El lince Granito se retira en Guadalajara
Irá a un zoo porque ya no tiene capacidad reproductora y no se adaptaría al campo
Extremadura enviará al zoo de Guadalajara a Granito, un lince ibérico macho de nueve años. No es que sobren estos animales pues sigue siendo una especie en peligro de extinción y los esfuerzos por ampliar su población continúan. La cuestión es que hay ejemplares que ya no tienen capacidad reproductora y no tiene sentido que estén en centros de cría en cautividad, donde el aforo es limitado. Liberarlos tampoco es la solución porque después de tanto tiempo atendidos por el ser humano ya no son aptos para desenvolverse con garantías en plena naturaleza.
A estos linces se les denomina excedentes y su futuro suele ser su exhibición en zoológicos, que los reclaman para poder mostrar al público uno de los animales más esquivos del planeta. Por citar algún ejemplo, en Madrid o Lisboa se puede ver de cerca a este felino protegido.
El zoo de Guadalajara incorporará dos de ellos en breve y uno será el enviado desde Extremadura, que tiene a Granito como ejemplar excedente en su centro de cría en cautividad de Zarza de Granadilla. Padece criptorquidia, es decir, un testículo no le baja y no puede reproducirse. Como es una enfermedad hereditaria no procede soltarlo en el medio natural y que su descendencia tampoco pueda reproducirse, indican fuentes de la Sección Vida Silvestre de la Consejería para la Transición Ecológica.
La instalación de Guadalajara que lo acogerá es pública y su acceso es gratuito. Además, desarrolla labores de divulgación ambiental y ya tiene gatos monteses, pero no linces, por lo que deberá ser acondicionada antes del envío de este animal desde Extremadura.
El asunto de ejemplares excedentes se puso este martes sobre la mesa durante el comité de Cría del Lince Ibérico, en el que participaron representantes de quince instituciones nacionales e internacionales. Tuvo lugar en el Centro Nacional de Reproduçao de Lince Ibérico de Silves (Portugal) y asistió un miembro de la Junta de Extremadura y otro del centro de cría en cautividad de Zarza de Granadilla, que depende del Gobierno central. Otro dato que se puso ayer sobre la mesa fue que los programas de cría en cautividad han dado este año 35 cachorros de lince ibérico. De ellos, cinco servirán para reposición en estos centros, mientras que los otros treinta se soltarán en el campo sin que se haya decidido aún en qué áreas, ya que ayer solo se escucharon las propuestas.
En este siglo la población se ha multiplicado pero la UE ha cortado fondos para su reintroducción
El de Silves, en Portugal, es uno de los cinco centros de cría en cautividad que hay en la península. En Extremadura hay uno de ellos desde 2011, en Zarza de Granadilla. Depende del Ministerio para la Transición Ecológica y su programa de conservación 'ex-situ' del lince ibérico para la temporada de cría de 2019 estableció el pasado mes de marzo cinco de las 26 parejas (tres más que en 2018), repartidas en los cinco centros de cría en cautividad adscritos al proyecto y ubicados en España y Portugal.
Granito no es el primer lince que Extremadura envía a zoológicos para su exhibición. Incluso en la propia comunidad existen dos en el centro de recuperación de fauna salvaje de Sierra de Fuentes, que depende de la Junta de Extremadura.
La asociación WWF califica al lince ibérico como «el felino más amenazado del planeta». No obstante, afirma que los esfuerzos de conservación están dando resultados. En 2015 la categoría de amenaza pasó de 'En Peligro Crítico de Extinción' a 'En Peligro de Extinción'. Otro dato esperanzador es que si en 2002 había contabilizados 94 ejemplares de lince ibérico en libertad en la península, a finales de 2018 la cifra ya era de 686.
Cien millones de euros
Sin embargo, el momento que atraviesa el lince ibérico es delicado, en parte porque el programa Iberlince, en el que han invertido casi cien millones de euros desde principios de siglo, lo que permitió multiplicar su población por siete, dejó de funcionar hace diez meses porque la Unión Europea cortó los fondos para ello.
En 2002 en Extremadura se sabía que había linces pero los datos no eran concretos, entre 20 y 70. Los avistamientos se producían en Granadilla, Sierra de Gata, Sierra de San Pedro y Villuercas. En la actualidad se sabe gracias a métodos más científicos que este animal ha proliferado y se mueve principalmente en el valle del Matachel, que cruza la provincia de Badajoz por el sur. También hay colonias en el área del Ortiga, próxima a Don Benito; en Alange y en el entorno de Navalmoral de la Mata. Fuera de Extremadura también campa por Sierra Morena y Doñana principalmente.
Conviene saber que en Extremadura la recuperación del lince ibérico ha ayudado a equilibrar ecosistemas. Un estudio reciente del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC) sobre el lince ibérico en el Valle de Matachel confirmó que controla a otros depredadores y se convierte en un aliado del sector cinegético.
En pocas palabras, se puede resumir en que la presencia de este felino ahuyenta a zorros y meloncillos, lo que permite la proliferación de sus presas, que son conejos y perdices, especies de alto interés en el ámbito rural.