Eva Aparicio | Colegio de Casas de Millán
El colegio de Casas de Millán, obra de la arquitecta Eva Aparicio, fue concebido como un proyecto creado por y para los más pequeños
Irene Toribio
Domingo, 13 de octubre 2024, 07:56
Integrado en una manzana de propiedad municipal con uso público deportivo, el solar del colegio de Casas de Millán posee una forma rectangular y cuenta con una superficie aproximada de 1.870 metros cuadrados en la que se ordenan los espacios interiores y exteriores que mejoran la calidad del entorno.
El conjunto fue proyectado para crear un límite entre el interior y el exterior de la parcela y marcar así un recorrido desde la calle. Solo se producen aperturas puntuales que señalan el recorrido hacia el interior, un área claramente delimitada tanto espacial como visualmente. El edificio se eleva sobre una plataforma, a la que se accede a través de un eje transversal. La ubicación de los vestíbulos y porches es fundamental, pues marcan el tránsito entre las distintas zonas y las relacionan entre sí. El centro escolar se proyectó en baja altura para evitar choques visuales entre las edificaciones y adaptar al máximo al terreno y aprovechando los desniveles existentes.
Se creó un patio que garantiza sombra en los días calurosos, mientras la pista deportiva se situó junto al porche para permitir contemplar el paisaje.
Las aulas de primaria tienen ventanas orientadas al norte, con lo que se evitó la necesidad de protección solar y optimizó el rendimiento lumínico. El aula de infantil, por su parte, tiene orientación oeste, por lo que recibe sol por las tardes, fuera del horario escolar. Los núcleos de aseos están dispuestos de manera que no interfieran con la redistribución interior del área docente.
En cuanto a la accesibilidad, los itinerarios peatonales que conectan el centro con la vía pública están completamente libres de barreras arquitectónicas, con lo que facilitan el paso cómodo de dos personas, incluso cuando una de ellas utiliza silla de ruedas. El diseño de la entrada, las distintas dependencias y los espacios públicos fue cuidadosamente planificado para asegurar un acceso inclusivo y una movilidad plena para personas con discapacidad.
Diseño y construcción
La integración del edificio en el lugar se acomete con volúmenes claros y sistemas constructivos racionales que favorecen la adecuación al solar y al entorno, la mínima complejidad constructiva, la economía de medios, y la estabilidad y el reciclaje de recursos. Se diseñó con adaptabilidad a futuras modificaciones y ampliaciones. Pensando en la edad de los usuarios del centro, se adoptaron soluciones constructivas que responden a su escala, como la altura de las ventanas, los zócalos y carpinterías interiores acristaladas, permitiendo que los pequeños usuarios vean e identifiquen su aula y profesor.El edificio propone un espacio que ordena con dimensión y proporción infantil, mira hacia el paisaje y transmite serenidad tanto hacia la naturaleza como hacia el casco urbano.
Los sistemas constructivos elegidos resuelven con máxima calidad los requerimientos funcionales y minimizan los oficios necesarios. Se utilizó un único sistema de carpintería para los huecos exteriores. La elección de materiales consideró el consumo energético y la generación de residuos, así como la incorporación de elementos reciclables.
La luz y la manera de estar en ella dan atmósfera a los espacios de enseñanza, donde se aprende a leer, jugar, correr, mirar, observar y participar en la naturaleza. Una estructura mixta de pilares metálicos y forjados de hormigón armado sostiene los cerramientos de doble hoja de ladrillo, con carpinterías de aluminio. El pavimento es de terrazo micrograno gris en zonas interiores y flexible de vivo color en el aula de infantil. En exteriores, el pavimento es continuo de hormigón gris, verde en la pista deportiva y de arena en la zona infantil.