La crisis mejora las perspectivas del aceite extremeño
Campaña ·
El incremento del consumo en los hogares ha hecho aumentar el precio para los productores en los últimos meses del añoMás consumo familiar, más ventas. Una cosecha inusualmente corta, que deja menos producción incluso que las que marcaban las malas previsiones iniciales, lleva sin embargo camino de convertirse en una de las mejores campañas de aceite de oliva para productores e industriales. Las salidas al mercado desde Extremadura avanzan con extraordinaria fluidez en medio de un escenario complicado por la pandemia. Ha sido la propia crisis sanitaria la que ha empujado a incrementar de forma notable la presencia de aceite de oliva virgen extra en los hogares frente al desplome vivido en otros de sus clientes clásicos, como la hostelería.
La mejora de las ventas alivia a un sector que en los años anteriores ha visto caer los precios de forma apreciable, pero que ahora empiezan a dar una alegría a los oleicultores. «Hay un gráfico que explica muy bien el buen momento para el sector. Por primera vez en la historia reciente la curva de los precios de los aceites virgen extra está muy por encima de la de los otros aceites», relata a HOY Fabián Gordillo, presidente de la sectorial de aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura.
«Empieza a haber una diferenciación evidente entre los precios de los aceites de mejor calidad, los virgen extra, respecto a virgen y lampante. Y eso se está viendo en el consumo de los hogares», anticipa el portavoz del colectivo que agrupa a la inmensa mayoría de las cooperativas extremeñas.
Un par de cifras detallan cómo está siendo el inicio de campaña. 440.000 toneladas han salido a los mercados en los tres primeros meses (octubre, noviembre y diciembre) en España. De ellas, 16.000 toneladas son de Extremadura. Son más que las medias históricas de esta década.
Otro apunte más concreto para certificar ese buen panorama viene de dos meses en particular. Los pasados meses de noviembre y diciembre registraron los volúmenes de ventas más altos desde al menos la campaña 2013/2014, según la información aportada por Cooperativas Agroalimentarias de la región.
En noviembre se colocaron en los mercados 143.300 toneladas (la media de las últimas ocho campañas es de 121.600). Y endiciembre fueron 146.900 (la media, 122.400 toneladas).
«Tenemos recorrido para que el consumo de aceite de oliva se generalice. Solo el 3% de los aceites vegetales consumidos en el mundo son de oliva»
Fabián Gordillo Lemus | Sectorial de Aceite de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura
En el conjunto de España se está produciendo el mismo panorama positivo. Las ventas de aceite de oliva han alcanzado volúmenes récord durante el primer trimestre de campaña. Hay demanda internacional y menos producto en otros países y se está mirando más al aceite de oliva español.
Normalmente, diciembre y enero acumulan el grueso de la producción en España pero en el caso extremeño cada vez es más difícil encontrar unas cosechas sobresalientes en el primer mes de cada año.
Cambios
«Las campañas están cambiando. Cada año se adelantan más. Antes era improbable que aquí se comenzara a cosechar antes de mediados de noviembre. Ahora, lo habitual es que a mitad de octubre ya se esté cogiendo aceituna para almazara. Se está apostando también por los aceites tempranos, que exigen adelantar cosechas», incide Alberto Carrillo, gerente del grupo cooperativo Viñaoliva, con sede en Almendralejo, municipio de referencia de Tierra de Barros.
Viñaoliva está formada por 26 cooperativas que comercializan productos de la aceituna (aceite y aceituna de mesa) y la vid gracias a las 78.000 hectáreas de sus socios, todos de la provincia de Badajoz. Unas 9.000 familias de agricultores dependen del grupo agroalimentario extremeño.
A estas alturas, confirma su gerente, las cosechas están entregadas y se ha elaborado el aceite en una gran mayoría de las cooperativas socias, como viene sucediendo ya desde hace algunas campañas frente a lo que dictaba la tradición de unas cosechas que llegaban a febrero e incluso marzo en Extremadura.
«Si no hubiera sido porque el otoño se metió en agua y posteriormente llegó el frío y más de un productor se retuvo un poco a coger aceituna, antes se hubiera terminado», apostilla Carrillo para subrayar un cambio evidente en las campañas de aceite que se está empezando a consolidar.
«Las cosechas se están adelantado porque ya no se persigue el mayor rendimiento posible sino la mayor calidad y estar antes en los mercados con aceites tempranos. Las almazaras buscan una mejora de la calidad de sus aceites para competir en la máxima categoría, la de los vírgenes extra», especifica Fabián Gordillo a este periódico.
La caída de la producción se ha compensado con el aumento de las ventas
A la evidencia de que estamos ante un volumen de ventas considerable se le une que nos encontramos una cosecha escasa en Extremadura. Hasta el momento se han producido 39.000 toneladas de aceite de oliva y el cierre final de campaña (todavía se sigue molturando aceituna) rondará las 45.000 toneladas. En la campaña 2016-2017 fueron 44.253 toneladas. La media de las últimas ocho campañas es de 58.300.
Rendimientos y futuro
No solo hay menos kilos de aceituna que expliquen una producción menor, sino que su rendimiento graso es bastante inferior. Entre dos y tres puntos menos en la vecina Andalucía, la gran potencia española en este sector.
Las previsiones que el grupo Viñaoliva maneja para esta campaña contemplan una variación respecto a la media de 3,4 puntos por debajo en el rendimiento. Rondará el 17%. Es decir, que para hacer 17 litros de aceite se necesitan 100 kilos de aceituna. Con un 20% de rendimiento se harían, por tanto, 20 litros.
«Hay menos producción pero hay más consumo y mejores precios. Todo confluye, sí. Hemos vivido unos últimos años con precios por debajo de los costes, sobre todo en secano», comenta el responsable de la sectorial de aceite de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura.
«Ahora esos precios han subido aunque tampoco de forma desmesurada. La subida para los productores es evidente pero es suave, al menos a estas alturas», agrega.
Garantizar producciones
«Tenemos recorrido aún para que el consumo de aceite de oliva se generalice más. El de aceite de oliva es el 3% del consumo aceites vegetales a nivel mundial. Volcarnos en mejorar la comercialización es otra de las grandes tareas», finaliza convencido.
La región tiene unas 288.000 hectáreas de olivar. De ellas, 223.000 son de secano, según datos de finales de 2020. No obstante, las hectáreas de regadío (unas 63.000, centradas en su inmensa mayoría en la provincia pacense) van ganando terreno de forma considerable, sobre todo en zonas habituadas a otros cultivos como las Vegas del Guadiana.
Hay unas 223.000 hectáreas de olivar de secano; las de regadío crecen y son 63.000
El riego, sea simplemente de apoyo o por supuesto el imprescindible para explotaciones intensivas o superintensivas, es la forma más garantizada para asegurar producciones en nuestro territorio.
«La competitividad se gana por la calidad y por asegurar cosechas. Y aquí Extremadura tiene un potencial inmenso. Los mercados están recuperando su demanda de un producto de calidad como el aceite de oliva y hay que hacer el máximo esfuerzo por llegar a ellos», corrobora Alberto Carrillo.
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