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PILAR ARMERO
Jueves, 6 de diciembre 2012, 01:12
Paradores prevé despedir a 45 de los 277 trabajadores que tiene en sus siete establecimientos de la región, el 16 % de la plantilla. Así se recoge en la propuesta que la empresa pública presentó a los sindicatos el lunes durante la constitución de la mesa negociadora del expediente de regulación de empleo que ha presentado. Además, el 21% de la misma pasaría de ser fija a fija discontinua, una circunstancia que se propone concretamente para el personal de Guadalupe y Zafra, por lo que ambos podrían cerrar varios meses al año. El documento solo habla del cierre temporal de la primera localidad.
Desde la empresa, sin embargo, no se confirma ni la cifra prevista de despidos para la región ni que esos dos establecimientos vayan a funcionar solamente durante los meses de más actividad.
«La negociación sigue adelante hasta el 2 de enero por lo que hasta entonces no se puede concluir absolutamente nada. La única cifra que mantenemos es que el plan de reestructuración supondrá 644 extinciones en todo el país», señalaron fuentes de la empresa.
En el caso de Extremadura se proponen despidos en los siete establecimientos y donde saldrán peor parados es en Zafra y Trujillo, en los que se prescindirá de 15 y 13 personas respectivamente. En el resto de establecimientos el número de despidos oscila entre los 5 de Mérida y los 2 de Guadalupe; en este último las 32 personas que quedarán en plantilla pasarán a ser fijas discontinuas, igual que las 27 de Zafra, de manera que se les contrataría durante los meses que abra.
La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre los trabajadores de la empresa estatal, a pesar de que desde que en verano iniciaron la negociación del reajuste temían una mala conclusión. «Pero nunca tan catastrófica como esta», señaló ayer Carmen Omenat, representante de Extremadura en el Comité Intercentros desde el que se sigue la negociación con la empresa. «En todos los años que llevamos trabajando en Paradores no hemos vivido una situación tan mala como esta. Se va a echar por tierra el prestigio de una marca tan emblemática como es Paradores de España», señalaba ayer con tristeza.
La respuesta inmediata a esta decisión ha sido convocar dos días de huelga seguidos, mañana viernes y el sábado festivo. Los sindicatos han hecho un llamamiento para que el seguimiento sea total porque consideran que es la única manera que tienen de combatir la decisión. «Paradores debe quedar paralizado», se lee en las cuartillas que han difundido CC OO y UGT alertando sobre la situación. Además, se va a remitir una carta a los alcaldes de las localidades extremeñas que tienen parador para pedir su apoyo en la defensa de la permanencia de los puestos de trabajo.
Empleados de 50 y 60 años
Las negociaciones continuarán desarrollándose en lo que queda de este mes de diciembre y hasta el tres de enero y a la vista de la propuesta de regulación de la empresa, que los sindicatos y los afectados califican como desproporcionada, los representantes de los trabajadores temen que el objetivo que se persigue sea la total privatización de la red nacional a pesar de que el ministro de Turismo, José Manuel Soria, señaló a principios de esta semana que es una medida que se contempla solo puntualmente para algunos establecimientos.
Lo que no se ha proporcionado a los negociadores es el listado de las cocinas y restaurantes que también se prevén cerrar o reorganizar, limitándolas a servicios de comidas o cenas. Lo único que saben por el momento es que serán nueve en toda la red, pero tendrán que esperar a próximas reuniones para conocer si esta intención afecta o no a Extremadura.
La edad media de los trabajadores de los paradores extremeños está por encima de los 50 años y en algunos casos hasta de más de 60, según indicó Carmen Omenat. Muchos llevan toda una vida trabajando para la cadena estatal; de hecho los establecimientos de la comunidad autónoma acumulan años de tarea, empezando por los de Mérida que fue el quinto en abrir sus puertas en España en 1933 por detrás de los de Gredos, Oropesa, Úbeda y Ciudad Rodrigo. Posteriormente se fueron incorporando los de Jarandilla, Guadalupe, Zafra, Trujillo, Cáceres y Plasencia, el último en sumarse a la red en 2000.
«Somos como una gran familia», señaló la representante extremeña en el Comité Intercentros, que volverá a sentarse en la mesa en la que se negocia el ERE el martes de la semana que viene, después de un puente que los empleados de la red nacional dedicarán a hacer huelga como medida con la que mostrar su rechazo a los pretendidos despidos y cierres.
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