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ANTONIO ARMERO
Lunes, 5 de marzo 2012, 11:32
Para los bomberos forestales de la región, el verano empezó el pasado jueves. Ese día, todo el personal adscrito al Infoex (Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura) pasó a estar en una situación de disponibilidad laboral idéntica a cuando más aprieta el calor y el riesgo de que el monte arda se multiplica.
La culpa del cambio la tiene, principalmente, la climatología. Y en concreto, la falta de precipitaciones. La sequía es una de las razones que han movido a la Junta a cambiar la catalogación de época de peligro bajo, habitual en estas fechas, por la de riesgo medio. A efectos oficiales, la modificación se produjo el pasado viernes, cuando se publicó en el DOE (Diario Oficial de Extremadura) el decreto que recogía la novedad. La modificación se explica por distintos motivos, y tiene varias consecuencias.
«Desde el 1 de enero y hasta el pasado lunes, en la región se habían producido más de trescientos conatos o pequeños incendios, una cantidad diez veces superior a lo normal». El dato lo aporta Juan Carlos Gómez Roldán, jefe de servicio de Prevención y Extinción de Incendios, y es básico para comprender por qué se ha tomado una decisión en absoluto habitual.
Durante la época de peligro bajo, buena parte de la plantilla del Infoex está dedicada a tareas selvícolas y preventivas. Al cambiar la catalogación de peligro bajo por la de medio, el cien por cien de los trabajadores pasará a emplearse en labores de vigilancia y extinción, tal como establece el decreto 52/2010, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Plan Infoex.
Ese mismo texto, que viene a ser como el libro de cabecera de todo lo relacionado con los incendios forestales en la comunidad autónoma, recoge la posibilidad de declarar la época de riesgo medio mientras está vigente la de peligro bajo. Se hará, precisa el decreto, «si la reiteración de incendios forestales y las condiciones meteorológicas aconsejaran temporalmente el refuerzo en el despliegue de medios». Y eso es precisamente lo que se acaba de hacer.
El decreto publicado por la Junta argumenta la decisión, basada en cuestiones meteorológicas y de operatividad. «En el momento actual -se puede leer- existe un elevado número de incendios en toda Extremadura, que junto con unas condiciones meteorológicas marcadas por la ausencia prolongada de precipitaciones y la presencia de un potente anticiclón, apunta a una continuidad de la sequía con unas condiciones similares a las actuales, con el consecuente riesgo para el inicio y propagación de los incendios forestales». Todo ello, añade, «hace que sea necesario disponer del máximo despliegue de medios del Plan Infoex de todas las zonas de coordinación para atender con la debida garantía las incidencias que pudieran surgir».
«Un panorama inusual»
De ahí que la declaración afecte a las cinco zonas de coordinación en las que está dividida la región a efectos del Plan Infoex durante la época de riesgo bajo (son once áreas cuando el riesgo es alto). En una de ellas, la que cubre las comarcas de Monfragüe, Ambroz, Jerte y Tiétar, el cambio se hizo efectivo el pasado día 7. Y la misma norma rige desde el 7 de febrero en las otras cuatro: Gata-Hurdes, Ibores-Villuercas-La Siberia, Cáceres centro-Sierra de San Pedro y Badajoz centro-La Serena-Tentudía.
«No estamos en una situación tan alarmante como en verano -previene Juan Carlos Gómez Roldán-, pero sí en un panorama inusual en el que conviene estar atentos y con esta declaración estamos mejor preparados para cualquier necesidad». El jefe de prevención y extinción apunta un dato a tener en cuenta. «Estamos teniendo -explica- el invierno más seco en sesenta años, y desde la primavera no ha habido diez días seguidos de lluvia, y esto ha generado una situación que no es habitual, ni en Extremadura ni en el conjunto del oeste español».
Su reflexión la confirman los números. En Galicia ha habido ya dos incendios que se han llevado por delante unas cuatrocientas hectáreas -los técnicos utilizan la terminología 'gran incendio' cuando se superan las quinientas-, y en Castilla-La Mancha, los servicios de extinción también están teniendo mucho más trabajo del habitual. En Extremadura, sólo el pasado fin de semana se declararon más de cincuenta conatos.
Lo que apuntan los datos lo corrobora Diego Gallardo, secretario de Abofoex (Asociación de Bomberos Forestales de Extremadura). «Los compañeros están haciendo un esfuerzo tremendo este invierno, porque la carga de trabajo es muy grande», reflexiona Gallardo. Para el colectivo, pasar a época de riesgo medio tiene dos lecturas. La positiva es que la tarea se repartirá, al estar toda la plantilla disponible. Al haber más retenes, se facilita, por ejemplo, que los de una zona acudan a ayudar a quienes trabajan en un siniestro localizado en otra área de coordinación. La lectura negativa es que hay trabajadores que están de vacaciones, o disfrutando de días de permiso, y han tenido que renunciar a ellos.
Otra consecuencia de la declaración afecta principalmente a los trabajadores del campo. «Queda prohibida -especifica el decreto- la quema de rastrojos y pastos de cosecha en todo tipo de terrenos, excepto por motivos fitosanitarios, previo informe favorable del órgano competente para ello». «Respecto a las quemas de restos vegetales en terrenos agrícolas -añade- quedan prohibidas cuando se realicen a menos de 400 metros de distancia de vegetación de carácter forestal y con una separación mínima de 25 metros de cualquier otra vegetación susceptible de arder». Además, «quedan expresamente prohibidas la quema de restos de naturaleza forestal en zonas forestales, la quema de matorral en pie y las de la vegetación propia de linderos entre fincas o parcelas». Por último, «quedan sin efecto las autorizaciones de quemas de restos de naturaleza forestal».
La pregunta aún sin respuesta es cuándo terminará la época de peligro medio para volver a la de bajo. La declaración de riesgo alto suele entrar en vigor bien el 15 de mayo bien el 1 de junio, según el año, y suele extenderse hasta el 1 o el 15 de octubre, por lo que cabría la posibilidad de que del riesgo medio se pasara directamente al alto. «Confiamos en que no sea así -reconoce Juan Carlos Gómez Roldán-, esperemos que las condiciones meteorológicas extremas que tenemos ahora desaparezcan y se pueda levantar la declaración de riesgo medio». En el Infoex, como en tantos otros colectivos de la región, estos días miran al cielo. Es un anhelo compartido: que llueva ya.
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