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CÁCERES

«Todavía no soy mayor para un homenaje»

El pintor es protagonista de un tributo que le brindan esta noche 16 autores de la ciudad Ángel Sotomayor Artista y gestor cultural

CRISTINA NÚÑEZ

Viernes, 24 de febrero 2012, 09:45

«No sé si tengo 46 años o 47, no estoy seguro, pon 46», duda en plan enigmático Ángel Sotomayor. «Estoy en el ecuador de mi creación, todavía no soy mayor», parece justificarse. Se dice que en este país los homenajes llegan cuando uno es muy mayor o cuando ya ha muerto, pero en este caso la excepción confirma la regla y un puñado de artistas (jóvenes y mayores, de distintas disciplinas y estilos) rinden tributo a esta persona en un momento de plenitud y vitalidad. «Lo veo divertido porque es una cosa entre amigos, sino me daría miedo», confiesa este pintor.

Esta noche, a partir de las 21,30 se inaugura la muestra 'Interpretando a Sotomayor' en el bar 'La Traviata'. Los «homenajeadores» son Sara Polo, Jonathares, Paco Rosco, Patxidifuso, Fran Barrios, Jesús David Flores, Mayka Cortés, Ana B. Carretero, Delia Sánchez-Matas, Felipe Pulido, María Córdoba, Elisa Olmos, Antoine Pérez, Jesús David Floriano, Emilio González y Little Mar. Personas que han colaborado con Ángel Sotomayor en distintas exposiciones y muestras. Pintores, artesanos, autores pop, cuentacuentos y hasta cantantes. Es un agradecimiento a la labor de palanca cultural que ejerce este hombre. Ángel Sotomayor propone retos, exposiciones colectivas, lanza ideas, a modo de ejercicio de estilo. Ha colaborado con Sara Polo en los montajes del Habana Espacio Libre y ha armado un buen número de muestras en los últimos años, entre las más recientes la de 'Nancy Pin up' que se exhibe en el Palacio de Congresos o 'Cenizas', que se inauguró ayer en Belles Artes.

«A la vez que ellos aprenden e indagan en esa temática yo también aprendo y me lo paso muy bien, me refrescan mucho las ideas». Sotomayor ha logrado crear una red de artistas tirando del hilo, estableciendo contactos y siempre, dice, con un espíritu muy abierto, sin restricciones ni sectarismos. «Yo valoro muchísimo la naturalidad con la que asumimos la creación, no lo asumimos como algo que nos distancie del resto, sino como algo especial que tenemos pero que tenemos para darlo».

«Me valoran como amigo, consideran que tengo una impronta muy fácilmente identificable, que tengo una personalidad un poco efervescente, que me gustan los animales, que soy una persona un poco peculiar», explica el artista, que confiesa saber poco de lo que le espera esta noche. «Solamente me han dicho que me ponga guapo». Lo hará.

Ángel Sotomayor nació en Hoyos y pasó 14 años en las Palmas de Gran Canaria, adonde fue destinado su padre, que ejercía como maestro. Licenciado en Historia del Arte, vive en Cáceres desde hace 20 años, rodeado de perros (nada menos que siete) y un número imprecisable de gatos. Vive de su pintura, de la decoración y de las antigüedades. Sus rostros de largos cuellos son un rasgo muy distintivo de su arte. Se parecen algo a él, como hijos que heredan genes. A veces su economía es precaria, aunque se ha acostumbrado a vivir con poco. Frecuenta un grupo de amigos que funciona como una particular familia.

Poco amante de los viajes, transita la ciudad y paladea sus ventajas: su tamaño, la cercanía, la empatía con sus habitantes, la falta de anonimato, que protege contra la soledad. Así es, a grandes pinceladas este autor, que esta noche se dará un placentero baño de amistad y cariño.

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