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‘La cultura es el camino’. Con este lema, sencillo y rotundo, la candidatura de Cáceres a Capital Europea de la Cultura 2031 quiere subrayar una convicción profunda: que la cultura no es solo un patrimonio que conservar ni una programación que exhibir, sino un itinerario compartido capaz de orientar el desarrollo social, económico y territorial de una ciudad y de toda una región. El proyecto nace con la voluntad de demostrar que la cultura puede ser una hoja de ruta real, un motor de transformación y una forma de avanzar colectivamente hacia un futuro más creativo, sostenible e inclusivo.
Cáceres avanza con paso firme hacia su candidatura a Capital Europea de la Cultura 2031, un proyecto que aspira a situar a la ciudad —y a Extremadura entera— en el centro del mapa cultural europeo. Bajo el lema ‘La cultura es el camino’, la iniciativa se ha convertido en un motor de ilusión colectiva que une a instituciones, artistas, asociaciones y ciudadanía en torno a la idea compartida de que la cultura es una vía de desarrollo, cohesión y futuro.
El consorcio, encargado de la candidatura, trabaja para que Cáceres no solo muestre al continente su extraordinario legado histórico, sino también su potencial creativo, su capacidad de innovación y una mirada contemporánea que busca trazar puentes entre territorios, generaciones y disciplinas. Una hoja de ruta que concibe la cultura como proceso, como viaje y como camino —fiel al espíritu de su propio lema.
Patrimonio y vanguardia en diálogo permanente
El proyecto gira en torno al concepto de ‘transcultura’, un enfoque que pretende conectar tradición y vanguardia, lo rural y lo urbano, lo local y lo europeo. En Extremadura, donde la historia ha quedado escrita en los caminos, esta idea se encarna de manera especial en la trashumancia, ese movimiento milenario de personas, animales y conocimientos que ha tejido durante siglos un verdadero cruce de culturas. Las cañadas que atraviesan la región no solo transportan rebaños sino también historias, técnicas, lenguas y modos de vida.
Esa herencia, profundamente arraigada en la identidad extremeña, sirve ahora como metáfora y como base conceptual para una candidatura que quiere poner en valor los intercambios culturales, la movilidad creativa y la apertura al otro.

Impulso económico y cohesión territorial
Más allá del plano cultural, Cáceres 2031 representa una oportunidad de desarrollo económico sin precedentes. Extremadura podría beneficiarse de un efecto irradiador que contribuya a combatir la despoblación y refuerce la cohesión territorial. No solo Cáceres y las ciudades, también los pueblos tendrán la oportunidad de mostrar su riqueza natural y patrimonial a un público internacional, ligando tradición y desarrollo sostenible.
Cultura accesible, sostenible y participativa
El proyecto aspira igualmente a hacer de la cultura un espacio accesible y universal. Para ello, la candidatura ha iniciado colaboraciones con entidades sociales y asociaciones que trabajan por la inclusión, con el objetivo de garantizar que la participación cultural no dependa de barreras físicas, sensoriales o económicas. La sostenibilidad es otro pilar: se busca que los eventos y espacios culturales se diseñen bajo criterios de respeto medioambiental, movilidad sostenible y economía circular.
La participación ciudadana, además, no es un añadido, sino un motor esencial. La implicación de artistas, colectivos, vecinos y jóvenes en el diseño de propuestas refuerza la idea de que la cultura no es un producto, sino un proceso compartido. Una construcción colectiva que permitirá que Cáceres llegue a 2031 con un proyecto plural, representativo y arraigado en su realidad social.

Cáceres 2031 es más que una aspiración local: es un mensaje a Europa sobre cómo entender la cultura en el siglo XXI. «La cultura es el camino» no solo acompaña la candidatura, sino que resume su propósito más profundo: seguir avanzando desde el patrimonio y la creatividad, transitar juntos como lo hicieron durante siglos los caminos de la transhumancia, y demostrar que la cultura puede ser el hilo que une pasado y futuro, identidad y apertura, territorio y horizonte.
Si la ciudad logra consolidar esta visión, 2031 podría marcar un antes y un después: el momento en que Cáceres y Extremadura se reconocieron a sí mismas como un cruce de culturas, un espacio de encuentro y un territorio capaz de construir su futuro desde la fuerza transformadora de la cultura.
Más información y novedades en la web oficial: caceres2031.org