

Secciones
Servicios
Destacamos
M. I. R. PALOP
Sábado, 4 de junio 2011, 02:15
Hoy Francisco Zambrano (Fuente de Cantos, 1947) está casando a su hija en Jerez de la Frontera. Está de celebración, pero nosotros, también estamos de fiesta. Tener a un flamencólogo de la talla de Francisco es un lujo. Una fuente donde beber del estudio, las vivencias en primera persona y sobre todo, del empeño de un extremeño que con su osadía y el trabajo bien hecho consiguió que los cantes autóctonos de nuestra tierra fueran considerados como tal. Francisco Zambrano ha aparecido en la mayoría de estas entrevistas, bien por el trabajo realizado en la difusión de este arte, por la admiración que le profesan muchos aficionados, o por sus iniciativas. Es el autor de la única biografía publicada del Porrina de Badajoz. 'Vida y Obra de Porrina de Badajoz' editada por la Diputación de Badajoz. Un trabajo de investigación, 'de campo' a base de entrevistas, visitas al registro, más entrevistas... y, en definitiva, tras la labor de aglutinar el legado que dejó el 'marqués' al margen de su cante: las vivencias, anécdotas que todavía pueden escucharse entre aquellos, que aún en la Plaza Alta se aferran al lugar para rememorar una época. Ellos son los testigos de esos años dorados de cante. Son los que tuvieron la suerte de compartir algún 'momento mágico' con nuestro 'gitano y de Badajoz'. Con ellos también habló Zambrano. Nosotros, intentamos escucharlos a todos.
-Tratándose del Porrina el refrán 'Nadie es profeta en su tierra' es el más acertado para resumir lo que fue su vida en Badajoz...
-Pues sí, no se le hizo justicia en su tierra. Estando vivo, y siendo una figura nacional desde que triunfó: desde 1952 con la Copla Andaluza hasta que muere en 1977. Es curioso que cuando empieza la etapa de los festivales en el 1972 con un 'grandiosísimo' festival con las primeras figuras de aquel momento, Porrina no estuvo, siendo la primera figura.
-'El Madalena' en una anterior entrevista comentaba que fueron los directivos de la época...
-Cuando hice el libro, entrevisté a mucha gente, y la pregunta del millón era, ¿por qué no actuó?. «Quería cobrar como el que más' me dijeron, pero, ¡eso es evidente!. Luego han querido justificarlo pero no tiene una justificación. En el libro queda claro. Fue una espina que siempre tuvo clavada, y lo dijo muchas veces. Al igual que quería una calle en Badajoz. Él que llevaba el nombre de Badajoz por todos los sitos, siempre reivindicó su lugar en la ciudad. La condición tras triunfar es siempre volver para ser reconocido en su tierra, y aquí en Badajoz, no le dieron su sitio.
-¿Qué diría ahora al ver su estatua, su calle...?
-¡Por fin se me reconoce!
-¿Cuánto hay de Francisco Zambrano en todos esos logros?
-Lo planteamos en 1985 y tras el reconocimiento y recuperación de los cantes, se culminó con la estatua del Porrina, que en principio iba en la Plaza Alta, pero en aquella época, prácticamente no se podía subir. Presidía una comisión y finalmente se decidió que se hiciera en la Plaza de la Soledad, donde siempre le había cantado a la Patrona de Badajoz.
-Hablando de cante, ¿en qué consiste el 'mairenismo'?
-Surge con el encumbramiento de Antonio Mairena y con toda una doctrina que quería relegar, según entendían, al cante ligero o 'chico'. Por ejemplo, denostan el fandango. Es el endiosamiento de Mairena con su doctrina del cante gitano andaluz, que fue muy excluyente. Para él, el cante tenía que ser gitano y andaluz.
-¿Y usted qué opina de esa doctrina?
-Creo que está ampliamente superada. Es evidente que el flamenco es el fruto de un mestizaje a través del tiempo: de los moriscos, los negros, los payos, los gitanos... El flamenco es el fruto de un mestizaje. Es puro porque no hay un arte que exprese mejor los sentimientos, y los sentimientos son lo más puro, pero musicalmente es el mestizaje a través de los tiempos.
