.

En La Concepción, también ha montado su altar la Cofradía de la Vera Cruz. El peso de la talla del Cristo del Amor requería de más brazos de los que las restricciones sanitarias permiten para bajarlo y lo han mantenido en su altar, engalanado con sus cartelas de orfebrería, parte de la candelería de la Virgen, dos hurricanes y el llamador de su paso, que reproduce la Catedral. La que sí está más cerca es la Virgen de la Consolación, sobre su peana y ataviada primorosamente con la saya púrpura bordada en oro, fajín, su manto de salida y su corona sobredorada. El conjunto se completa con la cruz de guía, imagen titular también de la Vera Cruz, y el llamador de la Virgen dedicado a los costaleros.

Altar con la imagen de la Piedad, expuesta en la parroquia de Santo Domingo. JOSÉ VICENTE ARNELAS

Santo Domingo | El Mayor Dolor estrena saya

La Hermandad ha preparado dos altares. Uno con el Amparo y la Virgen del Mayor Dolor juntos. La dolorosa de Lastrucci estrena saya blanca adornada con los apliques del traje de luces del torero Paco Herrera y el nazareno también de estreno, con túnica burdeos lisa. Para su composición han usado el frontal del paso del Amparo y la candelería del paso de palio. El segundo altar lo compone La Piedad, con su manto y rostrillo de procesión, mientras que la imagen del Cristo de la Fe, no se ha movido del altar mayor de la parroquia.

San Andrés | Una procesión estática

En la capilla que la Hermandad del Descendimiento tiene en San Andrés, han recreado en su altar una procesión estática: con su cruz de guía, las bocinas de esa música que acompasa a los pasos, las velas, el negro y el verde de sus nazarenos en el telón de fondo, las columnas de flores, los costales, fajas y alpargatas de los costaleros y el olor a incienso.

Solo hace falta cerrar los ojos para ver en movimiento a la imagen más poderosa de la Semana Santa pacense, el Descendimiento, y a su lado, la Esperanza, más cerca que nunca para poder apreciar su belleza. Su cortejo inmóvil se completa con el estandarte de la hermandad, el libro de reglas y un faldón granate con un medallón del Descendimiento pintado al óleo en el centro.

San Agustín | Dolor y gloria

En San Agustín se pueden ver los altares de las hermandades del Santo Entierro y del Resucitado. A la izquierda, según se entra a la iglesia, se exponen en la primera capilla las imágenes del Yacente y la Virgen de la Lágrima, en una composición que recrea el momento de la unción del cuerpo del crucificado. «Hemos querido mostrarlo fuera de la urna para que la gente pueda rezarle en primera línea», argumenta Mamen Gutiérrez, hermana mayor. La Lágrima, junto a él, se ha vestido al estilo antiguo con rostrillo a la caja y su manto y saya de procesión. En la capilla siguiente, la hermandad expondrá al Yacente articulado, que procesionaba en la urna antiguamente, que estará custodiado por algunas insignias de la hermandad.

Las capillas que están en frente las ocupa la Hermandad del Resucitado, que dedica un altar a la Sentencia, con el Cristo de la Caridad como protagonista, con la túnica blanca y el manto adamascado. Mucho más bajo de lo habitual, este altar que simula el salón del trono de Pilatos es una oportunidad de contemplar todas sus figuras: los romanos, el propio Pilato, su esposa Claudia Prócula y el niño esclavo. En la contigua, se exponen al Resucitado y a la Virgen de la Aurora de reina y, entre ambos, la cruz de guía de la hermandad. En este conjunto, que es una alegoría de la resurrección, se muestran dos estrenos: la canastilla trasera labrada del paso del Cristo y la bambalina lateral del paso de palio.

San Roque | Palmas y silencio

La hermandad con sede en San Roque le ha dedicado altares a sus dos estaciones de penitencia: la del Domingo de Ramos y la del Viernes Santo. En el baptisterio se representa la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, con la burrita en el centro, el apóstol San Juan a un lado portando una palma rizada, y la Virgen de la Palma al otro. El altar, donde predomina el rojo de la Hermandad y el morado de la Cuaresma, luce en su frontal uno de los respiraderos del paso de palio, en cuyas cartelas se narra parte de la vida de la Virgen. «Lo que pretendemos es siempre la enseñanza, la catequesis», dice su hermana mayor, Marisol Sánchez. La otra capilla está dedicada al Cristo de la Paz, que rezuma recogimiento. Sujeto sobre dos horquillas, está custodiado por la cruz de guía y sus cuatro hachones.

San Fernando y Cerro de Reyes | En el altar mayor

En la parroquia de San Fernando se puede ver por primera vez en 50 años a la Angustia y a la Misericordia juntos en el altar mayor. La Virgen estrena diadema en filigrana de plata donada por una familia de hermanos. En el Cerro de Reyes, la Virgen del Dulce Nombre de María, también está el altar, con la saya y manto de salida.

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