La fauna se expande por las paredes de Fuente del Arco
Arte urbano. El artista Javi 'Bigote' lleva cuatro años colocando bichos autóctonos por las fachadas de su pueblo y ya va por 168
J. López-lago
Lunes, 18 de noviembre 2024, 07:36
Un gato acechando a dos pájaros, un ratón que espera blandiendo un hacha a otro felino que va a doblar la esquina, una silueta humana escapando de un agujero y, sobre todo, animales silvestres, como mariposas, ciempiés, mantis religiosa, águilas, erizos, hormigas, abejas, gorriones... hasta más de cien bichos inesperados que juegan en Fuente del Arco a mostrarse ante vecinos y visitantes.
Semejante despliegue de arte urbano –o rural, según se quiera– no es más que chapa reaprovechada de talleres de artes gráficas, pero colocada con un sentido estético no exento de ironía y mensaje y siempre en relación con quien habita cada casa, lo cual ambienta de manera especial este pueblo extremeño de 700 habitantes en el sur de Badajoz. Allí los animales apuntalados sobre las casas lo mismo sirven para improvisar una ginkana entre chavales que juegan a cazar animales con sus móviles, que para llevarse un susto por el exagerado tamaño de un insecto que parece trepar hacia una ventana abierta.
Toda la fauna repartida por las fachadas de este pueblo situado al sur de Badajoz sale de una cabeza, la de Javier Cabrera Naranjo, quien después en su taller le da forma a cada idea. Lo hace al fondo de su casa, un espacio que parece caótico pero que él domina con los ojos cerrados y donde asegura que sabe dónde está cada cosa. «Siempre he soñado tener este taller en mi casa para pintar, modelar, reciclar... darle un segunda oportunidad a las cosas».
Conocido en el pueblo como Javi 'Bigote', ha trabajado como creativo para El Corte Inglés, pero ahora está jubilado y aunque sigue residiendo en Sevilla vuelve a su pueblo, Fuente del Arco, cada fin de semana.
De allí le interesa casi todo lo que le dan y todo lo que se encuentra. Sabe que de una calabaza seca puede salir una lámpara; o de las herraduras, azadas y restos de aperos abandonados en el campo una cigüeña a tamaño natural; igual que en un plato de latón doblado que ha pasado medio siglo enterrado en un olivar él ve un lienzo para dibujarle dos encinas aprovechando el óxido como si fuera el sol.
El Guernica de Picasso concentrado en un cuadro de un metro cuadrado, clavos contra unas piezas oxidadas que cuando las alumbras con la linterna del teléfono parecen aves huyendo de la tormenta, o un bastón con un dinosaurio encastrado que empuñaría el mismísimo Gandalf son solo algunas de las escalas que se pueden hacer en su taller guiado por este artista cuya cabeza ante la chatarra es como una lavadora en marcha tratando de concebir la siguiente obra de arte. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, un pacense quiso pedir matrimonio a su pareja en la ermita de la Virgen de Ara pero se olvidó el anillo. Javi 'Bigote' se enteró y terminó apañando la joya en una cajita plateada con llave a partir de una cáscara de nuez.
Relacionados con cada vecino
Lo de los animales por las calles empezó hace cuatro años. Fue un arranque espontáneo lo que le llevó a decorar con unas hormigas gigantes la maceta que tiene a la puerta de su casa. De repente, sus obras de arte se habían derramado desde el interior hasta la calle. Y le gustó.
Lo siguiente fue pedir permiso en otra casa para dibujar un gato que simula caminar por encima de los cables de la luz anclados a una fachada. Una grieta, un alféizar, un agujero, una brizna de hierba que resiste sobre la acera le sirve de inspiración. «Me gusta la creatividad, tengo chapas, material y he llevado a cabo lo que tenía en la cabeza y mucho más porque a la gente le ha ido gustando. Me propuse hacer cien bichos y llevo 168, son todos animales autóctonos de la zona. Al principio pedía permiso, y ahora me los encargan directamente. No cobro nada, pero el bicho lo elijo yo. No te voy a poner un lobo si no tienes nada que ver con ese animal. Tampoco hago cosas para un patio, tiene que ser para que se vean en la calle», explica este artista que trata de conectar su obra de arte con el inquilino de la fachada. Por eso a quien le apodan 'grillo' tiene un grillo de latón subiéndose por su casa o al que es cazador le ha colocado junto a su balcón un perdigón de mentira en una jaula.
En el centro de salud se ven, por ejemplo, varias abejas, y a una familia amiga con tres niños les ha colocado en la fachada tres mariposas gigantes. Y así sigue creciendo esta gran obra inacabada que está realizando Javi 'Bigote' de manera altruista. «Yo estoy sentado en la puerta del bar de El Rubio y veo a los niños haciendo fotos al gato y al escapista y ya flipo, con eso me basta».
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