Las «pequeñas palabras» de un joven que triunfó en Tokio
Extremeños de HOY 2021 ·
De los boomers a los centennials. Cuatro generaciones de extremeños que emprenden, no se amedrentan y le «dan con ganas» recibieron los premiosJ. R. Alonso de la Torre
Viernes, 12 de noviembre 2021
Iban a dar las nueve de la noche en el Palacio de Congresos de Badajoz. La gala estaba siendo entretenida y ágil. Las presentadoras, dos mujeres-metáfora, estaban demostrando una solvencia y unas tablas sorprendentes para quien no las conociera. Los invitados atendían motivados, incluso los 17 que, al apagarse las luces para proyectar el vídeo introductorio, habían seguido consultando los wasaps. Y la atmósfera, en fin, había llegado a ese momento climático y emocionante que suele alcanzarse en estas galas Extremeños de HOY cuando las palabras de los premiados llegan, tocan y provocan.
Iban a dar las nueve de la noche cuando subió al estrado un joven de 19 años. Vestía distinto al resto de la sala, o sea, vestía joven: americana desestructurada azul, pantalón azul y camisa y tenis blancos. El chico recibió la mayor ovación de la noche, lo cual entraba dentro de los pronósticos: ha conseguido una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio y, aunque hace unos meses paseaba por Cáceres y nadie lo conocía, como recordó con entusiasmo su presentador, Jota López-Lago, hoy es tan referencia y popular que va a conseguir lo nunca imaginado: que se construya, en la Ciudad Deportiva de Cáceres, un rocódromo profesional donde hay un frontón.
Así que iban a dar las nueve de la noche y Alberto Ginés, Extremeño de HOY 2021, recibía abrumado una ovación de casi un minuto, se acercaba al micrófono y, con la misma naturalidad con la que hablaba con sus amigos cuando su madre le llevaba el bocata de la merienda y le hacía dejar un ratito la escalada para jugar con los chicos de su edad… Con esa misma naturalidad, anunció que iba a hablar, pero no un discurso, sino unas «pequeñas palabras», y reconoció, en un segundo acto de humildad, que «no se me da bien esto».
Y después, dijo: «Chavales que estáis emprendiendo en el deporte o quienes querráis montar una empresa, no os amedrentéis, sois extremeños, dadle con ganas». Y claro, el Palacio de Congresos se caía porque en aquellas «pequeñas palabras», que no se le daban bien, estaba condensado el espíritu de la noche, el mensaje de la gala.
Pero vamos por partes. El auditorio estaba casi lleno y en el cóctel posterior casi no se cabía. Extremeños de HOY volvía por donde solía, es decir, a los tiempos de antes de la pandemia, curiosa división temporal que va a marcar a las generaciones del coronavirus. Mascarillas, sí, pero un poco de cercanía, un mucho de conversación, un sinfín de relaciones y la constatación de que hay dos actos en Extremadura donde se resume el quién es quién: la entrega de las medallas de oro de la región el 7 de septiembre en Mérida y la gala Extremeños de HOY cada otoño en Badajoz, Plasencia, Cáceres, Mérida… Y Villanueva-Don Benito… ¿Por qué no en la futura tercera ciudad de Extremadura?
Eso propusieron las presentadoras-metáfora. Pero dejemos su mensaje para más adelante y recordemos ahora el reconocimiento que hizo GFV, o sea, Guillermo Fernández Vara, del poder de convocatoria de la gala: «No sé qué tendrá el HOY que aquí venimos todos». Y efectivamente, allí estábamos todos y dos mujeres que salían al escenario y empezábamos. ¿Quiénes eran ellas?
A la izquierda de los espectadores, de oscuro, Estrella Domeque. A la derecha, de blanco, Soledad Gómez. Dramatizaron la puesta en escena del acto con un diálogo en el que jugaban con la intriga. Ya saben, en la intriga, el espectador sabe menos que los personajes y en el suspense, el espectador sabe más que los personajes. En este caso, la incertidumbre se sustanciaba en una pregunta: «¿Qué hacemos nosotras aquí?».
Y poco a poco, siguiendo cánones dramatúrgicos, deslizando la información con sentido escénico y contención literaria, el diálogo de las presentadoras nos desveló la esencia de la trama y el poder de la metáfora: Estrella es la corresponsal de HOY en Don Benito y Soledad desempeña la misma labor, pero en Villanueva. Estaban allí ejerciendo de símbolos: dos ciudades en trance de unión, dos ciudades ante la historia, dos ciudades como emblema y marca de los conceptos que permitirán a Extremadura aprovechar un momento único: perseverancia, lucha, triunfo, emprendimiento, apuesta, resistencia, creación, resiliencia, que como saben es la capacidad de adaptación de un sistema para recuperar su estado inicial frente a un agente perturbador.
