En Salsa | La crítica
Torre de Sande: Cuando el brócoli emocionaEl hermano sencillo de Atrio mantiene la calidad del servicio, reduce la carta de vinos y conserva la buena cocina
DON POLEO
Jueves, 25 de septiembre 2025, 19:34
Visitamos Torre de Sande con mascarilla en 2020, al poco de inaugurarse, pero En Salsa aún no había estado en este restaurante del grupo Atrio concebido como el hermano sencillo del primogénito sofisticado. Ahora tiene un subtítulo: Casa de Comidas e intenta jugar en una liga desenfadada y casera con sus croquetas, su ensaladilla rusa, su sopa de tomate, sus callos y morros, su flan clásico y esas patatas fritas que colocan en el centro de la mesa nada más sentarte y relajan inmediatamente el ambiente.
El local sigue siendo luminoso, precioso, hermoso, armonioso… Copas estilizadísimas, vajilla checa Louise Pirken Hammer, cubertería Meneses, platito para el pan, vasitos azules para el agua, mantelería de algodón satinado, nada de contaminación acústica, climatización confortable y dos piedras doradas en el centro de la mesa sustituyendo a las manzanas verdes de los primeros tiempos.
El servicio sigue vistiendo de manera casual (blanco y negro o azul y beige), pero algo más comedido: han desaparecido los tenis verdes. Lo que no ha cambiado es la atención, la eficacia, el ritmo preciso de la comida ni José Polo saludando a los comensales con amabilidad y cercanía, un detalle que satisface a la clientela.
Vamos con detalles menores que quitan lustre. El pan es un bollito que parece inventado para la restauración cacereña de toda la vida. Cruje y sabe rico, pero es tan clásico, tan antiguo… Las referencias de la carta de vino han pasado de 152 a 90. Hay seis referencias extremeñas de las bodegas Habla, Encina Blanca, Marqués de Valdueza y Viñaoliva. Son 47 DO y regiones vitivinícolas y hay buena oferta por copas de blancos: riesling, rías baixas (albariño), godello, blancos extremeños.
Comparando con la carta de hace cinco años, el menú degustación (55 euros) mantiene el precio, pero el resto ha subido: las croquetas de 12 a 16, los langostinos en tempura de 18 a 24, el puerro a la brasa de 10 a 17, al igual que el brócoli con salsa de kimchi. Los guisos de casquería, antes 18, están a 25, la codorniz rellena de foie sube de 21 a 28 y la pluma el secreto y la presa saltan de 21 o 22 euros a 28. Es decir, una media de seis-siete euros cada plato. Lo normal en la hostelería cacereña. Los postres tenían un precio único en 2020: 11 euros. En 2025 solo han subido cincuenta céntimos. La carta ha disfrutado de pocas variaciones, ninguna revolución, y mantiene su variedad y su atractivo: cuesta decidirse.
Empezamos la comida con un brócoli frito con salsa de kimchi y canela. Me voy a detener en este plato simbólico de Torre de Sande: si con un producto tan denostado en los chistes como el brócoli consiguen emocionar, ¿qué no harán con una ostra o un steak tartar? Pues según y cómo porque si bien consiguen la calificación de soberbia para su refrescante ensalada de espinacas, los mejillones al estilo belga con salsa de mantequilla sobre patatas fritas y cebollino, otro plato estrella de Torre de Sande, te dejan frío. Nada que ver con unos buenos mejillones gallegos al vapor, de esos que los belgas rechazan porque allí solo los quieren pequeñitos. En fin, un plato prescindible.
Apostamos después por los guisos: garbanzos, calamares y espinacas con un toque picante que anulaba los matices. Poco aportaban los calamares con ese aderezo tan intenso. Eso sí, los garbanzos eran magníficos, aterciopelados, suaves, blanditos sin derretirse, y dieron paso a un solomillo de vaca con salsa de foie y setas, parmentier de patatas y espinacas. La carne, exquisita, producto excelso, calidad suprema, sabor antiguo. La salsa acompañaba, no empañaba.
Para cerrar la comida, un flan clásico de la casa y una tarta de chocolate. El camarero recomendó: «El flan es una pasada». Acertó. El calificativo que mejor le cuadra es maternal. También suave, mantecoso, placentero, cremoso, inolvidable… A su lado, nata de verdad. Recuperamos el valor y el sabor de un buen flan antes de dejarnos llevar por la esponjosidad de una tarta de chocolate nada dulzona y rebosante de matices de cacao, antes de rubricar la experiencia con un café de alto nivel servido en taza de Bohemia, acompañado de crujientes palmeritas.
Torre de Sande
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Dirección Calle Condes, 3
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Localidad Cáceres
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Teléfono 924 16 49 94
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Horario De lunes a domingo:13.30-15.30 y 20.30-23.00h.
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Terraza Sí