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ANA LUZ MANZANO
Sábado, 25 de agosto 2012, 03:53
Agotada las posibilidades que ofrece la vía legal, el Ayuntamiento opta por la presión social como método para tratar de impedir que nueve aerogeneradores coronen la Sierra de Santa Bárbara. Así, Fernando Pizarro ha informado de que «en los primeros días de septiembre» el Gobierno local se reunirá con las asociaciones ecologistas que han presentado alegaciones contra la construcción del parque eólico en la sierra que separa Plasencia y Malpartida, y que se ubicará en el término municipal de esta localidad vecina.
Tras el verano, el Ayuntamiento abrirá conversaciones con ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono), organización que ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas tratando de parar la instalación de los aerogeneradores. Y con Seo/BirdLife, que ha presentado un recurso de alzada solicitando la revisión del parque eólico, pues considera que se ubicaría dentro de los límites de un Área Importante para la Conservación de las Aves de Monfragüe y a 5 kilómetros de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
La intención del Gobierno local es conocer los criterios que defiende cada grupo ecologista y valorar la viabilidad de los procedimientos administrativos que algunos de ellos aseguran que aún se pueden llevarse a cabo en este caso. El Ayuntamiento da este paso al considerar que las cuestiones que plantean ARBA y SEO/BirdLife son similares a las que el Consistorio placentino alegó tanto en las conversaciones mantenidas con la promotora del proyecto, Energías Eléctricas de Extremadura, como en la carta que le hizo llegar a esta empresa para mostrar su negativa a la instalación de los molinos.
«Se trata de reivindicaciones que no parten solo de Plasencia, algunas incluso vienen de la propia Malpartida», asegura el primer edil. Reitera su idea del impacto visual y sonoro que el parque eólico causará a Plasencia. Pero en esta ocasión va más allá, ya que el alcalde opina que los molinos no perjudican solo a la ciudad. «El daño se le hace también a Monfragüe, incluso a la propia Malpartida, considerada puerta de acceso a este Parque Nacional», argumenta Fernando Pizarro. Destaca «la enorme vinculación del Parque Nacional con el turismo ornitológico» así como «la imagen que da tener estos elementos (refiriéndose a los molinos) en la puerta el Monfragüe, además del daño que provocan a la fauna».
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