La tercera víctima mortal por gripe A en la región es una joven de 26 años
Residente en Navalmoral de la Mata, estaba embarazada de 16 semanas y falleció el jueves en el Clínico de Salamanca
A. B. HERNÁNDEZ
Martes, 28 de enero 2014, 17:45
Extremadura suma tres víctimas mortales por gripe A. La última conocida es una mujer de 26 años que residía en Navalmoral de la Mata y que estaba embarazada de 16 semanas.
Esta mujer no presentaba ninguna enfermedad crónica ni otros factores de riesgo; al parecer no se había vacunado. Debido al estado de gravedad en el que se encontraba fue derivada desde el Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata hasta el Virgen del Puerto de Plasencia, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos y desde donde fue derivada posteriormente hasta el Clínico de Salamanca, lugar en el que falleció el pasado jueves. Su muerte ha conmocionado a la localidad morala.
Se trata de la tercera víctima mortal en la región a consecuencia del virus tipo A/H1N1, después del anciano de 80 años que murió el pasado 17 de enero en el hospital de Llerena, y el hombre de 52 que murió el domingo por la mañana en el Infanta Cristina de Badajoz.
El anciano de 80 años de edad reunía varios factores de riesgo como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad cardiovascular crónica y obesidad, según informó tras su fallecimiento el Servicio Extremeño de Salud (SES). Sin embargo, el hombre de 52 no presentaba factores de riesgo de la misma forma que tampoco tenía la embarazada de 26 años.
Según la última información sobre gripe A en Extremadura facilitada por el SES, son nueve los hospitalizados en estado grave en diferentes centros de la región. Aunque desde el inicio de la temporada de vigilancia de la gripe han sido doce las personas que en Extremadura han requerido ser hospitalizadas por esta enfermedad. Dos de ellas han fallecido -el anciano de 80 años y el hombre de 52-, otro fue dado de alta en el hospital Tierra de Barros de Almendralejo y los otros nueve seguirían ingresados según la última información facilitada por el SES.
El primer caso se notificó en la semana del 30 de diciembre al 5 de enero, el segundo en la semana siguiente y los otros diez la semana pasada, entre el 13 y el 19 de enero, según ese último recuento de Salud, en el que no incluyó los casos que se produjeron la semana pasada, entre los que se encuentra la joven morala que ha fallecido en el Clínico de Salamanca.
De los diez que había ingresados la semana pasada, siete requirieron ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos, mientras que los cinco restantes fueron atendidos en planta. De los doce pacientes, diez estaban infectados por virus tipo A nH1N1 y los otros dos por virus tipo A H3.
El motivo del ingreso de estos pacientes han sido las diversas complicaciones que presentaban asociadas a la gripe, en la mayoría de los casos neumonía, pero también co-infección, insuficiencia respiratoria y fallo multiorgánico.
Diez de ellos presentaban factores previos de riesgo, mientras que en los otros dos casos se trataba de personas sanas. Según el SES, al menos ocho de estos pacientes no se habían vacunado contra el virus de la gripe.
El subdirector de Epidemiología, Julián Mauro Ramos, explicó entonces que la incidencia de la gripe está siendo similar a la de otros años y la previsión es que aumente en las dos próximas semanas -ésta y la siguiente-, para alcanzar el pico de la onda epidémica en la primera semana de febrero, momento a partir del cual se espera que empiece a descender.
Desde 2009
La gripe A surgió en 2009. Se trata de una cepa viral que sufrió una mutación y dio un salto entre especies (o heterocontagio) de los cerdos a los humanos, para después permitir el contagio de persona a persona. En junio de ese año la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como de nivel de alerta seis; es decir, «pandemia en curso». No por la gravedad de la enfermedad, sino por su extensión geográfica. Y un año después la OMS anunció el fin de la pandemia, que tuvo una mortalidad baja, en contraste con su amplia distribución.
El virus de la gripe A, en comparación con el que provoca la gripe estacional o B, es más agresivo y provoca cuadros más graves. Además puede afectar a colectivos a los que el virus de la gripe estacional apenas causa daño, como es el caso de los adultos jóvenes. Porque va más allá de los mayores de 60 años y de aquellos que padecen enfermedades crónicas, especialmente respiratorias.
De ahí que los expertos aconsejen extender la vacuna antigripal también a los que no son considerados grupos de riesgo, entre los que se encuentran, según el protocolo para la vigilancia de la gripe aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, los mayores de 65 años, los menores de esa edad con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas, trabajadores sanitarios, personas que trabajen en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, personas también que presten cuidados domiciliarios a estos enfermos o a ancianos y empleados de servicios públicos esenciales, entre los que se incluyen policías, bomberos, trabajadores de centros penitenciarios, de centros de internamiento...