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VÍCTOR GUERRERO BOTE
Martes, 1 de marzo 2011, 09:29
Las agrupaciones que participan en el concurso del Carnaval de Mérida siempre utilizan como referente a las comparsas y chirigotas del Carnaval de Cádiz. La influencia es clara. Esto no es nada nuevo. En este sentido, y utilizando la terminología gaditana, se puede decir que el certamen emeritense ya tiene a sus cajonazos. Una palabra que se utiliza tradicionalmente en el certamen de la Tacita de Plata para denominar a aquellas agrupaciones que se han quedado fuera de la final, pero que por su calidad y por lo mucho que han gustado al público se merecían pasar de ronda.
La gran mayoría de los aficionados a la fiesta coincide en que las chirigotas Los cazurros romanos y Se muera mi mama que eso es un audis son claros cajonazos.
Según indica Fermín Álvarez, portavoz de Los cazurros romanos, la opinión del grupo es la misma que la de los últimos años. Cree que la sintonía entre el público y el jurado no es buena. Por eso, asegura, hay ese 'mal rollo' entre los grupos que acceden a la final y los que no lo consiguen. «Está claro que las puntuaciones las dictamina un jurado de varias personas, pero la opinión del público es parte fundamental para saber si la agrupación gusta o no», comenta.
«Uno se da cuenta desde el escenario cómo ha sido su actuación. En nuestro caso vimos la conexión con el público, el buen ambiente que se creó y el grato sabor de boca con el que finalizamos nuestra interpretación», señala Álvarez, quien deja claro que los miembros de la chirigota no están enfadados y que para ellos, asegura, el Carnaval está en la calle.
Juan José Suárez, representante de la chirigota Se muera mi mama que eso es un audis, prefiere no hablar 'en caliente' tras quedarse a las puertas de la final. Según indica, las expectativas de su grupo no se han cumplido. «Esperábamos un poco más y la reacción que tuvo el Palacio de Congresos con nuestro grupo no se ha visto reflejada en el veredicto del jurado».
Quiere pensar, aunque reconocen que tiene sus dudas al respecto, que no se han visto perjudicados en su puntuación por el segundo pasodoble que cantaron en la jornada del pasado sábado (segunda semifinal), en el que criticaron al alcalde de Mérida, Ángel Calle, «por sus falsas promesas» y a la Asociación Cultural Carnaval Romano «por consentirlo». En su opinión, «si en un Carnaval elevas un poco la crítica y luego te perjudican, apaga y vámonos. Nos quedaremos con la calle».
Las integrantes de la comparsa femenina La J'otra están molestas. Es la cuarta vez que abren el concurso y no pasan a la final. «Otra vez ha vuelto a fallar el sonido. La guitarra sonaba a lata. Se escuchaba más la música que las voces y las letras no se entendían. La gente nos ha dicho que fue a partir del segundo pasodoble cuando se empezó a escuchar lo que cantábamos», apunta su portavoz, María del Pilar Balastegui, quien se pregunta qué estaría valorando, hasta ese momento, el jurado.
Agradecidos
Más tranquilos se muestran en la comparsa Laboratorio de Carnaval, de Fuente de Cantos. Un grupo que gustó por su excelente vocalización y unas voces muy compactadas. El público contaba con esta agrupación como posible candidato para acceder a la final. «Los concursos tienen estas cosas. Todo el que se presenta está al nivel y comprendo que sólo se pueden meter cuatro grupos en la final», comenta Cayetano Ibarra, uno de los portavoces de la agrupación, quien destaca que tenían ganas de actuar en el concurso de comparsas y chirigotas del Carnaval de Mérida y este año lo han conseguido.
«Nosotros no nos sentimos decepcionados. Estamos muy contentos por el recibimiento y el apoyo que nos han mostrado otros compañeros. Lo pasamos estupendamente y nos llevamos una buena impresión de la organización. Si el año que viene no tenemos problemas con los ensayos, porque algunos de nuestros componentes trabajan fuera y sólo podemos reunirnos los fines de semana, volveremos encantados», indica Ibarra.
Las componentes del grupo Chiriteras, ganadoras en la modalidad de chirigotas en la pasada edición, no ocultan que tienen una espinita clavada por no poder defender su primer premio. «Mentiría si dijera que no nos veíamos en la final. Estamos contentas porque la gente nos ha felicitado por la calle y la sensación con la que salimos del escenario fue buena. Nosotras interpretamos el tipo tal y como lo teníamos preparado. Si el jurado no ha entendido el disfraz o no ha creído conveniente que estemos en la final no pasa nada», afirma Maribel González, integrante de la agrupación.
Por otro lado, hoy se prevé una masiva presencia de carnavaleros en la taquilla del Centro Cultural Alcazaba, en la puerta de la calle Romero Leal. Esta tarde, a las 17.00 horas, saldrán a la venta más de 400 entradas (sólo se permite la compra de dos por persona, al precio de 6 euros cada una) para ver la final del próximo jueves. Anoche se sorteó el orden de actuación, que alternará a comparsas y chirigotas. Abrirá la velada la comparsa onubense Andaluces y punto es.
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