Animalista / taurino
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María Manglano | Animalista
«Nunca me voy de vacaciones más de una semana, siempre hay caballos o perros malos»
María Manglano es una de las voces extremeñas más persistentes y autorizadas en la defensa de la protección y el bienestar animal. Los animales son su pasión, su profesión y su bandera, tanto que desde hace ocho años pone cara al trabajo de la protectora Adana Badajoz.
–¿Recuerda cuál fue el primer animal que tuvo?
–Probablemente serían periquitos porque a mi hermana le encantaban y también un hámster, que se llamaba 'Pepón' y era un hermano más. He tenido animales toda la vida porque siempre me han gustado muchísimo.
–¿Qué le aportan a su vida?
–Felicidad, alegría, muchísima compañía y lo más importante, responsabilidad, porque animales como los caballos o los perros tienen un periodo de vida largo y tienes que tener un modo de vida que te permita cuidarlos.
–¿A usted le han condicionado su forma de vida?
–Sí. Por ejemplo, nunca me voy de vacaciones más de una semana porque siempre tengo caballos, cachorros o perros malos y eso condiciona mucho.
«Todos los animales tienen capacidad de sentir, lo ha demostrado la ciencia y ahora lo reconoce el Código Civil»
–¿De dónde le viene la pasión por los animales?
–Desde pequeña. Siempre he convivido con animales y he tenido la certeza, que después he podido confirmar con mis estudios como veterinaria, de que son capaces de sufrir calor, frío, hambre, soledad, miedo, angustia y dolor igual que nosotros. Todos los animales tienen la capacidad de sentir y eso lo ha demostrado la ciencia, lo sabemos los veterinarios y ahora lo reconoce el Código Civil.
–¿Qué le hizo pasar al activismo de la mano de Adana?
–Mi sensibilidad, empatía y mi elevado sentido de la justicia. Veo que hacen con los animales cosas que no son justas y eso es lo que más me mueve. En Adana encontré una forma estupenda de luchar contra el abandono y el maltrato, porque es una protectora que tiene muy claro que esto no va de rescatar animales, las bases son educación, concienciación y legislación. Rescatar a los animales de la calle no es una lucha, al revés, estamos siendo un poquito los chollos de los que abandonan y maltratan, si no se les denuncia. Por eso en Adana, aunque no cobra nadie, tenemos en nómina un abogado especialista en derecho animal.
–¿Ha ido alguna vez a alguna corrido de toros?
–Sí y no me gustan nada. Entiendo que haya gente que vea arte en ellas, pero los estudios científicos demuestran que el toro de lidia está sometido a un sufrimiento atroz no solo durante la lidia sino en los espectáculos taurinos que hay en los pueblos. En el momento en que se pone por encima la estética de la ética estamos en un país en el que no hay justicia para con los animales.
–¿Qué futuro tienen los toros?
–Están empezando a ser pasado. No lo digo yo, lo dicen las cifras. El 86% de los jóvenes entre 16 y 22 años no quieren ir a las plazas, la asistencia ha disminuido un 60% en diez años, las ganaderías de toro de lidia han disminuido a más de la mitad y la tauromaquia se está manteniendo exclusivamente por subvenciones. No creo que le queden más de diez años.
–¿Se puede ser animalista y taurino?
–Al toro de lidia se le somete a un sufrimiento físico y emocional brutal, eso no es coherente con el significado de animalista.
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Manuel González | Taurino
«La tauromaquia es la fiesta más solidaria porque todos ganan dinero»
Ha nacido en una familia de taurinos, pero Manuel González defiende que la pasión por los toros no se hereda, sino que se nace con ella. Al menos, él lo siente así cada vez que va a ver a los cabestros al campo o a la plaza. Este joyero pacense de 49 años no tiene complejos en definirse como taurino y defender la tauromaquia, si bien tiene un discurso muy moderado que le lleva a asumir que la fiesta tiene que adaptarse a los tiempos.
–¿Ha convivido alguna vez con algún animal?
–Sí, vivo en el campo. He tenido caballos, perros y gallinas.
–¿Qué le aportan los animales?
–Muchísimo. Compañía, respeto y una manera de conocer la naturaleza diferente. No es lo mismo tener un animal que convivir con ellos en libertad y sintonía.
–¿De dónde le viene la afición por la tauromaquia?
–Toda mi familia es taurina, pero no creo que la afición a la tauromaquia sea una cuestión de transmisión familiar, para mí es un sentimiento. Desde chiquinino me atraía ver los toros en el campo, le pedía a mi padre que me llevara a verlos. Verlos en libertad o ver una faena me pone los pelos de punta.
«Comparado con la vida de cualquier animal destinado a carne, el toro es un rey en la dehesa»
–¿Qué aporta la tauromaquia?
–A la sociedad muchísimo. Es la fiesta más solidaria de España, cuando hay una corrida de toros, gana dinero todo el mundo que está alrededor, genera un IVA tremendo y es el segundo espectáculo de masas más grande después del fútbol.
–¿También es cultura?
–Sí, es la fiesta más antigua que hay en España, seña de identidad y patrimonio inmaterial. Fíjate si es cultura que grandes marcas de moda como Dior se han inspirado en la tauromaquia para hacer sus colecciones.
–¿Se puede ser taurino y animalista?
–Los taurinos somos los más animalistas, defendemos el bienestar del toro hasta que llega a la plaza. Comparado con la vida de cualquier animal destinado a carne a los que crían, engordan y en seguida van al matadero, el toro hasta los cuatro o cinco años vive como un rey en la dehesa. Es muy visible cómo mueren, pero ¿sabemos cómo mueren el resto de animales que nos comemos?
–¿Los toros desaparecerán por el endurecimiento de las leyes de proyección animal?
–Los toros no desaparecerán, pero tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos.
–¿A qué se refiere? ¿A hacer corridas a la portuguesa?
–No, la muerte forma parte de la vida. Me refiero a crear más cultura y explicar más lo que es el toro y lo que pasa en la plaza.
–¿Entiende a quien califica la tauromaquia como tortura?
–Entiendo y respeto cualquier punto de vista, pero a lo mejor mi concepto de tortura es otro. Para mí es tener a un galgo, un animal que ha nacido en libertad para cazar, encerrado en un piso de 30 metros en Madrid, al que solo sacan diez minutos por la mañana y por la noche durante el resto de su vida. O castrar a perros y gatos.
–Extremadura tiene una presencia prominente en el mundo del toro, ¿qué le da la tauromaquia a nuestra región?
–En los últimos años es una seña de identidad, empezando por Olivenza que se ha convertido en un referente internacional del toro, siguiendo por los ganaderos y nuestra dehesa, y también por la escuela taurina de Badajoz, que es una cuna del toreo de cuidado.
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