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SOCIEDAD

Puñetazos por la cara

Se llama 'apunta y noquea'. Es una peligrosa forma de violencia y está extendiéndose en Estados Unidos. Consiste en dar un fuerte golpe en la cabeza de la víctima

JUAN PABLO NÓBREGA

Martes, 7 de enero 2014, 01:23

Tiene nombre de videojuego y sus protagonistas parecen sacados de una película de Tarantino, pero el 'juego del noqueo' ('knockout game') es un ejercicio de violencia gratuita tan real como la vida misma que se extiende como la pólvora en Estados Unidos. Decenas de incidentes registrados en los últimos meses muestran algunas variaciones en la forma en que se producen los ataques. No así las consecuencias: la mayoría de las víctimas acaban maltrechas en los hospitales y, en algunos casos, directamente en la morgue. En las historias registradas por la Policía siempre aparece un adolescente o un grupo de adolescentes aburridos que espían con sigilo a los viandantes. Una vez han evaluado al candidato ideal, se acercan y le asestan un puñetazo lo más fuerte posible en la cabeza con la intención de dejarlo K.O. Los más desvergonzados se atreven incluso a colgar vídeos de la agresión en las redes sociales.

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Los ataques no son exclusivos de las grandes ciudades ni de sus barrios más pobres. En Nueva York se han producido varios casos en un área de Brooklyn donde no se registraban incidentes de violencia indiscriminada desde comienzos de la década de 1990. Tampoco es fácil establecer un patrón. A veces los agresores son afroamericanos, otras judíos, en ocasiones hispanos. Entre las víctimas hay de todo, homosexuales, chicos de cualquier extracto social o personas mayores que son cogidas por sorpresa al salir del supermercado.

El pasado noviembre, una mujer de 78 años fue golpeada de súbito en la nuca cuando paseaba a su nieta en un carrito por una calle tranquila en Brooklyn. Nadie le robó su dinero ni otras pertenencias que llevaba en el bolso, una característica de este tipo de ataques.

«No me querían robar»

Los niños tampoco están a salvo, como lo muestra la agresión un chaval judío ortodoxo de 12 años en Williamsburg (Nueva York) a manos de una pandilla de «15 adolescentes negros», según consta en el informe policial. Todos los golpes fueron en la cara. Como despedida, los agresores huyeron gritando, «¡lo agarramos!».

Leandro Rivero, un hispano residente en Washington, ha sido una de las últimas víctimas de este perverso juego conocido también bajo el lema «apunta y noquea». Varios adolescentes se abalanzaron sobre él cuando regresaba de noche a su casa y le agredieron sin ningún motivo. «Iban a pegarme por detrás, pero como escuché pasos me giré, intenté zafarme y caí al suelo. Me pegaron y luego se fueron corriendo», explicó Rivero. «Creo que no me querían robar, porque eran varios y yo estaba tirado en el suelo. De haber querido robarme, hubieran podido hacerlo», añadió.

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Uno de los aspectos más preocupantes de este fenómeno es que se ha asentado la noción, autoridades incluidas, de que se trata de un pasatiempo de chicos aburridos. «Denominar juego a lo que está pasando puede ser un buen gancho para los medios de comunicación, pero nosotros ya tenemos un nombre para este tipo de problema: son asaltos indiscriminados en la calle, un fenómeno terrible pero nada nuevo», señaló el sociólogo de Harvard, Orlando Patterson, al periódico 'The Daily Caller'. «Es un patrón de violencia brutal propio de gente enferma. En cuanto a las víctimas, en un abrir y cerrar de ojos se ven envueltas en una tragedia sin sentido».

De manera incomprensible para algunos, los departamentos policiales de grandes ciudades estadounidenses muestran su escepticismo sobre el alcance de estos brotes de violencia y evitan asociarlos a figuras delictivas de mayor gravedad, como los asaltos indiscriminados en la calle. «Estamos tratando de determinar si esto es un fenómeno de verdad», señaló el jefe de Policía de Nueva York tras el ataque sufrido por un joven judío de 24 años derribado de un golpe y al que sus atacantes -tres hispanos y un hindú entre 28 y 38 años- respetaron su cartera.

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En las dos últimas décadas, la delincuencia en Estados Unidos se ha reducido casi un 40%, pero la escalada de agresiones propiciadas por el 'juego del noqueo' es difícil de ignorar. Las mismas autoridades que dudan sobre qué etiqueta colgarle, ven como las bases de datos de la Policía engordan con asaltos de adolescentes que pegan por el placer de pegar. Desde 2009, al menos nueve personas han muerto en todo el país a manos de estos salvajes 'noqueadores'.

Las autoridades estadounidenses constatan un incremento de las muertes y ataques donde los adolescentes practican el 'juego del noqueo', pero todavía se resisten a catalogarlo como un fenómeno generalizado.

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Los atacantes espían a su víctima, le tienden una emboscada en el lugar más inesperado y, cuando la tienen a tiro, le asestan un golpe a traición en la cabeza. El objetivo es dejarlas inconscientes de un solo puñetazo. Si no lo logran a la primera, los golpes se repiten hasta que la persona queda K.O.

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