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Vista de Castilblanco. HOY
CRÓNICA NEGRA EN EXTREMADURA

«No logré gozarla en vida, pero lo hice después de muerta»

En Castilblanco en 1928, un día de septiembre, Francisca salió en su yegua a llevarle comida a su marido, que era pastor. Nadie volvió a verla con vida

Sábado, 13 de enero 2024, 07:38

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Me dijo que ya que no había logrado gozarla en vida, lo hizo después de muerta». Esta declaración se escuchó en un juicio celebrado en Extremadura en 1928 en el que se juzgó un crimen que conmocionó a los vecinos de Castilblanco.

En esa época vivía en esta localidad Francisca D., una joven atractiva. Desde joven la cortejó un muchacho de la localidad, Juan, apodado 'el Niño'. No era el mejor partido del pueblo, llevaba mala vida y cometía pequeños robos, así que la joven lo rechazó.

El desprecio se hizo público en un baile. 'El Niño' se acercó a Francisca para pedirle bailar y la joven se negó rotundamente. Él la amenazó y ella le contó el incidente a sus padres y a sus amigas.

El incidente quedó en una anécdota porque pasaron los años y Francisca se casó con un pastor del pueblo, Leocadio. El 10 de septiembre de 1928 este vecino de Castilblanco llevaba unos días fuera de su localidad trabajando en una finca. Ese día su mujer madrugó, preparó la comida, se despidió de su suegro y se subió a una yegua con la intención de llevar alimentos a Leocadio. Nunca llegó.

Tres días después, oculto en unos matorrales en un paraje llamado la Cuesta de San Simón, apareció su cadáver. Había sufrido una fractura en la pierna, probablemente al caer del caballo. Luego le habían clavado un hacha en la frente y abusado de ella. Finalmente le golpearon la cabeza, posiblemente con la culata de una escopeta. Recibió tantos golpes que su rostro quedó irreconocible.

Los investigadores encontraron a su yegua atada a un árbol lejos del cadáver y una escopeta y munición enterradas en otra zona.

En cuanto apareció el cuerpo, la familia de Francisca señaló a un posible culpable. Recordaron a Juan 'el Niño' y el marido de la víctima aseguró que aún le tenía miedo.

La investigación, sin embargo, no fue fácil. Pasaron los meses, luego los años, y la Guardia Civil no detuvo a ningún responsable por falta de pruebas definitivas. La primera detención fue de un vecino llamado Paulino y su arresto de produjo porque iba diciendo por ahí que sabía algo del crimen. Este vecino pasó seis meses en la cárcel hasta que señaló a la persona que todo el mundo sospechaba que estaba detrás de los hechos, 'el Niño'.

El juicio

Cuatro años después de la muerte de Francisca, en agosto de 1932, la Audiencia Provincial de Badajoz juzgó a Juan 'el Niño'. El Fiscal mantenía que el 10 de septiembre de 1928 la casualidad hizo que Francisca y Juan se encontrase en la Cuesta de San Simón cuando ella iba a llevarle la comida a su marido. El hombre llevaba años obsesionado con ella y era la primera vez que tenía ocasión de estar a solas.

El Ministerio Público aseguró que 'el Niño' «aprovechó la ocasión que le brindaban el encuentro y la soledad del lugar para pedirle que se entregara, y como Francisca se negara decididamente a ello, la acometió el procesado con un hacha o arma similar, y la golpeó produciéndole la muerte. Después arrastró el cadáver a cierta distancia y, para evitar su identificación, y el descubrimiento del crimen, golpeó la cabeza hasta desfigurarla con la culata de una escopeta que no tenía licencia y que se rompió».

En el proceso las declaraciones más determinantes fueron las de Paulino, que aseguró que era amigo del procesado y que habían hablado del crimen en la cárcel de Logrosán. «Me dijo que desde su mocedad se tenía prometido abusar de Francisca, y que aquel día lo había conseguido». El Fiscal, sin embargo, sufrió un tropiezo en el juicio cuando otro de los testigos no corroboró esta declaración.

'El Niño' había sido detenido dos meses después del crimen por robo y había estado en la cárcel de Logrosán, donde coincidió con Paulino y también con otro malhechor llamado Vicente y apodado 'Candalija'. Con este segundo la relación se hizo estrecha y ambos se fugaron del presidio juntos.

Inicialmente 'Candalija' también declaró que Juan le había confesado el crimen. En concreto dijo ante el juez que 'el Niño' le había dicho «que tenía propósito de obtener los favores de Francisca por las buenas o por las malas y ya que no había logrado sus propósitos en vida, los consiguió dándole muerte». Sin embargo en el juicio aseguró que había realizado esas declaraciones forzado.

El acusado

El momento más extravagante del juicio fue la declaración del procesado, que lo negó todo, pero todo, incluso que conociese a la víctima aunque era público que le gustaba. También aseguró que no había estado ese día en la Cuesta de San Simón aunque varias personas pasaron por la silla de los testigos para decir que se habían cruzado con él y que llevaba escopeta.

'El Niño', con desenvoltura y tranquilidad, aseguró que todos los testigos le tenían rencor porque él les debía dinero e incluso afirmó que la familia de la víctima había colocado las pruebas en el paraje para tratar de incriminarle.

El Fiscal decidió, ante estas declaraciones, organizar un careo entre el procesado y varios testigos y en estos enfrentamientos, de nuevo, 'el Niño' mostró su carisma y llegó a negar ser amigos del preso con el que se fugó.

Finalmente el acusado aseguró que todo lo que había dicho previamente, ya que en su día si admitió su obsesión por Francisca, «se debió a que el juez de Logrosán me obligó a prestar declaración amenazándome con un revólver que sacó del cajón de la mesa y diciéndome que si no declaraba, me levantaba la tapa de los sesos».

A pesar de los sorprendente de su declaración, que le valió un proceso por desacato contra el juez, logró su objetivo. El tribunal lo absolvió y esquivó la condena de 20 años que pedían para él.

El caso quedó sin resolver aunque en Castilblanco todo el mundo tuvo claro quién era el responsable. 'El Niño' entró en prisión dos años después por robo.

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