El origen de la botica, en una muestra en Badajoz

La cura de las enfermedades no se descubrió hasta que no hubo avances. Cuando llegó el microscopio los estudiosos pudieron descifrar qué producía las enfermedades.

Hasta entonces los boticarios y estudiosos de las plantas se habían servido de estas para paliar ciertas dolencias, pero fue este instrumento el que permitió desarrollar la parte curativa de estos vegetales.

De las plantas se habla en los libros que el colegio de Farmacéuticos de Badajoz expone hasta el lunes en una de las salas de la Biblioteca Pública y que está compuesta por los fondos de ambos.

«Quisimos mostrar estos documentos porque nos pareció interesante que la ciudadanía pueda conocer los avances de la farmacia», destaca el presidente del colegio, Cecilio Venegas. Junto a él ha organizado la exposición la farmacéutica Adelaida Checa.

En las vitrinas de la sala no solo hay libros o inventarios. Llama la atención un maletín de madera que es el que los boticarios utilizaban en el siglo XII para llevar en sus viajes. «Esto deja muestra de la importancia que ha tenido la farmacia en la historia. Iba con los hombres había farmacia militar, que fue muy destacada en los sitios de raya, como es Extremadura», asegura Venegas.

Los frascos que llevaban en esos maletines servían para almacenar sustancias como el elixir de vitriolo o el polvo de jalapa, que se utilizaba de laxante, aunque en la medicina moderna su uso está limitado.

También se puede ver un pequeño peso, un mortero y unas probetas para poder hacer las mezclas y componer los medicamentos, que pese a que se desarrollaron con la química, su uso viene de la botánica.

En esto precisamente es en lo que se centra la exposición.

«Los primero libros que componen la muestra están muy vinculados a la botánica. En ellos los estudiosos de las plantas naturales anotaban la referencias sobre estas, por eso mientras más antiguo es el libro mayores son las referencias que guarda», dice.

Ligado a las plantas están también los albarelos, que fue otro de los avances que los árabes introdujeron en la farmacia sobre el año 1000. De ellos no hay ninguno en la exposición, pero sí aparecen en los primeros libros de botica. En ellos se habla de la importancia de estos recipientes de cerámica destinados a guardar las preparaciones sólidas, raíces, hojas y tallos, ya que su material es esencial para preservar las plantas de la humedad y de la contaminación cruzada.

«Más allá de su capacidad para preservar las plantas estos recipientes estaban hecho con la suficiente ergonomía para facilitar al boticario la creación de las mezclas», destaca Cecilio.

Unas mezcla, que como exponen en la vitrina central, facilitó el conocimiento que otorgó el microscopio.

El que se preside la exposición fue el que utilizó el farmacéutico pacense Ricardo Camacho, que tenía su propio laboratorio. «La familia nos donó su instrumento y queríamos mostrarlo también porque es pieza clave en la historia de la farmacia».

América es clave en la historia del desarrollo de la botica.

Por eso uno de los ejemplares que están estos días en la biblioteca es 'La historia medicinal de las cosas que se traen de las indias occidentales'.

«Estos documentos ya hablan de medicina porque aquí es donde Nicolás Monarde estudia las plantas que tren de América desde el punto de vista medicinal».

Entre sus páginas aparecen el palo santo y el guayaco, cuyas propiedades están ligadas con analgésicos y problemas digestivos. Tras su descubrimiento, se comenzaron a utilizar para tratar la sífilis, que era una de las enfermedades que mayor preocupación suscitaba entre la población. «Metían a las personas en una barrica con mercurio a la cual le daban fuego por la parte de inferior. Los vapores lo que originaban es que a las personas se le cayese el pelo y las uñas».

Entre los avances de la farmacia, este libro también recogía el tabaco como una planta medicinal, que en un principio Monarde creyó que servía para aliviar los problemas pectorales.

El estudio de las plantas y su adquisición estuvo conectado al comercio desde que llegaron las primeras expediciones procedentes de América hasta Guadalupe. Entonces lo boticarios comenzaron a pagar alcabalas a los reyes por la venta de medicamentos amargos, que eran las plantas curativas. Mientras que las dulces estaban exentas del impuesto. «Esto prueba que los medicamentos han estado sujetos al IVA, y del mismo modo este es mayor en parafarmacia que en medicamento curativo».

Una evolución que recoge la 'Pharmacopea', que es el libro al que acuden los farmacéuticos para consultar en qué se usan todos los productos químicos naturales.

• Temas
• Badajoz
• Extremadura