Cuando la tecnología se une a la tradición para lograr el vino de mejor calidad
Bodegas López Morenas inició hace diez años un ambicioso proceso de digitalización que ha ayudado a la empresa con sede en Fuente del Maestre en su expansión y a duplicar su facturación en una década, hasta superar los 60 millones de euros de ingresos anuales
Martes, 17 de diciembre 2024
Las cifras abruman. Unos 80 millones de litros de vino y cava al año que se venden en un centenar de países de los cinco continentes. Una etiqueta para Nigeria se puede leer en una botella cogida al azar en las instalaciones donde Bodegas López Morenas envasa sus vinos y prepara los envíos para sus clientes. «Reunimos un volumen de producto que no podríamos mover si no tuviéramos todo totalmente digitalizado», afirma Antonio Rodríguez, director de Operaciones de esta empresa con sede en Fuente del Maestre (Badajoz).
No exagera. En la última década, la compañía ha tecnificado sus procesos para hacer viable un ambicioso plan de expansión que la ha llevado a duplicar en diez años su volumen de facturación anual. Unos 65 millones de euros de ingresos va a alcanzar esta bodega extremeña en el presente ejercicio: aproximadamente la mitad en el mercado nacional y la otra mitad a través de ventas en el extranjero.
Algo impensable sin el desarrollo de una herramienta informática propia con la que son capaces de manejar y aprovechar la ingente cantidad de datos que generan en la producción de vinos, en el embotellado y la logística.
Porque el avance en digitalización ha sido integral en la sede central de Bodegas López Morenas. Desde que las materias primas –que pueden ser uvas para vinificar o vinos para embotellar– entran en las instalaciones comienzan a generar unos datos que permiten asegurar la trazabilidad de todos los productos en cualquier parte del mundo.
Los grandes depósitos en los que se elaboran los vinos están dotados de sensores que recogen información de manera constante sobre la evolución de los caldos en su interior. Una forma de garantizar la calidad de los mismos. «Es nuestra materia prima más importante y la tenemos que cuidar mucho», comenta Rodríguez. Esa sensorización ofrece datos en tiempo real del estado del vino y permite al enólogo responsable de la producción actuar sobre el proceso para modificar lo que considere oportuno.
Todos esos datos relativos a la fermentación, a los tiempos del proceso y a las características finales de los caldos quedan registrados en la herramienta digital que han desarrollado. Esa información se integra con la que se genera en el resto de departamentos de la bodega y de esta forma se puede seguir el recorrido completo que ha efectuado la materia prima desde el campo hasta convertirse en el producto final. «Estamos tratando con productos alimentarios, por lo que todo tiene que estar perfectamente trazado», comenta el director de Operaciones de Bodegas López Morenas.
Igualmente ofrecen datos en tiempo real las líneas de embotellado y envasado. A las que llegan tanto los vinos que fermentan en Fuente del Maestre como los que se reciben ya elaborados en otros puntos y que terminan en botellas de cristal, botellas de plástico, tetrabriks o 'bag in box', que son los formatos que la bodega tiene en el mercado. Y en infinidad de tamaños: desde garrafas de cinco litros a pequeñas botellas para, por ejemplo, la aerolínea Qatar Airways.
«Lo tenemos todo totalmente digitalizado y sensorizado; podemos ver en cualquier momento el estado de las líneas envasadoras», asegura Rodríguez mientras teclea en su ordenador portátil y gira la pantalla en la que se puede ver gráficamente el estado actual de las embotelladoras. «Si una línea está parada sabemos el motivo y el momento en el que se paró», añade.
En los gráficos se muestra el producto que está siendo envasado en cada una de las 16 líneas que hay en las instalaciones, el tiempo que lleva la maquinaria en funcionamiento o los minutos que restan para terminar la partida. Esos datos generan un historial que se guarda en los archivos digitales de la empresa y que se pueden consultar a través de su sistema de adquisición de información.
Lo primero, el almacén
El primer proceso de digitalización que inició Bodegas López Morenas fue el de su almacén. Un espacio con capacidad para cerca de 14.000 palés. «A mil litros por cada uno de ellos, pues podemos tener almacenados al mismo tiempo 14 millones de litros», calcula Rodríguez, que insiste en que es una cantidad imposible de gestionar sin la ayuda de la digitalización. «Es como querer llevar la contabilidad de esta empresa, que tiene más de 200 trabajadores, con una libreta», bromea.
