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Arte y diseño para saborear un rincón entre las estrellas

Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla | Relaais Chateau Atrio

Arquitectura de HOY | Una selección de Francisco Hipólito
Arte y diseño para saborear un rincón entre las estrellas

Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla redactaron el proyecto del Relaais Chateau Atrio en Cáceres, en el que dieron forma a un edificio en el que conviven de forma armónica la arquitectura, el patrimonio y la alta gastronomía

Irene Toribio

Domingo, 4 de mayo 2025, 08:23

Se ha convertido en uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad de Cáceres y del país, galardonado con múltiples reconocimientos no solo por su excelencia gastronómica y su respeto al entorno, sino también por la extraordinaria calidad arquitectónica de su sede. Enclavado en pleno recinto histórico, el edificio que lo alberga es el resultado de una intervención arquitectónica delicada y respetuosa, que aúna tradición y contemporaneidad con un notable equilibrio.

El conjunto original estaba formado por dos construcciones de naturaleza muy distinta: un edificio longitudinal de tres plantas, con fachada a la calle de los Condes, que había sufrido a lo largo del tiempo múltiples y desafortunadas transformaciones, y una vivienda de dos plantas con altana, levantada en los años ochenta en la plaza de San Mateo como un 'falso histórico'.

Restaurante y hotel

Sobre esta base se levantó la nueva sede del restaurante Atrio, que comparte espacio con un exclusivo hotel de catorce habitaciones. En la planta baja se ubican la recepción, el restaurante y su cocina, mientras que las dos plantas superiores acogen las habitaciones, dispuestas en torno a un pequeño patio que aporta intimidad y recuerda las tipologías tradicionales de la ciudad antigua. Sobre la segunda planta, una discreta zona lúdica se abre al jardín posterior, donde se encuentran dos pequeñas piscinas que prolongan la serenidad del conjunto.

Una terraza orientada a la Plaza de San Mateo ofrece vistas privilegiadas del casco histórico y los campos que lo rodean. Entre las dos zonas diferenciadas del edificio, se construyó una pérgola cubierta de vegetación, concebida para suavizar el entorno urbano e incorporar la frescura natural de las plantas trepadoras.

El resultado fue una propuesta arquitectónica respetuosa con el carácter del lugar, cuyo objetivo es convivir en este entorno con dignidad, tradición y contemporaneidad.

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