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El homicidio del cabrerillo de Trujillo

El 31 de julio de 1958 apareció colgado, en una encina de una finca de Trujillo, el cuerpo de un joven cabrero de 13 años. Se dijo que se había suicidado o se había ahorcado haciendo una travesura y fue enterrado en su pueblo, en La Cumbre, tras oficiar el funeral en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El Juzgado de Trujillo investigó la muerte al tener el cadáver huellas de golpes, y ocho meses después de la muerte saltó la noticia que conmocionó Trujillo: habían detenido al dueño de la finca y a dos trabajadores. El juicio se celebró en Cáceres en 1960 en donde los tres fueron condenados por haber matado a golpes al muchacho, al castigarle porque en vez de cuidar a las cabras se iba a un huerto a comer sandías para refrescarse y calmar el calor del verano.