El puente de las Brujas, una reconstrucción pendiente en Badajoz
Entre la historia y la leyenda ·
Hace 18 años se derribó el paso peatonal del Calamón para ensanchar el cauce del arroyo. La Cívica pide ahora que se levante de nuevo con los fondos europeos para regenerar las zonas afectadas por la riada
Detrás de su misterioso nombre, el puente de las Brujas fue uno de los más antiguos de Badajoz, si no el más antiguo porque es probable que ya estuviera en pie cuando se comenzaron a unir las dos orillas del Guadiana con el puente de Palmas, que es el que ostenta el título del viaducto con más siglos de la ciudad. Sin embargo, su antigüedad no lo salvó del derribo cuando en 2004 desapareció del paisaje del Cerro de Reyes durante las obras de ensanche del cauce del Calamón.
En la hemeroteca de HOY de ese año se recoge la intención del Ayuntamiento de reconstruir este paso peatonal de solo dos ojos, pero en los 18 años que han transcurrido desde entonces no ha habido ninguna iniciativa en este sentido. Hasta ahora, porque la asociación Cívica le ha enviado un escrito al Consistorio para pedirle que cumpla su palabra y vuelva a levantar el puente de las Brujas, no sobre el arroyo, sino sobre césped. El objetivo, dicen, es que el Cerro de Reyes recupere un símbolo de su identidad.
Para ello quieren que el Ayuntamiento lo incluya dentro del proyecto de recuperación de siete hectáreas de las zonas afectadas por las riada, que han solicitado a los fondos Next Generation que Europa ha mandado a España para amortiguar los efectos de la pandemia.
Sobre el puente de las Brujas se sabe poco. La mitad de los datos que se tiene sobre él son históricos, la otra mitad engrosa las páginas no escritas de la leyenda del Badajoz mágico. Su nombre real era el puente del Calamón, porque servía de paso entre las dos orillas de este arroyo, que atravesaba la entrada de lo que hoy es el Cerro de Reyes pero por entonces aún no era ni barrio, solo asentamientos a las afueras de la ciudad en las laderas de los cerros de los Mártires y de las Mayas.
También se le conocía como el puente de los Mártires, porque daba acceso a la ermita del mismo nombre. Su antigüedad se ha datado tradicionalmente en el siglo XVI, ya que esta construcción está documentada en los planos de hace 400 años. Sin embargo, el puente del Calamón podría ser más antiguo. Así lo cree el historiador y escritor pacense Álvaro Meléndez: «Es probable que fuera una de las obras llevadas a cabo a finales del siglo XV o principios del XVI para dar acceso a la ermita de los Mártires, ya en activo en esa época, cuando acogió a los frailes franciscanos descalzos durante la construcción del convento de San Gabriel, en el paraje de la Mañoca, hoy conocido como el polvorín de los Montitos».
Su nombre es puente del Calamón, pero se bautizó como de las brujas porque allí se asentaban las curanderas y sanadoras
Fue después, en el siglo XVIII, cuando se le rebautizó como el puente de las Brujas, nombre con el que ha llegado hasta nuestros días. Con este apelativo comienza la parte de leyenda que se le atribuye a este antiguo paso del Calamón. Se cree que en el entorno de la ermita se asentaban mujeres curanderas y sanadoras de todo tipo, como las vedoras que quitaban el mal de ojo. «Las leyendas y cuentos populares hablan sin más de la instalación en la zona de brujas y hechiceros expulsados de la ciudad», detalla Meléndez, quien recuerda que junto al puente estaba la conocida como 'fuente de los alunados', vinculada a la famosa leyenda del monstruo de la tarasca, «la singular serpiente comedora de incautos viajeros, reflejada en diversos relatos», recuerda.
La riada firmó su sentencia de muerte. Si bien sobrevivió a la trágica madrugada de noviembre de 1997, su poca altura era un obstáculo en caso de un nuevo desbordamiento y un freno al proyecto de ensanche de los cauces y de reconversión de los márgenes en un parque fluvial.
No obstante, la idea inicial no era derribarlo. El Ministerio de Medioambiente en 1999 presentó el llamado 'proyecto de defensa contra avenidas de los arroyos Rivillas y Calamón', que contemplaba el desmontaje y reconstrucción en otro lugar del puente de las Brujas por su valor patrimonial. Dada la inviabilidad de un traslado piedra a piedra, porque el puente era de adobe y mortero de cal, con roca de ladrillo, se optó por tirarlo.
En 2004, la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que fue quien ejecutó las obras de ensanche de los cauces, derribó el puente, pero antes documentó al milímetro sus hechuras para hacer su futura reproducción, con la idea de que coronara alguna plaza o una rotonda.
Esta es la idea que acaba de recuperar la asociación Cívica, que cree que dentro del proyecto que el Ayuntamiento ha elaborado para regenerar las zonas de exclusión de la riada tiene encaje la recuperación del puente para el Cerro de Reyes. El proyecto, presupuestado en cuatro millones de euros, opta a la convocatoria de los fondos Next Generation asignados a la Fundación Biodiversidad.
«Es el momento de aprovechar y destinar una pequeña cuantía para reproducir fielmente el puente», defiende Rubén Galea, de la Cívica, quien aclara que su propuesta no es volver a levantarlo en el cauce porque es inviable, sino en una zona próxima a dónde estaba. «No tendría funcionalidad, sería un elemento meramente decorativo para recuperar un elemento emblemático del Cerro de Reyes y de su identidad».
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