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Más allá de la ermitaLa zona está llena de caminos.

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Más allá de la ermitaLa zona está llena de caminos. HOY
Un rincón con encanto

Un paisaje como solo hay otro en la región

Paisaje protegido del monte Valcorchero ·

Una cueva, un mirador, un sendero quemagrasas, unas esculturas labradas en la roca, una ermita con tres caminos... Valcorchero es ideal para caminar y pedalear

ANTONIO ARMERO

Martes, 30 de agosto 2022, 07:27

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Hay enfermos hospitalizados en Plasencia que tienen la suerte de que les toque una habitación con vistas a Valcorchero. Dormir en el hospital es algo a evitar a no ser que uno trabaje en él, de eso hay poca duda, pero puestos a tener que pasar el trance, mejor hacerlo junto a una ventana que mire al monte. Y en este caso, no a un monte cualquiera, sino a Valcorchero, uno de los dos espacios naturales extremeños con el título de paisaje protegido, distinción reservada a aquellos sitios que por sus valores estéticos y culturales merecen protección.

«Estamos en un espacio de un altísimo valor estético, un paisaje que parece haber sido dibujado para el paseo», dice la Diputación de Cáceres en su web turística, donde explica que «los alcornocales asentados sobre los afloramientos graníticos le dan un carácter abrupto al perfil y fueron los principales responsables de su protección».

Puede que algunos placentinos no reparen en Valcorchero, de tan naturalizada que está la presencia de este monte en la rutina de la ciudad. A las seis de la mañana de cualquier día ya hay caminantes y ciclistas subiendo por la carretera o monte a través.

La mayoría se dirige al santuario de la Virgen del Puerto, construido en el año 1720 y reformado por último vez en 1940. En su interior guarda la imagen de la patrona de la ciudad, una talla de madera policromada, de finales del siglo XVI y de origen desconocido, que muestra a María amamantando al Niño.

A la ermita se puede llegar por la carretera –de buen firme– tras dejar atrás el hospital, pero hay otras dos opciones para caminantes y ciclistas, no para vehículos. Una es campo a través a partir de ese complejo sanitario, tras pasar al lado o por debajo del pequeño acueducto que hay junto a la que siempre fue entrada al servicio de Urgencias, ahora reubicada por unas obras.

Un pequeño acueducto

Ese acueducto del siglo XVI, que el cantero Juan de Flandes construyó para acercar a la ciudad las aguas que venían de Cabezabellosa, marca el inicio de una ruta entre alcornoques, rocas de granito y vacas. A mitad de camino se llega a un mirador, también accesible para quien sube por la carretera, tomando un desvío a la izquierda.

Al lado de este mirador hay varias esculturas labradas sobre las rocas de granito –obra del escultor Miguel Ángel Martínez–, y en el entorno hay una zona de escalada y comienza la ruta a la cueva de Boquique, donde cualquier placentino ha estado alguna vez.

La tercera opción para llegar hasta la ermita desde Plasencia es el 'camino viejo del Puerto', un antiguo sendero enlosado pedregoso y empinado. Se elija una u otra alternativa, son poco más de veinte minutos caminando.

Una vez en el santuario, hay que disfrutar de las vistas a la ciudad y el Valle del Jerte. Y si quedan fuerzas, seguir subiendo y hacer 'La pera', un sendero quemagrasas que comienza con una empinada cuesta de hormigón. Justo en la curva es posible salirse del camino y adentrarse aún más en este monte de alcornoques –a ellos debe su nombre Valcorchero, que es el valle del corcho– robles, encinas, fresnos, matorrales y charcas, abrevaderos y fuentes. También de aves. Viven en él más de treinta especies. Ellas son otra razón, una más, para visitarlo andando. O pedaleando si no hay miedo a las cuestas.

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