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En Salsa | La crítica
Oquendo mantiene el nivelDON POLEO
Jueves, 5 de septiembre 2024, 12:52
Pablo Medrano y Julia Moreno abrieron Oquendo en Cáceres en 1998 y lo convirtieron en un restaurante con personalidad y los pescados como producto emblemático. En julio de 2023, se jubilaron y traspasaron el restaurante a una sociedad formada por dos empresarios (Francisco Piñero, dueño de Electrocash, y José Rodríguez, gerente de Exproluma) y dos profesionales liberales (el abogado Raúl Fuentes y el arquitecto Alberto Latín). En septiembre de 2023, reabrió Oquendo con sus nuevos propietarios. En las redes, recibieron algunas críticas duras y el tema se convirtió en comidilla ciudadana: ¿está mejor, ha perdido, pervive la filosofía culinaria y el estilo? Con el fin de responder a estas preguntas, En Salsa visitó Oquendo el pasado sábado, 31 de agosto, y les contamos lo que vimos, paladeamos y escuchamos.
Empezamos por el oído. En eso no ha cambiado nada: Oquendo sigue siendo un restaurante ruidoso porque conviven barra de bar y comedor. Seguimos por los ojos: la decoración es semejante (cuadros de Santiago Cervera) y se mantienen la vajilla inglesa Dudson, la correcta cristalería y la cubertería de buen acero BSF y Comas 18/10. Y pasamos al gusto: el pan no ha cambiado (los mismos bollitos recién horneados), el aperitivo de cortesía (gazpacho) está rico, aunque le sobra algo de vinagre. La carta de vinos ha variado en la literatura, se explica cada referencia, pero no en lo fundamental: buen criterio y una veintena de denominaciones de origen. Tomamos un blanco Encina Blanca de Alburquerque, que en 2022 no estaba en la carta: perfecto mantenimiento, exacta temperatura.
Con respecto a nuestra última visita crítica (4 de marzo de 2022), los vinos mantienen prácticamente los precios, un euro de media han subido las botellas. En cuanto a la carta de comida, la subida en cada plato ha sido de entre uno y tres euros y hay pocas novedades: se estructura igual (raciones, tapas y platos clásicos), se mantiene la misma oferta y se añaden tres nuevas raciones (pulpo aliñado, angus de Extremadura y lomo doblado ibérico de bellota), dos nuevas tapas (brocheta de rape y langostinos, introducida en Cáceres por El Figón el siglo pasado, y gilda donostiarra) más rape, lubina y rodaballo como fijos en el apartado de platos clásicos.
El servicio es joven e informal, quizás demasiado, les falta ese 'savoir faire' de saludar al cliente cuando entra, una sonrisa, esa recepción y esa despedida que también puntúa en inspecciones y críticas. El maître, más maduro, atiende con corrección, con eficacia, sin distancias ni envaramiento.
Empezamos con unas alcachofas de Navarra con almejas. La presentación nunca fue el fuerte de Oquendo: emplatan con dignidad, sin florituras. Su fuerte era y es el producto. En ese punto, el comienzo es un golpe de autoridad: magníficas alcachofas y unas almejas supremas, al nivel de las almejas grandes de Rianxo que veíamos comprar a Medrano en Pescados Salgado. Deliciosa salsa para mojar pan o degustarla a cucharadas. ¿Se mantendrá el nivel el resto de la comida?
Los tacos de merluza sobre piperada (nuestro pisto, pero con nombre vasco) se la jugaban en la fritura, pero su jugosidad y frescura nos recordaron a un plato semejante disfrutado este agosto en el restaurante Balearri de Getaria. Aunque lo que nos convence definitivamente es el entrecot de ternera extremeña con pimientos y patatas panaderas. Tras varias experiencias nefastas con vacas maduradas y terneras «nerviosas» e inmasticables, este plato nos reconcilia con la carne: terneza, sabor, exactitud en los fogones, guarnición realzando…
Derretidos y entusiasmados, acabamos la comida con una tarta donostiarra de queso sin emoción y con frutos rojos de calidad, pero prescindibles y con la goxua, ese postre vasco con cuatro capas de goloseo extremo: caramelo, crema pastelera, nata y bizcocho borracho. Enfademos a vascos y navarros: este verano hemos probado la goxua en su patria chica, en Vitoria y en la pastelería Taberna de la calle Mayor de Pamplona.
Conclusiones: la mejor goxua es la de Cáceres y Oquendo mantiene muy alto el nivel gastronómico, tanto que vamos a subirle un punto la valoración de En Salsa.
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Zigor Aldama y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Antonio Paniagua y Sara I. Belled
Abel Verano
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