Placas fotovoltaicas y producción de nitrógeno que ahorran costes
De nada vale la obtención de datos si luego éstos no se analizan. Ese análisis le sirve a Bodegas López Morenas para conocer dónde están sus principales costes y, sobre todo, para desarrollar proyectos que le permitan reducir esos gastos. La empresa ya tiene planteada una iniciativa para producir el nitrógeno que utiliza en sus procesos de elaboración de vinos y de embotellado. «Al ser un gas inerte se inyecta en los depósitos para el removido de los caldos», expone Antonio Rodríguez, director de Operaciones de la empresa. Igualmente, las botellas de vino tranquilo –el que no tiene gas– se rellenan de nitrógeno. «Al embotellar, se extrae el aire y se rellena de nitrógeno antes de poner el tapón; eso asegura que el vino se conserva en las mejores condiciones durante su vida útil», detalla Rodríguez, que espera poder producir en las instalaciones de la bodega cerca del 90% del nitrógeno que consumen. Un proyecto que les permitiría ahorrar unos 300.000 euros al año. «Hay que tener en cuenta, sobre todo, que el transporte de este gas es muy caro», advierte este directivo de López Morenas. Esa reducción de costes se sumaría a la que ya notan gracias a las placas solares que cubren todos los tejados de las instalaciones de la compañía. «Este año hemos acabado la última fase», detalla Rodríguez.
Al gigantesco volumen de producto se suman el amplio abanico de referencias y el elevado número de clientes. La variedad de vinos y formatos de envasado hace que Bodegas López Morenas cuente con más de 6.000 productos en cartera. «Tenemos ubicada en tiempo real cada unidad y todas sus características», explica Rodríguez sobre cada uno de los palés a la vez que levanta la vista hacia el techo de la nave en la que se almacenan los vinos y en la que hay enormes estanterías de hasta siete pisos. «El identificador único e inequívoco nos ayuda a saber al minuto lo que hay almacenado;nos sirve para el control del stock, para la contabilidad y para la trazabilidad», asegura.
Unos códigos de barra que se pueden ver a un tamaño considerable en los palés y que eliminan, según Rodríguez, cualquier posibilidad de error a la hora de los envíos. Los trabajadores se acercan con un lector que al identificar el código les indica el muelle de carga de camiones que le corresponde.
La compañía envasa 80 millones de litros al año y no podría gestionar ese volumen sin su evolución tecnológica
Actualmente, Bodegas López Morenas envasa vino para grandes operadores como Carrefour, DIA, Lidl, Aldi o Tesco. «Hacemos marcas exclusivas para algunos clientes, pero también marcas blancas», puntualizan desde la empresa. Pero además, la compañía tiene plantas de envasado en diferentes puntos de España, donde embotella vinos con denominación de origen Rioja o Ribera de Duero.
Una cartera de clientes que obliga al departamento de desarrollo a estar constantemente realizando ajustes en los sistemas mediante los que comparten información con ellos. «Es un proceso que nunca acaba», advierte Rodríguez.
«Ya puso aranceles en su primer mandato, tenemos que estar preparados»
Donald Trump
Presidente de los Estados Unidos
Pero no solo se apoyan en la digitalización para aspectos logísticos y de calidad, que por supuesto también conllevan un beneficio económico para la empresa. La transformación digital de la bodega les facilita el ahorro de costes. Todos los datos que se generan en las tres áreas –elaboración, envasado y almacenado– se unen en la herramienta diseñada por el equipo informático de la compañía. De esta forma, los responsables de la firma tienen a un clic de ratón toda la información en tiempo real de cada de las partidas de cada uno de sus productos.
Datos que reflejan, entre muchos otros, el día en que se envasó, el cliente al que va dirigido, el precio al que se compró el envase o el gasto en electricidad y que completan una enorme tabla en la que destaca un parámetro: «Con nuestro sistema de adquisición de datos podemos saber exactamente y al momento lo que nos está costando producir; por ejemplo que cada tetrabrik que estoy haciendo para Tesco nos supone un coste de 66 céntimos de euro», cita el director de Operaciones.
Agilidad
De esta forma, hay capacidad para reaccionar en un breve espacio de tiempo si los costes se disparan por alguna causa. Ya no tienen que esperar al cierre del mes o del trimestre. Un gran avance para un negocio que juega con unos márgenes de beneficio muy reducidos y unos enormes volúmenes de mercancía. «Nuestro mercado principal es el del gran consumo», explica Rodríguez. Aunque también hay referencias más exclusivas.
Esa agilidad es un factor que les ayuda en la toma de decisiones y que los responsables de la exportación agradecen especialmente. Fuera de España, Bodegas López Morenas tiene más de 200 clientes y algunos en mercados muy sensibles a los movimientos geopolíticos. «La guerra en Ucrania nos hizo mucho daño al principio y nos tuvimos que adaptar», comenta el director de Operaciones de la compañía, que mira con recelo la toma de posesión de Donald Trump en enero de 2025. «Ya puso aranceles a productos españoles durante su primer mandato y tenemos que estar preparados por si lo vuelve a hacer».
Por último, el tratamiento de los datos abre la puerta a analizar los gastos desagregados y ayuda a valorar si, como han hecho en la empresa, resulta conveniente instalar placas solares para autoconsumo eléctrico.