«Mi hija no es un perro, para que nadie haga nada por buscarla. Llevamos siete días de sufrimiento sin saber de ella, y desde el miércoles nadie se ha puesto en contacto con nosotros». Es el grito desesperado de Carmen Martín, que hace siete años llegó a Campanario desde las islas Canarias acompañada de Sandra, la pequeña de sus siete hijos. Ambas se asentaron en el municipio campanariense, donde comparten vivienda en la calle Segadores con el segundo marido de Carmen, Juan Mora. Con la voz quebrada y con lágrimas en los ojos, relataba a este diario que ayer se cumplía una semana sin ver a su hija,...