«Pusieron un poste de la luz provisional delante de mi garaje y lleva ahí 7 años»

Joaquín Maestre ha aprendido a ignorar los sensores de proximidad de su coche. A diario, cada vez que entra o sale del garaje de su casa se descontrolan. El motivo: un poste de la luz a pie de acera que le obstaculiza el acceso. Lleva ahí siete años y no consigue que lo retiren pese a que se lo ha pedido por escrito a Endesa y al Ayuntamiento, lo ha denunciado ante la Policía Local y el juzgado de guardia y, por último, ha acudido al Defensor del Pueblo.

El poste que sujeta el cableado del suministro eléctrico lo colocaron en 2013. «Lo pusieron sin avisarnos delante de la puerta de mi garaje. Los cables iban por la fachada del vecino pero se desprendió parte de la pared y pusieron el poste de madera para sujetarlos», relata.

«Nos dijeron que iba a ser provisional, que estaría un par de semanas o tres hasta que se arreglase la fachada y que lo quitarían. De eso han pasado siete años y sigue ahí», se lamenta.

El poste de la luz invade quince centímetros la puerta de su cochera y está dentro del espacio de vía pública que tiene autorizado para la entrada y salida de vehículos y por el que paga el impuesto de vado permanente.

El mayor inconveniente es que para entrar o salir de la cochera tiene que invadir toda la carretera, ya que el poste no le deja ángulo para hacer el giro. «Tengo que hacer muchas maniobras, esta calle –Alfonso XIII, en San Roque– es muy transitada y se estrecha a la altura de mi casa y la única manera de meter el coche en el garaje es subirme a la acera de enfrente y dar marcha atrás en línea recta. No es ni para unas prisas ni para una urgencia», explica.

«Pero si hay un coche aparcado en la acera de enfrente, entonces yo no tengo manera ni de entrar ni de salir», añade. Eso él, su mujer –dice– ha desistido y se niega a usar la cochera.

Tras dos años de paciencia, decidió solicitar a Endesa la retirada del poste y una solución alternativa para sostener el cableado. Lo hizo con varios escritos. «Llegó un momento en el que me dijeron que no lo iban a quitar», asegura.

Por su parte, la compañía eléctrica asegura que no tiene inconveniente en quitar el poste pero que antes necesita la autorización de los propietarios de las casas para grapar los cables en sus fachadas. Una de las autorizaciones que necesita es precisamente la de Joaquín Maestre y asegura que se lo han requerido en dos ocasiones (en 2017 y 2019) sin que les haya contestado. El vecino, por su parte, niega que haya recibido carta alguna de Endesa para pedirle autorización.

Llamó también a la puerta del Ayuntamiento, quien le reconoció en 2017 que no tenían constancia de que se hubiese autorizado la instalación de un poste eléctrico en su calle.

Ese mismo año interpuso una denuncia ante la Policía Local y, su mujer, acudió al juzgado de guardia a exponer la situación. Aparte de que obstaculice parcialmente el acceso a su garaje, temen que se caiga y pueda provocar algún incidente. «Cada vez está más inclinado y cuando hice el rebaje del bordillo para el vado tuve que apuntalarlo con piedras porque se me venía encima».

La última puerta que ha llamado ha sido la del Defensor del Pueblo, quien le requirió información del caso al Ayuntamiento. El Consistorio asegura que el pasado mes de octubre ordenó a Endesa la retirada de esa instalación y que la compañía no ha contestado. «El Ayuntamiento no tiene responsabilidad alguna ni puede hacer más», aseguran fuentes municipales.

Maestre dice sentirse indefenso. «Si Endesa se niega a quitarlo, el Ayuntamiento no tiene ninguna media coercitiva para obligarle y si no lo hace, sancionarle», se pregunta. «Con los medios legales a mi alcance no he sido ningún problema para Endesa, me temo que me quedo con el poste toda la vida ahí. Es como pelear contra un gigante».