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NATALIA REIGADAS
Viernes, 13 de mayo 2011, 15:57
Vente a Alemania, Pepe... O a Francia, Suiza, Argentina, o Estados Unidos. 1.711 extremeños han hecho las maletas en los dos últimos años y se han marchado a vivir a un país extranjero. La crisis económica y la falta de empleo en la región son las causas más probables de esta nueva emigración. En total hay 24.863 nacidos en Extremadura que ahora están repartido por todo el mundo.
Este dato se desprende del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) a 1 de enero de 2011. Este estudio del Instituto Nacional de Estadística no recoge a todas las personas que se marchan temporalmente del país, sino a los que se han decidido a vivir en el extranjero. Es decir, no incluye a los estudiantes sino a las personas que han elegido abandonar España por una larga temporada o para siempre.
Los 1.711 extremeños que han optado por esta opción desde que comenzó la crisis suponen una subida del 6,8% en las salidas al extranjero y la crisis se perfila como la primera causa. «Esta incidencia está claro que ha servido para reactivar la emigración. Así lo ha puesto de manifiesto por ejemplo la salida de españoles hacia la vendimia francesa o la de trabajadores del subsector de la construcción hacia países de América del Sur, África e incluso Asia», explica Antonio Pérez Díaz, profesor de Geografía de la Universidad de Extremadura y experto en demografía.
«También podría tenerse en cuenta que ha aumentado mucho la cifra de alumnos de Erasmus que tienen la oportunidad de conocer otros países europeos y que, una vez que finalizan aquí su carrera, vuelven allí para buscar empleo, volver a encontrarse con amistades que hicieron durante su estancia, etc...», añade Pérez Díaz. Este experto apunta a esta razón como una de las causas de la paridad en la emigración. Hace años, marcharse al extranjero era cosa de hombre, pero actualmente está al 50%. Las cifras de mujeres que residen fuera son similares a los hombres.
Otra explicación son los hijos de los antiguos inmigrantes. Es decir, nacidos de los extremeños que se marcharon en los años 50 y 60 que tienen la nacionalidad española, pero residen fuera. Evidentemente aquí hay equilibrio de sexos. «Otro factor a considerar es el envejecimiento del colectivo emigrante en el exterior, lo que ha determinado un reagrupamiento familiar que también redunda en beneficio de este equilibrio entre sexos», añade el profesor de la UEx.
Las grandes ciudades, debido a su tamaño, han sido las que más vecinos han perdido en estos dos años. La subida más pronunciada, la ha sufrido Cáceres, que ha aumentado el 13,5% su emigración en este periodo. De esta capital provincial se han marchado 269 vecinos al extranjero. Le sigue en el ranking Mérida con un crecimiento del 12% y 65 vecinos más en el exterior. En Plasencia ha aumentado un 10,4% (se marcharon 73 vecinos) y en Badajoz un 7,2% (se fueron 183).
Sin embargo, aunque las cifras son menores, esta nueva emigración ha tenido mucho más impacto en las localidades pequeñas. En estos municipios hay subidas que rondan el 30%, ya que perder vecinos cuando hay poca población es mucho más notable.
El récord regional lo tiene Pozuelo de Zarzón con un repunte de la salida al extranjero del 33%. Se trata se algo anecdótico, sin embargo, ya que han emigrado 16 vecinos en dos años; pero claro, esta localidad solo cuenta 568 habitantes.
Un ejemplo más real de la situación es Fuente de Cantos, con una subida del 14%. Maximina Delgado, su alcaldesa, asegura que se trata de un fenómeno normal. Alega que los que se marchan no son tanto vecinos del pueblo, sino inmigrantes que regresan a sus países. «Los marroquíes permanecen, pero hay muchos ecuatorianos y bolivarianos que se han marchado debido a la falta de empleo».
«Nos venía muy bien que estuviesen aquí», se lamenta, y es que su municipio roza los 5.000 habitantes y necesitan que crezca la población para recibir más ingresos estatales. También hay una subida importante en Torre de Don Miguel (18%). Su alcalde, Ernesto Iglesia, sin embargo, explica que se trata de emigrantes de los años 50 y 60 que van y vienen del pueblo a los países donde fueron, ya que tienen a la familia allí.
Tal y como plantea Iglesia, y más allá de la importante subida en estos años de crisis, la llamada emigración histórica es la que más peso sigue teniendo en el PERE de los extremeños. Hay zonas de la región donde la tasa de emigrantes, es decir, el número de vecinos que viven fuera del país en comparación con los que continúan en el pueblo es altísima. Este fenómeno se da especialmente en los pueblos del norte de Cáceres y en la comarca de La Serena. «No es de extrañar que la mayor incidencia sea en los municipios de menor tamaño porque eso predispone en mayor medida a la emigración. En cualquier caso, estos datos elevados se corresponden con una emigración histórica, de los años sesenta y setenta», concluye Antonio Pérez.
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