Badajoz
Así será el Hotel LisboaReabrirá con 127 habitaciones y destinará tres plantas a eventos y hostelería cuando termine su reconstrucción, en octubre de este año
Hasta tres plantas y los jardines exteriores del futuro Hotel Lisboa estarán destinados a eventos sociales. La novena planta, que será una terraza descubierta; la octava, con un restaurante panorámico, y la entreplanta, que albergará un salón para banquetes de 300 personas y distintas salas de 50 y 150 metros cuadrados para reuniones empresariales o citas culturales como presentaciones de libros.
A estas dependencias se unirá la posibilidad de contar con los exteriores, donde los jardines a dos alturas alrededor de la piscina permitirán distintos usos.
El Hotel Lisboa, que tiene previsto reabrir en octubre como un establecimiento de cuatro estrellas, prestará especial atención a este tipo de citas destinadas a la ciudad.
En seis plantas habrá 127 habitaciones, de las que 38 serán consideradas junior suites. Y, de estas últimas, ocho tendrán dos plantas. La parte superior de estos dúplex estarán en la octava planta, destinadas a salón de las habitaciones, en la misma altura que el restaurante. Las camas y los accesos estarán en la séptima.
Así será el hotel Lisboa cuando termine su reformaVer 9 fotos
El hotel contaba con 176 habitaciones originalmente, que se reducen para ampliar las nuevas y crear distintas opciones de estancia.
Alargar la estancia
La media de hospedaje en Badajoz suele ser corta, poco más de una noche, pero los promotores han detectado que existe un tipo de cliente que puede pasar hasta dos semanas y es a ese al que ofrecen las habitaciones más grandes. La mayor parte de estas dependencias tendrán vistas al Guadiana, aunque también mirarán al jardín y la piscina que construirán en la parte trasera.
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Las vistas de la torre permiten ver el Casco Antiguo y la Alcazaba, el río y el Puente Real, el parque construido a ambos márgenes o la avenida de Elvas ahora en desarrollo.
Las demoliciones interiores afrontan estos días las últimas tareas, dado que en febrero tienen previsto iniciar la reconstrucción. Ya se puede advertir que el acceso será distinto.
La característica escalera frente al colegio Juan Vázquez, en la acalle Augusto Vázquez, desaparece. El arquitecto Carlos Ferrandis, del estudio 'cerogrados', explica que la esquina de esta calle y la avenida de Adolfo Díaz Ambrona cambiará. Ha diseñado un espacio que será «mitad baluarte, mitad azud» en referencia a la importancia de la arquitectura militar y el Guadiana en la ciudad. El río estará representado por una lámina de agua que caerá de esa esquina, en la planta baja, hasta alargarse de forma horizontal sobre el suelo. Habrá también celosías que protegerán de temperaturas y que darán importancia a la cerámica.
Tanto la cerámica como la dehesa tendrán un protagonismo en la decoración interior. Está previsto que haya una encina junto a la recepción.
El arquitecto quiere jugar con la iluminación y realizar un guiño a la importancia del turismo astronómico en la provincia. En cuanto a la cerámica, habrá exposiciones permanentes de artistas del entorno.
Tienen previsto contar con artistas locales para decorar algunas zonas de interior y exterior. Entre ellas, un muro frente a la piscina desbordante que ubicarán en el exterior. También recuperan dos murales de Francisco Pedraja que existen dentro del edificio y que ganarán protagonismo con la reforma.
Dejar de ser una ciudad de paso
Con todo esto pretenden cambiar el concepto de que Badajoz es un lugar de paso para convertirla en una ciudad desde donde se puede visitar el resto de la provincia. En julio y agosto, cuando los hoteles se llenan en Mérida por los festivales de teatro y música, pueden ser una alternativa de alojamiento, advierte el arquitecto.
La característica fachada se mantiene, pero la actualizan con otra adosada al estilo «de un abrigo», dice Carlos Ferrandis. Cambiarán el color. Aunque sobreviva, tienen que realizar actuaciones de eficiencia energética para reducir su consumo. Tienen previsto avalarlo con certificados de construcción sostenible. Apostarán por energía fotovoltaica y sistemas de aerotermia.
Los cambios también llegarán al aparcamiento subterráneo, que extenderán bajo la zona por la que se va a ampliar el hotel. Esto es, el solar anejo con fachada a la avenida de Adolfo Díaz Ambrona y donde ubicarán los jardines y la piscina.
Habrá una reorganización del estacionamiento en la planta menos 1, de manera que los vehículos accedan por Augusto Vázquez y salgan por Adolfo Díaz Ambrona.
1978
Es el año en que se inauguró el hotel, con 176 habitaciones, para convertirse en uno de los más grandes de la ciudad. En los últimos años ha tenido cerradas una parte de esas habitaciones, antes de que la familia Tent (los propietarios) optaran por su reconstrucción.
El sabor de los años 70 que tenía el mítico hotel va a desaparecer, aunque algunas piezas quedarán como testimonio de la antigua vida. Las llaves antiguas con los tradicional llaveros pesados se reciclarán en la decoración y algunas piezas de falso techo, también de los 70, se usarán entre los espacios de restauración.
El coste de la inversión no se conoce con exactitud.
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