Las ermitas de la Alcazaba de Badajoz, en la lista roja del patrimonio
Alerta ·
La asociación Hispania Nostra denuncia la inacción de las administraciones ante el estado de ruina y abandono de los restos de estas dos construcciones
Las ermitas del Rosario y la Consolación de la Alcazaba ya forman parte de la lista roja del patrimonio, el vergonzante ranking de construcciones históricas españolas al borde de su desaparición. Los restos de estas dos ermitas históricas apuntaladas y acordonadas en mitad del principal monumento de la ciudad han sido las últimas en entrar en este listado que señala directamente a quienes no hacen nada por salvarlas.
La asociación Hispania Nostra es quien, desde su creación en noviembre de 2007, saca los colores a las administraciones públicas poniendo en un listado el patrimonio histórico que no atienden.
Las ermitas de la Alcazaba tienen el mérito de formar parte de ella por –alerta la asociación–, el estado de ruina y abandono y los sucesivos derrumbes que viene sufriendo desde el año 2000. A esto se suman los expolios y el vandalismo que han contribuido a que su deterioro sea cada día más irreversible.
Hispania Nostra destaca el valor histórico de los restos de estas construcciones, que son la carta de presentación de quienes entran en la Alcazaba por la puerta de Carros. En sus cinco siglos ha tenido todas las vidas posibles: religiosa, militar y civil.
La ermita del Rosario es la más antigua. Se construyó a mediados del siglo XVI y fue sede, destaca la asociación, de la Cofradía de los morenos del Castillo, llamada así porque fue fundada por esclavos africanos.
La de la Consolación se construyó posteriormente, probablemente aprovechando los restos del hospital de Santa María del Castillo. También fue sede de una cofradía, la apodada de los barberos.
La Guerra de la Independencia las dejó maltrechas y, a partir de ahí, fueron reutilizadas como cementerio y como polvorín hasta que en la primera mitad del siglo XX la Alcazaba perdió su carácter militar. Aunque luego fueron reaprovechadas como viviendas, su abandono definitivo llegó en 1965.
En 2012 se valló el perímetro para evitar el acceso al complejo. También se tapiaron las puertas y ventanas robadas. Pero su preservación no ha sido efectiva, la prueba son los frecuentes derribos que sigue sufriendo.
Medio siglo en el olvido
Desde hace más de medio siglo esperan pacientemente a entrar en alguno de los planes de rehabilitación del patrimonio, de esos que dan el salto del papel al terreno. Este es el motivo por el que Hispania Nostra ha incluido a las ermitas dentro de su lista roja del patrimonio.
Así lo señala: «Pese a las repetidas peticiones de las asociaciones cívicas, ni la administración local ni la autonómica han hecho nada por su recuperación. La Junta de Extremadura –prosigue– anunció que sacaría el proyecto de rehabilitación a concurso sin que hasta la fecha se haya iniciado».
Tal y como señala Hispania Nostra es la Consejería de Cultura quien tiene en su mano dar el primer paso para intentar salvar lo que queda de las ermitas históricas de la Alcazaba, que es costear la redacción de los proyectos de rehabilitación. Se comprometió a ello a finales de 2020 y aunque asegura a HOY que ese compromiso se mantiene, lo cierto es que, transcurrido un año, no se ha avanzado nada.
Fue el anterior alcalde, Francisco Fragoso, quien le pidió a a la Junta de Extremadura, primero a la Consejera de Cultura y después al presidente en la última reunión que tuvo con él antes de dejar la Alcaldía, que actuara en las ermitas.
Desde marzo está pendiente que la Junta costee los proyectos para su rehabilitación
Lo hizo argumentando que la administración regional mantiene una deuda con Badajoz que ronda los 1,5 millones de euros, con respecto a las aportaciones que tanto el Ayuntamiento como el Gobierno de España han hecho ya para recuperar la Alcazaba por fases.
Tras una visita técnica para hacer una primera valoración del estado de las construcciones, en marzo del año pasado la Junta de Extremadura anunció su compromiso de financiar los proyectos de rehabilitación, para conocer qué habría que hacer para salvar las ermitas y lo más importante, cuánto costaría rescatarlas de la ruina.
El compromiso sin fecha
El coste de este encargo ronda los 130.000 euros pero sigue sin liberarse. La Consejería de Cultura asegura que el compromiso se mantiene y se cumplirá este año, pero que no hay una estimación de fecha por parte del servicio de obras para sacar el concurso y que, en cualquier caso, habrá que esperar a que se abran los presupuestos del nuevo año.
Lo que sí garantizan es que habrá fondos para destinarlos a estos proyectos, porque aunque no tienen una partida nominativa en las cuentas de este 2022, el dinero se sacará de la bolsa del presupuesto que Cultura ha reservado para la rehabilitación patrimonial este año.
Después de tener los proyectos, habrá que librar la verdadera batalla: encontrar la financiación para poder contratar las obras de rehabilitación. Aunque la cuantía no se conoce, se calcula que no será inferior a los 1,5 millones de euros. Hasta entonces, las ermitas seguirán señaladas en rojo.
De conventos a puentes, el inventario señalado en Badajoz
Las ermitas del Rosario y la Consolación han sido la última incorporación de Hispania Nostra a su lista roja del patrimonio, pero no son las únicas. En su inventario hay otras siete construcciones en peligro localizadas en la ciudad Badajoz. Desde el parque Ascensión al puente de Cantillana (este último reconocido como BIC en octubre pero sobre el que no hay planes para su rehabilitación); desde la villa romana de La Cocosa (la finca que la Diputación tiene en la carretera de Valverde) a la fuente de los Cuadrajones en el camino viejo de San Vicente, de donde los aguadores cogían el agua para vendérsela a los pacenses cuando a la ciudad aún no llegaba potable; y de la Atalaya de los Frailes a los conventos de las Adoratrices y las Trinitarias.