-¿Por qué en la época del Porrina se le tachaba de no dar el perfil de la ortodoxia?
-Porque al aparecer el neoclasicismo y el mairenismo en el cante, las figuras de la Ópera Flamenca se tenían que adaptar a lo que quería el público. El Porrina se entendía que había hecho esas voluntades. Es lo mismo que le pasaría ahora a José Mercé o Enrique Morente. Pero esto tiene que existir. Es bueno para la evolución del flamenco. José Mercé me dijo un día que Porrina sería lo más actual ahora, que se adelantó a su tiempo, como Manolo Caracol. Dos cantaores geniales.
-Usted asegura que Porrina de Badajoz fue un genio del marketing como Mairena, que durante el mes que estuvo cantando en Badajoz paseaba con un abrigo de piel de leopardo por la calle San Juan, para llamar la atención...
-Es cierto, el Porrina era un genio del marketing. Se fijó mucho en esas habilidades que tenía Marchena. Los dos eran analfabetos pero tenían una inteligencia y una seguridad en sí mismos tremenda. Si todo fuera el plumaje hubiera sido un bufón, pero es que Porrina tenía una calidad artística perfecta, una voz, una afinación, un alto que era un cañón y un bajo que mecía, que estaba considerado como el mejor de todos los tiempos. Como artista era una voz con esos claroscuros, como mi paisano Zurbarán y esa inteligencia natural. Por eso era un primera figura sin tener y partiendo de un territorio no considerado como epicentro de la geográfica del cante. No nació en Jerez, ni en Sevilla. Nació en Badajoz. Y si nuestra tierra fue conocida en la materia fue por Porrina.
-¿Existe actualmente algún Porrina?
-No, pero ahora estamos en una etapa buenísima. Tenemos a Miguel de Tena y otra serie de cantaores que por primera vez cantan sin complejos. Pedro Cintas, Merino, Cantero, ahí, ganando y compitiendo. Tenemos el toque de Javier Conde y un recreador del toque extremeño, Miguel Vargas. Él toma los silencios de Diego del Gastor y funde con Niño Ricardo y otros artistas, y hace auténtica recreación del toque extremeño. También hay una serie de tocaores importantes, Joaquín Muñino, Francis Pinto, Juan Manuel Moreno que están ahí, a la altura de cualquiera. En el baile, de testimonio de porte extremeño: El Peregrino y Jesús Ortega como figura, y muchos chavales jóvenes que están tocando y bailando. Me siento orgulloso porque es el fruto de la semilla que sembramos hace 40 años, y esto es casi ayer.
-A lo largo de esta veintena de entrevistas realizadas he encontrado 'divismo' entre algunos artistas, pero lo que más me ha llamado la atención es haberlo encontrado en algunos aficionados...
-El divismo de los artistas es explicable porque la misma condición lleva la misma vanidad, es una constante, pero necesaria. No lo entiendo entre los demás. Cuando uno tiene que dirigir una peña flamenca tiene que estar al servicio de los otros, de los aficionados, pero unos lo toman para hacerse un nombre y en ese caso no está justificado. Entre los artistas sí, porque son los creadores.
-¿Qué necesita el flamenco extremeño?
-Ahora ha surgido el Centro Extemeño del Flamenco con expectativas de ser un centro de estudio y asesoramiento, pero al flamenco organizado no le hace falta dirigirlo, le hace falta unión y libertad porque en el momento que lo dirijas, no lo creas. Y lo más importante son los artistas, y ahora gracias a Dios tenemos un buen capital. El flamenco organizado está muy atomizado. Ahora se inicia una etapa de reorganización con el nacimiento de la dos federaciones, que deberían llegar a la confederación.
-El Porrina se quedó con la espina de no figurar en el cartel del gran Festival de Flamenco que siempre soñó en Badajoz, pero, ¿cuál es la suya?
-No tengo espina pero sí me gustaría que en Badajoz hubiera un festival como el de las Minas, en el que pudiéramos potenciar nuestros cantes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.