Buitres en un muladar de Descargamaría, en una instantánea tomada el pasado mes de octubre. :: PALMA
REGIONAL

Ganaderos piden medidas que eviten que los buitres se coman sus reses

Medio centenar de carroñeras devoró el domingo una vaca viva y la cría que acababa de parir junto a Monfragüe

PILAR ARMERO

Viernes, 11 de marzo 2011, 09:29

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A Inés García todavía le cuesta creer lo que sus ojos vieron el domingo pasado. Estaba en su finca de Cabezabellosa y tras asistir al parto de una de sus vacas fue a comprobar cómo se encontraba el resto del ganado.

Lo que se encontró a la vuelta fue a la madre y a la cría, que apenas una hora antes había dejado vivas, totalmente devoradas por medio centenar de buitres que seguían intentando sacar tajada de los dos animales.

«Nunca me había pasado nada igual y la verdad es que tengo miedo, porque buena parte de las reses están para parir. ¿Qué tengo que hacer? ¿Quedarme las 24 horas del día vigilando?», se pregunta.

A la ganadera cacereña no le había ocurrido nada igual antes, pero a su vecino Diego García de la Peña, sí. «El 12 por ciento de las bajas que tengo a lo largo del año es por los buitres», asegura.

Los terrenos en los que trabajan se encuentran en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe, donde existen dos muladares que, a la vista de estos testimonios, parece que no son suficiente para alimentar a las carroñeras.

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Los afectados por las pérdidas creen que la administración sobreprotege a las aves en detrimento del ganado doméstico, que es su recurso de vida. Por ello piden que se tomen las medidas necesarias para evitar que se continúen dando casos de este tipo.

El problema no es exclusivo de la zona de influencia del Parque Nacional, en el que sí es cierto que las quejas de los ganaderos por el ataque de buitres es repetitiva, según se reconoce desde la Consejería de Medio Ambiente. Normal, dado que esta reserva acoge a una de las mayores colonias de buitres de la Unión Europea.

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A partir de las vacas locas

En cualquier caso, esta situación surgió hace nueve años, cuando a raíz de la aparición de la Encefalopatía Espongiforme Bovina el Parlamento Europeo prohibió que se incinerasen o abandonasen en el campo los cadáveres de ovino, bovino y caprino, como se hacía tradicionalmente y que servían como sustento natural de muchas aves. Así se determinó como fórmula para evitar problemas de transmisión de la enfermedad, popularizada como 'mal de las vacas locas'.

La norma obligó a los ganaderos, además, a pagar un seguro para que los animales muertos fueran trasladados hasta muladares, recintos cerrados que sirven de comedero a las carroñeras y a otras especies como las rapaces.

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La norma no convenció desde el principio a unos ganaderos, que advirtieron de un problema que desde entonces (2002) les complica en su tarea. «Cumplimos con la ley y pagamos un seguro, en mi caso de 300 euros, para que nos recojan los animales. Sin embargo, nos sentimos desprotegidos y no quiero ni imaginar qué pasaría si a alguien le da por matar o herir a un buitre», apunta Inés García.

La ley, sin embargo, va a estar pronto de su parte, ya que la primavera de 2011 es la fecha que fijó el Parlamento Europeo en 2009 para que entrase en vigor la reforma del reglamento que prohibe abandonar o quemar cadáveres. Se permitirá hacerlo en determinados casos en los que se evalúe realmente el problema que plantea.

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Extremadura, por la fuerte convivencia de la tradición ganadera y la población de aves que acoge, podría verse favorecida por esta marcha atrás a la que se ha visto obligada la Unión Europea, ante la insistente presión de comunidades autónomas, asociaciones agrarias, cinegéticas, conservacionistas y el propio Ministerio de Medio Ambiente.

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