Miedo a que la marcha de Zara vacíe Menacho

En Badajoz planea el fantasma de que a Menacho le pase como a San Juan desde que el miércoles se hizo público el cierre de Zara en mayo. La decisión tomada por Inditex y comunicada ya a los trabajadores, ha disparado los temores entre comerciantes, vecinos y compradores que no esconden el miedo de que la marcha del buque insignia de Inditex sea la muerte del comercio del centro.

El reclamo de la firma de Inditex para mover público es lo que ha mantenido vivo el pulso comercial de Menacho y lo que ha animado a los pequeños comercios a instalarse en esta calle. Su marcha tendrá tres efectos inmediatos: menos compradores, menos tiendas y un local enorme más vacío.

«Zara le da mucha vida a la calle Menacho e incentiva a los pequeños negocios porque vas paseando y de paso entras en otras tiendas, pero si la cierran no vendrá tanta gente. Yo por ejemplo me iré directamente a El Faro», reconocía ayer María Bernáldez, una estudiante de ADE y Economía de 18 años.

De la misma opinión es Sara Agudo, también estudiante. «Me gusta más venir a Menacho porque en El Faro me agobio, pero si cierran Zara me saldrá más a cuenta irme allí porque aquí solo quedará Stradivarius. Me parece mal que cierren la tienda, van a estropear la calle Menacho, que es también algo turístico de Badajoz, porque la gente de fuera como los portugueses solo irán a El Faro».

El impero de Amancio Ortega ha abandonado en apenas un año y medio sus dos locales de Massimo Dutti y sus tiendas de Pull&Bear y Zara Home. El cierre en dos meses de Zara será la puntilla a una calle que languidece. HOY contabilizó ayer veinte locales vacíos solo en la calle Menacho, una situación crítica sobre la que planea la incertidumbre.

«El confinamiento, los cierres por la pandemia después y ahora Zara... es un efecto dominó que está haciendo que Menacho vaya desapareciendo», comenta Rocío Pámpano, que trabaja en La Botica de los Perfumes, una tienda que está justo enfrente de Zara. No oculta su preocupación: «Las pequeñas tiendas nos apoyamos en las grandes y Zara llama a mucha clientela y eso nos ayuda».

Lo mismo reconoce Jesús Rodríguez Dávila, gerente de la tienda British Cotton. Se instaló en un local muy próximo a Zara, a sabiendas de que es el punto con más trasiego de gente de Menacho. Estaba reformando el local justo cuando decretaron el confinamiento. «Tuvimos muy mala suerte porque antes de eso el pequeño comercio estaba remontando de la crisis anterior y del efecto de El Faro y era un buen momento para estar en esta calle. Ahora tenemos que hacer frente a la crisis pospandemia en una calle que poco a poco va muriendo por el cierre de las franquicias. El futuro de Menacho es muy incierto porque las tiendas importantes de firmas importantes que se han ido no van a volver».

También hay opiniones más optimistas, como la de Ramón Ardila, un pacense que vive justo encima de Zara. «Nosotros estamos encantados con la tienda porque da mucho ambiente a la calle. No sé lo que va a pasar con Menacho cuando cierre, pero en el centro se está construyendo el edificio de Cajalmendralejo y está el Hospital Provincial, a ver si lo abren, que pueden traer gente».

Para Manuela López Carrasco, dueña de la tienda Strass, ha llegado el momento de que Menacho se replantee su futuro. «El cierre de Zara nos va a afectar negativamente porque hay un público que va a dejar de venir al centro. Creo que ha llegado el momento de que apostemos por tener más comercios especializados con productos que no tengan las grandes cadenas para poder atraer a nuevos clientes».

López intenta conservar el optimismo, apoyándose en un hecho: «El centro no puede morir, con el confinamiento y el cierre de tres semanas después de Navidades hemos visto lo que es una ciudad con el comercio cerrado. Creo que ha llegado el momento de hacer una reflexión y pensar de qué forma podemos resurgir para que el centro no muera como pasó en su momento con las tiendas del Casco Antiguo».