160 AÑOS DE MÚSICA

E n la primavera del año 1851, España vivía vientos de modernidad después de que en febrero se hubiese inaugurado la segunda línea férrea del país, la que hacía el trayecto Madrid-Aranjuez. Sólo seis años antes de esa fecha, se había estrenado sobre las tablas del teatro el 'Don Juan Tenorio' de Zorrilla, el drama que elevó a modelo psicológico un determinado tipo de comportamiento masculino poco escrupuloso en sus relaciones amatorias. La España que anhelaba participar del desarrollo económico que la industriazación extendía por Europa convivía con la España eterna de espadín caballeresco y temor de Dios.

Ese año hubo otras efemérides notables: En el mes de septiembre se fundó el The New York Times, el más prestigioso diario norteamericano hasta las fechas actuales y, ya en diciembre, se produjo la publicación de una novela extraordinaria, 'Moby Dick', de Herman Melville. Y hay más fechas para recordar de ese año, relacionadas tanto con la cultura como con la ciencia porque, el 11 de marzo, Verdi extrenó en Venecia su inmortal 'Rigoletto'y pocos días después, Foucault demostró la rotación de la tierra con su famoso péndulo.

No dejó tampoco de haber nacimientos destacados en el país, como el del dramaturgo Vital Aza o el de la Infanta Isabel 'la Chata', un personaje de la realeza que acabó siendo aceptado con alborozo por el pueblo llano, que la hacía objeto de su respeto en el paseo o en los toros. También ese año se produjo un nacimiento muy cercano que nos ocupa en esta columna, de una corporación en este caso, el de la Filármonica de Olivenza, que aguanta el tirón de la edad en plena actividad y celebrando diversos actos para conmemorar el 160 aniversario de su creación.

Algunos de estos actos tuvieron lugar el pasado fin de semana en la Casa de la Cultura oliventina. El concierto del sábado tenía el atractivo del estreno del himno con que se ha dotado la antañona banda extremeña después de que un compositor de Amposta, Lionel Beltrán Cecilia, haya puesto música a la letra hecha por el escritor y hombre de medios de comunicación Curro Gadella. «La Filarmónica prestigio y arte,/punto y aparte, pauta y criterio./En sus vitrinas premios y honores/le dan valores de magisterio», dice una de sus orgullosas estrofas.

Los autores de letra y música asistieron al estreno de la pieza, uno junto a otro en primera fila, mientras el director Salvador Rojo Gamón llevaba a buen puerto la conjunción de sus músicos con las voces del coro 'Virgen de la Caridad de la Garrovilla', que dirige Emilio González Barroso. Los espectadores que llenaron las sillas del local quizá no controlaban aún todos los detalles del nuevo himno, aunque hicieron sus pinitos para acompañarlo con el mismo entusiasmo con que secundaron el pasodoble 'Olivenza' que siguió después.

Si esto fue el sábado, el domingo los aficionados a la música estaban convocados para asistir al tercer concierto protagonizado por la Banda de la Federación Extremeña de Bandas de Música, integrada por jóvenes menores de 30 años procedentes de toda la región. Dirigió a la formación el maestro Jerónimo Gordillo que, en tan solo unas horas de convivencia, supo convertir al grupo en un conjunto lleno de firmeza y sensibilidad.

Si hemos hablado del paso del tiempo en la música de la Filarmónica, de tiempo desgranado con miedo, de censura, represión y muerte habla también la exposición que permanecerá abierta hasta el 9 de abril en la Sala 'Vaquero Poblador' de la Diputación Provincial de Badajoz. 'Retratos anónimos. La Matanza de Badajoz 1936' supone la primera aproximación de un colectivo de jóvenes artistas de la ciudad al sangriento episodio de la guerra civil. El pintor Gonzalo Sáenz de Santa María Poullet ha dado rostro deformado, expresionista y picassiano a las víctimas anónimas de aquella matanza ahora que se cumplen 75 años de la misma.