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BADAJOZ

«Un traje hecho a mano, si no cambias mucho, puede durar hasta 20 años»

Aunque la sastrería se esté convirtiendo en un oficio en extinción, la calidad que ofrece hace que permanezca Felipe Velázquez Sastre

ÁNGELA PÉREZ

Martes, 26 de julio 2011, 04:08

El oficio del sastre es uno de los muchos que la modernidad y las nuevas técnicas están haciendo desaparecer. Pero aún en la capital pacense se pueden encontrar a algunos de esos artesanos de la tela que se niegan a que la profesión desaparezca. Felipe Velázquez es uno de ellos. Una de las personas que siguen con el oficio que un día heredó de su padre y que a día de hoy permite que los pacenses se puedan vestir a medida.

-¿Cómo trabaja un sastre tradicional?

-Lo primero es enseñar el tejido a los clientes. A partir de su elección, tomamos las medidas, cortamos y confeccionamos. Tras hacerse una prueba ya podemos entregarle su nuevo traje. Pero este oficio también ha evolucionado, ya no es tan tradicional como antes. Ahora podemos utilizar prototipos que ya tenemos confeccionados y las máquinas son más novedosas aunque la tiza y la cinta métrica las seguimos usando de la misma manera.

-¿Cuánto tiempo tiene que dedicar a hacer una prenda?

-Habitualmente tres o cuatro semanas. El tiempo medio es un mes pero si es necesario correr un poco se puede tener en 15 o 20 días. Eso sí, dentro de lo posible les pedimos a los clientes que acudan con una antelación de un mes o mes y medio.

-¿Qué diferencias hay entre un traje comprado y otro hecho a medida?

-Un traje hecho está cortado uno a uno y exclusivamente con las medidas del cliente. Tiene el largo del brazo, de las piernas, la anchura, todo personalizado. Además, con estos trajes se pueden elegir una serie de detalles como bolsillos de una forma u otra. Son una serie de características que en los ya hechos no se pueden cambiar, se le puede hacer algún arreglo pero no tiene nada que ver. Desde luego que estos trajes quedan muchísimo mejor. También hay gente que tiene buena percha y se ponen un traje confeccionado de los que ya hay y le quedan perfectos pero eso depende del cliente. Eso sí, siempre la calidad es incomparable. Tenemos clientes que vienen con sus trajes hechos hace 8, 10 o 12 años y ahora han cambiado, están más delgados o más gruesos, y se pueden retocar después de tanto tiempo, cosa que con los confeccionados no, si engordas dos kilos ya no sirven para nada. Así que un traje hecho, si no cambias excesivamente, te puede durar fácilmente 10, 15 o 20 años.

-¿Qué prendas confeccionan?

-Hay de todo pero normalmente son para bodas. Para novios o padrinos, los principales del enlace, que es a los que les gusta llevar un traje hecho a medida porque les va a ver todo el mundo. También contamos con clientes como el ejecutivo que usa trajes diariamente y que tiene sus dos o tres hechos a medida para las ocasiones especiales. Pero el tema de las bodas es uno de nuestros fuertes. Además, hacemos pantalones sueltos, americanas, chaqués, chalecos, etc. Tenemos un abanico de varias opciones. Eso sí, nuestros clientes son de todo tipo, no solo los de élite, a día de hoy todo el mundo se puede permitir hacerse un traje para este tipo de ocasiones.

-¿Cuánto tiempo lleva dedicado a esta profesión? ¿Cuántos trajes ha podido confeccionar ya?

-Esto viene de familia. Quien montó la Sastrería Velázquez fue mi padre hace 55 años y yo he seguido con la tradición. Llevo al frente de la empresa unos 15 años. Trajes puedo llevar muchos. Sí es verdad que antes se hacían más que ahora. Han bajado un poco porque a día de hoy hay más variedades de confección. En los tiempos de mi padre había la costumbre de que en ciertas fechas como Semana Santa, Pascuas o la Feriade San Juan la gente estrenaba un traje nuevo. Ahora, sin embargo, ese tipo de costumbres se han perdido. Si esto se suma a la oferta de trajes ya confeccionados donde encontramos más largos, más cortos, con diferentes patrones y demás, es natural que ahora se hagan menos. Aún así, seguimos haciendo muchos. A lo mejor podemos confeccionar 200 o 300 trajes al año, esto siempre dependiendo de cómo esté la economía. La crisis aquí también se nota.

-El oficio del sastre en Badajoz ¿se está perdiendo?

-Sí y no solamente en Badajoz si no en toda España. Si vas a cualquier ciudad ya es difícil encontrar a gente que haga trajes a medida. No sé por qué. La gente a lo mejor prefiere ir al traje ya confeccionado porque se lo prueba, se lo compra y a lo sumo en tres días se lo lleva. O también puede ser que no haya nuevas generaciones que quieran seguir con los negocios familiares. Se terminan las generaciones y la sastrería se extingue pero nosotros aquí seguimos. En mi caso, de momento no tengo hijos pero sí me gustaría que el negocio no se acabase conmigo. Llevamos ya 55 años y tenemos un nombre en Extremadura, nos conocen, por eso no quiero que termine. Además, no solo por el negocio también por la clientela, por la tradición. Hay cosas especiales que se viven como cuando un cliente te dice 'tu padre me hizo a mí el traje de boda y tú se lo has hecho a mi hijo'. Son sensaciones que a uno le gustan.

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