Grandes árboles en pequeño formato

Grandes aficionados o simples curiosos. Todos se muestran sorprendidos al acceder al patio de Constantino Rubio, al ver y disfrutar de sus joyas en pequeño formato. Se trata de su llamativa colección de bonsáis, compuesta por unos 80 ejemplares repartidos entre 20 y 25 especies. A través de sus explicaciones, 'Constan' va mostrando, poco a poco, su gran entusiasmo por este mundo, además de su gran conocimiento.

Este vecino de Logrosán recuerda que siempre ha sido un enamorado de la naturaleza y de los árboles. Partiendo de esta circunstancia, comenzó hace más de 20 años a aficionarse por el mundo de los bonsáis. La 'culpa' la tuvo un compañero, que le regaló un arce de Montpellier, que todavía lo conserva en perfectas condiciones. «Me fui documentando y al final, conseguí sacar adelante ese primer ejemplar», explica Rubio. A partir de ese momento, comenzó a aumentar esa colección. «Siempre aparece alguno nuevo». La última adquisición ha sido un ullastre.

Resalta que su intención es imitar a la naturaleza con estos árboles en pequeño formato. Para ello, ha tenido que leer mucho sobre el comportamiento de las distintas especies, además de compartir conocimientos con otros compañeros. A este logrosano lo que más le gusta son los árboles rústicos, como el olivo, la encina, el alcornoque y los pinos. Reconoce que al tener tantas espacies distintas, la labor se complica, ya que debe saber cómo es el cuidado de cada una de ellas.

Algunos ejemplares de su colección han sido regalados o comprados y tan solo los ha tenido que mantener. Otros muchos han sido adquiridos en viveros, cuando eran árboles ya casi descatalogados, con algún problema o sin tener el mejor aspecto. «Esos son los que más me gustan». En ese momento, comienza el reto personal de irlos adaptando y dando forma para convertirlos en un bonsái, imitando siempre a esa naturaleza, recalca. Para ello, sus principales herramientas son unas tijeras de pinzamiento, así como dos pequeñas podadoras, con distinto tipo de corte. Con estos tres instrumentos y sus manos, 'Constan' consigue hacer casi magia con este tipo de árboles.

Este aficionado apunta que el objetivo es ir poco a poco configurando ese árbol en pequeño con el manejo adecuado. Una vez que se tiene, hay que mantenerlo, que tampoco es sencillo. «También hay que saber interpretar cómo se comportan los árboles y cómo funcionan».

Esta afición dura todo el año, porque hay que dedicarle todos los días su tiempo. Para ello, tiene la ayuda e implicación de su mujer Paqui.

Resalta, por ejemplo, que es muy importante el agua, ya que tienen muy poca tierra y deben tener la humedad justa. De hecho, se tiene instalado un riego por goteo a cada uno de los árboles. En algunos, como necesita más agua, tiene dos puntos. Otros precisan que se les eche agua por encima. Además, cada dos o tres años, hay que cambiar la tierra, sin olvidar echar el abono o la época de poda, entre otros trabajos. Recuerda que estos pequeños árboles se van acondicionado a su situación. «Va en función de la copa y su raíz, se acondicionan a lo que tienen debajo», explica. Otra de las labores es dar un aspecto rústico a ese árbol mediante una serie de técnicas.

Además de ir configurando estos árboles, otro de los retos es buscar algunas formas. Recuerda que esos ejemplares tienden a tirar hacia arriba. Sin embargo, apunta que algunos permanecen caídos en el campo y que de ese modo siguen prosperando. Eso es lo que ha hecho con algunos de sus ejemplares, siendo su corto crecimiento horizontal. «También vas buscando estilos de cómo quieres el árbol». Otra llamativa forma de otro ejemplar, buscado por este protagonista, es como si le azotara el viento por un lado. Y es que, poca cosa se deja a la improvisación, sin que esté vigilada por Constantino.

Junto a los bonsáis, Rubio se aficionó hace unos años al Suiseki, palabra japonesa que hace referencia a las piedras que simulan a la naturaleza o que tienen algún sentido. A partir de ahí, se recogen y se acondiciona una base de una única pieza de madera. «Es la piedra que encuentras en la naturaleza. Tan solo se limpia y no se manipula», apunta este logrosano. Tiene una docena de esas llamativas piedras y que complementan a la perfección a esos bonsáis.

• Temas
• Logrosán
• Cáceres (Provincia)