No os amedrentéis, sed extremeños, dadle con ganas… Con ganas se colocó ante el atril Manuela Martín. Resplandecía con un traje de chaqueta blanco la directora de HOY. En estas fiestas, suele haber siempre un tiempo para comentar los atuendos. Este año, mucho traje de chaqueta y mucho pantalón elegante en las señoras, más sincorbatismo que nunca entre los caballeros… Pero dejemos la nota frívola para centrarnos en el periodismo, en el rigor, en, como dijo, GFV, la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad como esencia del buen periodismo.
Tras 16 galas Extremeños de HOY escribiendo estas crónicas, podría hacer una historia de la evolución del último periodismo a partir de los dicursos de los directores del diario en esta fiesta. Suelen ser reflexiones cortas, pero precisas sobre la situación del cuarto poder. Y esta vez, Manuela no desaprovechó la ocasión para lanzar una mirada con perspectiva y apuntar que si en España hemos llegado a un 80% de vacunación, ha sido por nuestra sanidad pública y porque tenemos unos medios serios que no han dado cancha a los conspiranoicos. «La sanidad ha luchado contra los virus y los medios han luchado contra los bulos», resumía.
Periodismo riguroso y reporteros sin miedo, valientes y arriesgándose en estos meses de pandemia, presentaba la directora los recursos de la información como arma resiliente contra el un agente perturbador. «¿Qué habría sido de nosotros si los medios hubiéramos dado crédito a los Miguel Bosé de turno?», se preguntaba Manuela Martín. «No contamos verdades alternativas ni posverdades», proclamaba la directora y el HOY haciendo lo mismo desde hace 90 años porque «un bulo es un bulo hoy y ayer, en papel y en internet». Ya saben, la verdad, toda la verdad… Palabra de GFV.
Y llegó el momento premiados. La mecánica es la siguiente: un periodista de HOY sube al estrado y presenta al Extremeño del año; se proyecta un pequeño vídeo sobre el laureado, sube al estrado él o ella, recibe la encina cúbica, pronuncia su discurso y, la verdad, tiene todo más dinamismo y emoción que la entrega de los Goya. No sé por qué, pero los premiados no sueltan esa retahíla de agradecimientos a primos, cuñados y allegados que convierten en plúmbea la entrega de los cabezones cinematográficos. En Extremeños de HOY, se agradece de manera contenida: la familia cercana, alguna institución y poco más. Carlos Arce, se centró en su familia; Beatriz Magro y Nuria Morales en las mujeres de su pueblo; Alberto Ginés en la Junta y en sus padres y amigos y Eva González en los periodistas de investigación y en las gentes de San Martín de Trevejo.
Se fijaba GFV en la amplia representación de generaciones que se daba en los premiados. Y es cierto, estaba la generación 'boomer' (Carlos Arce), la generación X (Eva González), la generación Y o millennials, y aquí empiezan los nativos digitales (Beatriz Magro y Nuria Morales), y la generación Z o 'centennials' (Alberto Ginés). Por el escenario fueron sucediéndose las generaciones. Carlos Arce, introducido con anécdotas y rigor por Luis Expósito, aconsejó, que es lo propio en un 'boomer': Extremadura debe buscar el desarrollo industrial, no solo en los servicios, y debe apostar por la industria agroalimentaria sostenible; la sociedad civil debe hacer propuestas y no solo criticar a los políticos; debemos creer en lo que hacemos sin localismos, lo que es bueno para Cáceres, es bueno para Badajoz; la administración debe agilizar los trámites administrativos para abrir empresas y un aviso a los jóvenes: «La formación os hará libres».
Y dijo Guillermo Fernández Vara: «No sé qué tendrá el HOY que cuando nos convoca, venimos todos»
Eva González, a quien había presentado con datos y amenidad Ana Belén Hernández, se sintió orgullosa de su pueblo, San Martín de Trevejo, habló de derechos vulnerados y de que su ayuda a 26.000 familias holandesas, la mayoría inmigrantes, había sido el fruto colectivo de periodistas y parlamentarios porque «sin periodistas mi caso no hubiera llegado a ninguna parte». Bea y Nuria, que fueron presentadas con pasión por Miriam Fernández como «mujeres de pueblo y del mundo», no dieron consejos, sino emociones de mujeres para mujeres, una apuesta muy feminista, muy millennial, muy propia de dos jóvenes que dan empleo a 80 personas, la mayoría señoras en su pueblo, Fregenal de la Sierra. Y GFV reconocía, acabando ya el acto, que haber conocido a las reinas españolas de la kombucha había sido una de las mayores sorpresas de su vida y que en Extremadura están pasando cosas y Bea y Nuria, pura generación Y, son un ejemplo de ello.
Y entonces dieron las nueve de la noche y subió al estrado la generación Z. Alberto Ginés anunció que no se le daba bien hablar y soltó su mensaje breve, conciso, motivador, centennial: «No os amedrentéis, sois extremeños, dadle con ganas». Pequeñas palabras, gran significado.
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