Comida de cuento en Craft BBS

Esta semana, nos hemos permitido un desliz: hemos visitado una hamburguesería. Pero no una cualquiera, sino Craft BBS, un proyecto nacido en Vila Viçosa que se ha convertido en la hamburguesería de referencia de la Raya, con establecimientos en las ciudades universitarias de Covilhá y Évora. Todo empezó el 25 de julio de 2017, cuando Hugo y Bruno abrieron una cervecera y crearon la marca Libata.

Abrieron después una acogedora taberna inglesa de madera y ladrillo visto, situada a un paso del palacio ducal de Vila Viçosa, especializada en su cerveza Libata y en su ginebra Cicerone, y se convirtieron en la mejor opción calipolense (gentilicio de los naturales de Vila Viçosa) para comer algo que vaya más allá de lo típicamente alentejano. La experiencia triunfó, se está extendiendo por Portugal con pasos firmes y hasta Craft BBS hemos venido para probar cervezas, gintonics y la oferta gastronómica de una carta juvenil y diferente.

El lugar juega a ser un pub inglés con toque de época: sillas de madera y cuero claveteado muy historiadas, mesas amplias, suelo de baldosas de barro, techo abovedado de ladrillo, cubertería corriente, servicio lento y poco profesional y tres televisores encendidos, pero sin sonido, un detalle muy alentejano. En la barra, 20 grifos de sidra, cerveza y ginebra. Hay cervezas con toques de quinoa, de mosto de uva, de cebada con miel… Hasta siete especialidades que se sirven en canha (17 centilitros), tulipa (33 cl), girafa (50 cl) o garrafa (33 cl). En cuanto a los «gin tónico», la variedad es sugerente: con jengibre, con menta y chocolate, con frutos rojos…

En lo gastronómico, la carta sugiere entrantes como patatas con queso cheddar, huevos revueltos con jamón y morcilla farinheira, sopas o una degustación crocanti de aros de cebolla con cobertura de cerveza y bolas de pollo rellenas con salsa agridulce, patata frita, crema de queso y bacon. Pero la especialidad de la casa son las hamburguesas de cuento, bien en torno a «Branca de Neve e os sete anões», bien alrededor de «Os tres porquinhos» o de «Carapuchinha vermelha». Hay una hamburguesa con el nombre de Blancanieves y de cada uno de sus siete colegas y otra con el nombre de la Bruja Mala. Otras ensalzan con su nombre a los cerditos, al lobo malo, a la abuelita y a Caperucita. Cada hamburguesa puede venir acompañada de patatas caseras, batata dulce, ensalada, champiñones salteados o arroz y para las patatas fritas hay 13 salsas diferentes.

No faltan en la carta las bifanas o bocadillos, los bitoques o especie de plato combinado con huevo, carne, champiñones, ensalada, arroz y patatas fritas ni las francesinhas, esa bomba calórica a base de pan, ternera, salchichas, chorizo, huevo, patatas fritas, salsa y una heterodoxa mortadela.

Pedimos dos tulipas de cerveza, bonitas copas con una cerveza con toque de quinoa y otra con intenso sabor a lúpulo, que resultaron diferentes e interesantes. Para comer, optamos por las hamburguesas Lobo Mau y Branca de Neve. La más curiosa era la elaborada en honor a la protagonista del cuento, Blancanieves, fundamentalmente porque no es de carne, sino de bacalao con tomate, orégano, cebolla caramelizada, tomate cherry confitado, cilantro, huevo, chorizo crocante, batata dulce, etcétera. Una hamburguesa convincente y diferente de suave sabor y matices curiosos. La dedicada al malvado lobo es también original con su pan negro, su buena carne de cerdo ibérico, sus espinacas, su zanahoria, su salsa de queso y demás acompañamientos. Las patatas fritas no dicen nada y las salsas de acompañamiento (por ejemplo la de limón y cilantro) son un acierto. Acabamos con un gintonic de menta y chocolate, una especie de golosina de 8 grados para rematar el cuento con un final dulce y feliz.

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