Cómo reponerse de los excesos navideños
Los kilos ganados pueden perderse para fin de mes si las rebajas de enero comienzan en la mesa y se acude a ellas con zapatillas de andar El presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria elabora un decálogo de salud para recuperarse en 20 días de la sobrecarga alimentaria de las fiestas
FERMÍN APEZTEGUIA
Miércoles, 8 de enero 2014, 10:24
Las navidades son para disfrutarlas y eso, se quiera o no, incluye pasarse en la mesa más allá de lo que nos aconseja nuestra conciencia dietética. «En estas fechas, hay que tolerar cierta permisividad», admite el presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta. «Hay platos que, por tradición, sólo se comen con el cambio de año y otros que sólo los prepara alguien con quien únicamente compartimos mesa esos días. No siempre se puede decir que no», reconoce el experto, complaciente. Pero pasada la festividad de Reyes, se acabó lo que se daba. Llega el momento de la verdad y en la mente (y el espejo) de más de un comensal revolotea desde ayer una única pregunta. ¿Cómo puedo recuperar el peso y la forma anterior a las navidades?
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La respuesta es que es posible conseguirlo en 20 días, lo que dura la cuesta de enero. Aranceta ha elaborado un decálogo de medidas de salud alimentaria para reponerse de los excesos en tres semanas. La consecución del objetivo final, que es perder ese peso de más que se gana en navidades -«entre 500 gramos y cuatro kilos, según el perfil metabólico de cada uno»-, requiere de dos condiciones. La primera, la más obvia, es que se haga caso de todas las recomendaciones sanitarias detalladas a continuación o, al menos, de la mayoría. Sin trampas. A partir de ahí, no lo olvide: los milagros no existen. El disfrute de un buen estado de salud nutricional requiere dieta sana y ejercicio no sólo durante tres semanas, sino todo el año.
La recuperación de la forma, física, anímica e incluso intelectual, pasa por favorecer el reposo digestivo y metabólico. El exceso de calorías en forma de salsas y dulces sobrecarga de actividad no sólo al estómago, sino también a otros órganos, como el hígado, la vesícula y el sistema cardiovascular. La toma de platos 'limpios' como purés de verduras, ensaladas y zumos de frutas dejan descansar la 'maquinaria' y la preparan para una paulatina «vuelta a la normalidad».
Agua y zumos
Favorecer la depuración requiere fomentar la hidratación. En estos 20 días, habrá que beber en más cantidad de lo habitual, «mejor entre horas», con el fin de que los desechos se eliminen con mayor facilidad a través de la orina. «Beba cinco o seis vasos de agua o zumos de fruta», como piña, papaya o una mezcla de tres partes de naranja y una de limón, que limpia el aparato digestivo. El tránsito intestinal, atorado por el exceso de comida, puede mejorarse con «un truco infalible». Deje cuatro o cinco ciruelas pasas en remojo durante la noche y tómeselas al día siguiente con un zumo. Si a eso añade purés de hojas verdes y el consumo de peras y kiwi, mucho mejor.
El cuarto objetivo pasa por recuperar el peso original, mejor aún si se aprovecha la ocasión para alcanzar un registro saludable. Suprima fritos y salsas y evite los postres. Si le resulta difícil, sustituya los flanes y natillas por peras o manzanas. Vuelva al gimnasio y añada a la media hora de caminata vigorosa diaria una hora más, por la mañana o por la tarde, cinco días a la semana.
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Modifique sus técnicas culinarias y apueste por platos preparados al vapor, hervidos, a la plancha, al horno o al papillote, con papel aluminio. Rebaje también a la mitad el aporte de sodio con un menor consumo de sal. Beneficiará a su peso y también a su corazón. Una opción saludable puede ser utilizar sal marina especiada.
Reserve el aceite de oliva -que sea virgen extra- para condimentar las ensaladas, mejor con un espray vaporizador; y combata la pesadez estomacal con infusiones claras de manzanilla con anís. Un espíritu positivo y el cumplimiento de cinco raciones de frutas y verduras al día harán el resto. «Después de las tripadas de las fiestas, someterse a un estricto ramadán puede ser un error tan grande como no comenzar a cuidarse», advierte Aranceta. Las rebajas de enero han de comenzar en la mesa y con las zapatillas de andar.
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