El burro 'desahuciado' de la Plaza de Toros
El Ayuntamiento de Cáceres ordena sacar del coso a Platero, un asno que vivía allí y que participaba en la fiesta del Pelele
La Era de los Mártires tiene tras de sí una larga historia. Protegida como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1992, se inauguró con tres festejos en agosto de 1846. La construcción había arrancado dos años antes. Costó 237.000 pesetas. Mucho después, el 29 de septiembre de 1963, los aficionados salieron entregados. Hubo pasodobles y ovaciones para Emilio Oliva, Manuel Benítez 'El Cordobés' y Curro Romero. La de aquella tarde está catalogada como, posiblemente, la mejor faena de todos los tiempos en la ciudad.
Esos y otros detalles se cuentan en el libro sobre la Plaza de Toros y sus 'Apuntes históricos' que escribió César García González. Es un compendio del saber del coso cacereño. Allí está casi todo. Todo no, porque hay historias inimaginables: por ejemplo que hasta ayer mismo en la Plaza vivía un burro.
Se lo regalaron los niños de la escuela taurina al encargado de mantenimiento de las instalaciones. Y no era un asno cualquiera. Platero –así se le conoce– ha participado los dos últimos años como uno de los protagonistas del Pelele y Las Lavanderas, la fiesta que da el pistoletazo al carnaval. Al enterarse de su presencia en la Era de los Mártires, el Gobierno de Luis Salaya ha dado instrucciones para que el animal se traslade a un lugar «más adecuado».
El propietario se niega a que este año se utilice en el desfile y el Gobierno de Salaya asegura que tiene que irse porque «un animal no puede estar en una instalación municipal»
La decisión coincide con la negativa del propietario a que Platero forme parte este año del desfile de Las Lavanderas. Cientos de personas recorren las calles y acompañan al Pelele montado a lomos del asno. La tradición rinde homenaje al oficio al que se dedicaban numerosas mujeres en su día. El muñeco se deshace finalmente pasto de las llamas a su llegada a la Plaza Mayor. Platero hizo el 'trabajo' en 2018 y 2019. Esta vez, su dueño, un funcionario con más de tres décadas de servicio, se negó. Los motivos tienen que ver con el estrés al que era sometido el animal al ser sacado de su entorno habitual y verse rodeado por la muchedumbre.
Consultado por HOY, prefiere guardar silencio. No quiere hacer declaraciones ni entrar en polémicas para evitar que se genere un conflicto. Sin embargo, a raíz de su negativa ha recibido una notificación para que Platero salga de la Plaza de Toros. Su dueño es el responsable de su mantenimiento desde hace ocho años. Prácticamente hace vida allí. El burro se lo regalaron los alumnos de la escuela taurina que dirige Manuel Bejarano. El próximo 15 de mayo Platero habría cumplido cinco años ya en la Era de los Mártires. En la arena, entre el tendido y las zonas de sol y sombra. Su día a día compartía el mismo escenario que Curro Romero y El Cordobés aquella tarde de septiembre del 63. Como si se tratase de un prado aledaño a la Ribera del Marco. O incluso mejor aún, ya que hasta algunos vecinos le conocían sobradamente.
Los niños de una guardería cercana, la del Paseo Alto, reclaman su presencia. En el barrio hay quien incluso ya le ha puesto mote: 'Burro Romero', en un juego de palabras con el nombre del popular torero sevillano.
Tras recibir la orden de sacar el animal de la Plaza, su propietario decidió ayer mismo cumplirla. Platero ha sido trasladado en las últimas horas a su nueva 'casa' en la Charca Musia. Eso sí, este año no paseará su hocico blanquecino y sus orejas oscuras en Las Lavanderas. El Ayuntamiento niega que haya ninguna relación entre esa decisión y el 'desahucio' de la Era de los Mártires. Así lo explicó a este diario el portavoz municipal. «Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Son cuestiones independientes. Para el desfile ya tenemos un animal preparado. En cuanto a este caso, cuando me dicen que hay un burro que vive en la Plaza de Toros, la decisión que se toma es decirle al dueño que lo retire. No se le pone fecha, pero sí se le dice que se lo lleve. Un animal no puede estar allí. Ni en la Plaza ni en ninguna instalación municipal. Es de sentido común», refrenda Andrés Licerán.
Al mismo tiempo, y después de que el Ejecutivo socialista decidiese que no habrá espectáculos con animales en citas como el Mercado Medieval, en las Lavanderas se mantiene la tradición del burro, aunque no vaya a ser Platero. «Hemos hablado con el Colegio de Veterinarios y habrá un profesional con supervisión permanente. Sabíamos que podía haber polémica con esto», admite.
Para el Consistorio el asunto está zanjado. No tiene más recorrido. Platero ya se fue y el Pelele volverá a cargar sobre un burro. La historia del asno de la Plaza de Toros es historia. Aunque para los concejales socialistas ha sido una sorpresa, en el Gobierno anterior eran conocedores de que el equino 'residía' en el coso. De hecho, fue el exconcejal de Festejos el que solicitó los servicios de Platero para el desfile.
«Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...», reflejaba en su lírica Juan Ramón Jiménez. El 'otro' Platero bien podría haberle inspirado también.