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Emilio Cortés Bechiarelli, sentado en la biblioteca de la Facultad de Derecho. :: Lorenzo cordero
«La presunción de inocencia y el derecho al honor tienen poco arraigo en España»
Emilio Cortes Bechiarelli en zona de paso

«La presunción de inocencia y el derecho al honor tienen poco arraigo en España»

Integrante junto a Cobo del Rosal del equipo de abogados que defendió a Rafael Vera en el caso GAL, es un gran experto en los delitos de dopaje y corrupción deportiva Emilio Cortes Bechiarelli Profesor de Derecho Penal y exdecano de la Facultad de Derecho de la UEx

JUAN DOMINGO FERNÁNDEZ

Sábado, 12 de noviembre 2011, 02:54

Emilio Cortés une a su probada formación jurídica, un carácter afable y una capacidad didáctica y expresiva que convierten su charla no en una lección abstracta y distante, sino en una amena disertación a través de los complejos engranajes de una disciplina que exige rigor y precisión. Director de la Cátedra de Derechos Humanos 'Manuel de Lardizábal' de la UEx, en esta entrevista se muestra crítico con la realidad de esos juicios paralelos que estigmatizan a Alberto Contador, al Moranco de Triana con el asunto del pub Arny o a una deportista como Marta Domínguez. Y por otra parte es rotundo: «Hay que revisar el papel de la policía judicial en la investigación de los delitos».

-Sostiene que cuando la justicia se ha acercado al pueblo, siempre ha salido mal. ¿Cómo es eso?

-Refiriéndome al jurado popular. Porque no creo que haya ningún argumento que justifique el jurado popular. Ni siquiera el argumento que dicen algunos de que los jueces profesionales no están preparados. Pues que se preparen. Pero la justicia no se puede dejar en manos de... A mis alumnos les pongo el ejemplo de la aviación civil o de la medicina. Imaginemos que en una operación de oftalmología o en una operación de cirugía cardiaca se sorteara quién tiene que ser el cirujano. Tenemos que plantearnos si en una sociedad como la nuestra, ocho, diez o doce años de prisión son más importantes que una supervivencia cardiaca. Ese es el debate. Estoy convencido que mucha gente preferiría jugarse el corazón en una operación a estar cuatro horas en un centro penitenciario. Nunca gusta la cárcel, el político lo sabe y por eso amenaza con ella. Lee el resto de la entrevista en Kiosko y Más

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