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Celebración del éxito de la comunicación en el instituto Pedro de Valdivia. S. GÓMEZ

El instituto Pedro de Valdivia se pone en órbita

Villanueva. Once estudiantes hablan con un astronauta en el espacio

SOLEDAD GÓMEZ

Miércoles, 17 de junio 2020, 08:23

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El reloj se acerca a las dos de la tarde y cada minuto que pasa los nervios de once adolescentes villanovenses crecen a la misma velocidad que lo hace una señal procedente del espacio que se acerca a su objetivo en Amberes (Bélgica), desde donde un radioaficionado la puede distribuir.

Unos 400 kilómetros separan en ese momento a este grupo de estudiantes del instituo Pedro de Valdivia de los astronautas de la NASA a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). En ella viajan varios astronautas de la Expedición 63, actual misión de larga duración a la ISS, que comenzó el 17 de abril de 2020. Entre ellos está el comandante estadounidense Christopher Cassidy, que en solo unos minutos va a charlar con los jóvenes.

La expectación es máxima en la biblioteca del instituto desde donde se coordina la comunicación por el encargado del proyecto José Pineda, los radioaficionados Pedro Pérez y Juan Antonio Fernández y el informático Paco Murillo. Pero no están solos, ya que cuentan con la supervisión del ISS en Texas, desde donde llaman por teléfono a los jóvenes, cada uno en su casa en Villanueva de la Serena, y con un moderador en Atlanta. Y justo a las 14.25 horas se produce el milagro y aparece por el horizonte la órbita de la Estación Espacial.

Es el primer contacto de Europa con varias personas conectadas desde sus casas y de forma simultánea

Antonio, Carlos, Iván, Elisa, Jesús, Paula, José Manuel, Luis, David, Carlos y Paola acaban de hacer historia. Llevan cuatro años esperando comunicarse con la Estación Espacial Internacional y ayer, por fin, lo consiguieron. Es la primera vez que un centro educativo extremeño logra entrevistarse con un astronauta en el espacio, y además han logrado lo que nadie en Europa, hacerlo sin salir de su casa, conectados de forma simultánea, asegura José Pineda.

Forman parte del proyecto 'IESPV Space project' cuyo objetivo es el diseño y puesta en marcha de una estación de seguimiento espacial para comunicar con la ISS. Para ello, han tenido que aprender electrónica y robótica durante cuatro años, hasta el punto de crear e instalar sus propias antenas y un rotor para controlarlas, «casi jugando a ser técnicos de la NASA», indica el coordinador. Sin embargo, la prueba más difícil no la pasaban, que era que les aprobaran la comunicación con los tripulantes en el espacio, hasta que la perseverancia y el mérito técnico han pesado para que se haya autorizado.

La conversación fue de diez minutos, que es lo que dura el paso de la Estación Espacial por el punto de recepción en Amberes, ya que se mueve a 27.000 kilómetros por hora, dando una vuelta a la Tierra cada 90 minutos. Tampoco han podido usar sus equipos ya que la comunicación se ha tenido que hacer vía telefónica y por internet al estar cada alumno en su casa, por seguridad ante la crisis sanitaria.

Cómo desafían las leyes de la gravedad, la dieta que siguen o si ha adquirido una nueva perspectiva sobre la vida y los problemas cotidianos, han sido algunas de las preguntas que han planteado a Chris Cassey. Éste les ha explicado que practican ejercicio a diario, ven series y películas y escuchan música para entretenerse, o que incluso le gusta tocar la armónica y pasar tiempo contemplando la Tierra.

Una experiencia única que ha supuesto un pequeño paso para las comunicaciones espaciales, pero un gran salto para Extremadura.

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