Malpartida de Plasencia se lanza de cabeza al turismo de agua

El pueblo cuenta con él desde la década de los 70. Fue una inversión del Gobierno para garantizar que los regantes tuvieran agua. «Pero nunca se ha utilizado para el regadío porque aquí todo es secano», explica Miguel Manzano, primer teniente de alcalde de Malpartida de Plasencia.

Por eso el pantano del Horco del Espino ha sido siempre la reserva para el consumo del pueblo. «Hemos preparado la infraestructura precisa para ella, para bombear el agua desde el pantano y que llegue hasta la depuradora», indica. Aunque hasta la fecha nunca ha sido precisa utilizarla. «Nos abastecemos del otro pantano que tenemos, el de Cobachillas, el que está en la dehesa boyal del Robledo».

Por eso el Gobierno local de Malpartida busca sacar más rendimiento al del Horco del Espino y está decidido a hacer de él un lugar para disfrutar del turismo de agua, ubicado además en las proximidades de la ermita de San Cristóbal, un paraje cada vez más visitado por caminantes y ciclistas. Sobre todo después de que la Diputación de Cáceres haya invertido 58.000 euros en la construcción de un embarcadero a través del que facilitar el acceso de embarcaciones y navegantes al pantano.

El embarcadero está integrado por un pantalán flotante de doce metros de largo por dos y medio de ancho, una plataforma para embarque y desembarque, una pasarela de 22x2 metros a base de perfiles de aluminio, y también un segundo pantalán triangular que une el primero y la pasarela.

Así que con la instalación lista han llegado al pantano las embarcaciones sin motor. Pero de momento solo de mano de las dos empresas turísticas que tienen licencia para ello. El objetivo del Ayuntamiento de Malpartida es que «cualquier vecino pueda acceder al pantano con su canoa, piragua o kayak, para que todo el que quiera pueda disfrutar de este espacio excepcional en el que navegar a lo largo de sus cuatro kilómetros», explica Miguel Manzano.

Con este fin, «hemos solicitado a la Confederación Hidrográfica del Tajo la autorización pertinente y estamos a la espera de que nos la conceda». Una espera, no obstante, que se alarga ya demasiados meses «para hacer posible que el vecino de aquí o de fuera que quiera venir a navegar por el pantano, no tenga que solicitar esta autorización a la CHT, sino que baste con que la pida al Ayuntamiento». Porque el objetivo del equipo de gobierno que lidera Raúl Barrado, señala su primer teniente de alcalde, es avanzar en la promoción turística de la localidad chinata de mano del turismo de agua, en un pantano ubicado a apenas cinco kilómetros del pueblo.

«Queremos que este nuevo recurso sea una razón más para venir a vernos; tenemos la suerte de contar con un embalse navegable, una condición que no tienen todos los pantanos, y creemos que es un atractivo que debemos y queremos potenciar». En el convencimiento de que «el embarcadero nos ayuda a poner en valor una zona con muchos atractivos, para los vecinos de la localidad y también para quienes visitan el Jerte, La Vera, Monfragüe o Plasencia».

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