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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Una trabajadora municipal desarrolla su tarea en una oficina con purificadores. Andy Solé
El pueblo de los purificadores de aire

El pueblo de los purificadores de aire

No hay negocio ni sede municipal en Perales del Puerto que no tenga un aparato que limpia el ambiente. El alcalde ya ha entregado 34, el último de ellos ayer al consultorio médico

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Sábado, 6 de febrero 2021, 07:32

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Que Wuhan no está tan lejos y que el coronavirus no era una cosa de chinos e italianos lo supieron en Perales del Puerto antes que en casi ningún otro sitio de Extremadura. En Cáceres, en Llerena y en este pueblo que se llama al revés que el puerto de montaña al que da nombre viven los tres primeros extremeños diagnosticados de covid-19, y el alcalde de Perales (938 vecinos censados) revivió ayer por un momento aquellos días tristes de marzo en que los periodistas se le multiplicaban en el móvil para preguntarle por el vecino camionero que había estado en Italia. Ahora le vuelven a dar la matraca, pero por un motivo mejor: puede que su pueblo luzca el aire más limpio del condado. No por estar en la Sierra de Gata, que de por sí invita a hinchar los pulmones, sino porque no hay en la población negocio ni sede municipal que no tenga un purificador de aire con filtro hepa y luz ultravioleta.

El bar de Severino, la peluquería de Susana, la clínica de fisioterapia de Inés, la de podología, la gasolinera, el estanco, la gestoría, la carnicería, la panadería... Todos tienen ya ese aparato que analiza la pureza del ambiente y lo limpia si entiende que está sucio. Y si a alguno aún no le ha llegado es porque el suyo es uno de los tres que al acabar la mañana de ayer le quedaban al regidor en la furgoneta.

Eran cuatro al empezar el día, pero a las doce y media le entregó el suyo al consultorio médico. Salieron con sus batas blancas el doctor Juan Carlos Parra y la enfermera Inés Rivas, que conocen al Andrés Manzano desde que era un crío porque llevan los dos treinta años en la plaza, más o menos los mismos que la papelera metálica de la sala de espera.

El regidor saca de la furgoneta una de las máquinas que ha comprado el Ayuntamiento.
El regidor saca de la furgoneta una de las máquinas que ha comprado el Ayuntamiento. Andy Solé

Ahí, donde los pacientes aguardan su turno, se colocó el purificador de aire número 34 de Perales del Puerto. El alcalde, del PP, lo sacó de la caja, lo liberó de esos plásticos protectores que tanto gusta quitar, colocó el filtro en su sitio, puso la máquina en el suelo, hizo una broma sobre los 'influencer' y sus 'unboxing' (desembalajes comentados, frecuentemente con intenciones publicitarias) y dio unas explicaciones concisas. «Pulsas ON, luego Auto y después dos veces la tecla de función. El aparato tiene tres colores: azul, morado y rojo, que cambian según la calidad del aire». Añade luego que si todo va bien, un azul claro envuelve a los botones. Si el dispositivo detecta que el ambiente está viciado, se enciende el morado y aumenta la potencia de filtrado;y por último, si el aire está particularmente cargado por culpa de alguna sustancia, surge el rojo y la máquina acelera. Hágase la conveniente prueba, por si algo falla. El regidor se frota las manos con gel hidroalcohólico junto al dispositivo, que a los tres segundos cambia del azul al rojo y sube una marcha. Queda claro: va bien.

Para 60 metros cuadrados

«Y si no funciona, te llamamos», bromea el doctor Parra, que se interesa por algunas particularidades del purificador recién estrenado y comenta que «según la potencia del aparato y las dimensiones de la estancia, el aire se renueva de modo que puedes cerrar las ventanas, según algunos estudios». «Este está preparado para espacios de 60 metros cuadrados (la sala de espera del consultorio ronda los 30), y luego los hay industriales, que son enormes», enriquece Manzano, que detalla que cada uno de los dispositivos le ha costado al Ayuntamiento 300 euros. «Para nosotros es una inversión asumible, que hemos podido afrontar con fondos propios, mientras que para los empresarios, con la situación que están viviendo, cualquier gasto es ya una carga», amplía el alcalde, que ha entregado en mano la mayoría de los purificadores: 25 en negocios locales y 12 para sedes municipales. Entre estas últimas: el ayuntamiento, la biblioteca, el gimnasio, la escuela de adultos, las seis aulas del colegio... «El aparato es muy sensible –comenta el regidor–. Hay días que llego al Ayuntamiento y cambia de color en cuanto paso a su lado, porque detecta la colonia que me he echado en casa».

La camarera del bar Severino, junto a la máquina que purifica el aire del local.
La camarera del bar Severino, junto a la máquina que purifica el aire del local. Andy Solé

«Cualquier ayuda que recibamos en estos momentos se agradece», apunta Susana, la peluquera de Perales del Puerto, que durante la pandemia ha registrado dos muertes por covid-19 y ha tenido que lidiar con algún brote preocupante, entre ellos uno con 26 casos en noviembre. Aquello pasó, como pasó también la sorpresa que supuso para todos conocer que ese virus del que hablaban en la sección de noticias internacionales del telediario había llegado a localidad.Pero el pueblo ha pasado ya esa pantalla y está ahora en otra fase mucho más feliz, la de los purificadores de aire.

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