El Gran Café despacha nostalgia
A pie de barra, los clientes no hablaban de otra cosa que del adiós tras 27 años abierto, sacaban fotos con el móvil y se despedían de los camareros El histórico local vive su último día con un lleno total y escenas para el recuerdo
ANTONIO J. ARMERO
Lunes, 8 de noviembre 2010, 15:29
Hace «veintitantos años», Ángel Montaño, limpiabotas oficial del Gran Café, le compró la plaza a su colega Emilio. Lo hizo porque el sitio era goloso. Una apuesta segura. Una cafetería de las de toda la vida, en pleno centro de Cáceres, con una clientela fija entre la que abundaban hombres a los que les gusta ir por la vida con los zapatos limpios.
Ayer, Ángel, el limpiabotas, hizo su último servicio. Y Alfonso, uno de los camareros que aún quedan de la primera plantilla, la que empezó a trabajar el 16 de enero de 1984, tiró sus últimas cañas. Y sus compañeros, lo mismo. Y de la cocina salieron raciones que ya no volverán a desfilar por la larga barra de madera.
El Gran Café echó ayer el cierre. Y el último día de puertas abiertas en el histórico establecimiento hostelero de la calle San Pedro de Alcántara estuvo marcado por el lleno total y las escenas para el recuerdo. A pie de barra, no había más conversación entre la clientela que el adiós después de casi 27 años de historia. Unos evocaban las 'tortitas' con nata, otros los huevos fritos por la mañana, los churros o simplemente, la posibilidad de tomar un café tranquilo leyendo un periódico entre varios a elegir. Y entre anécdotas, algunos sacaban el teléfono móvil y tiraban una foto al local, mientras otros se despedían de los camareros con un apretón de manos.
El negocio no cierra por falta de clientes. Muy al contrario, la crisis no le ha hecho mella, y en los últimos dos años, su clientela ha aumentado, en parte debido a la paulatina desaparición -por cierre o por reforma- de negocios de su estilo clásico, con una decoración tradicional y casi siempre los mismos camareros aunque pasaran los años.
El Gran Café cierra porque así lo ha ordenado el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cáceres, después de que tanto él como la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo dieran la razón a los dueños del local. Tras cinco años de pelea en los tribunales, la sentencia establece que la empresa que gestiona el negocio (Inversiones Hosteleras) debe devolver el bajo y el sótano del edificio situado en el número seis de la calle San Pedro de Alcántara a sus dueños (la empresa Sogetebex).
La consecuencia principal es que se quedarán en el paro quince trabajadores, entre cocineros y camareros. Ahora, el sindicato que les defiende presentará una demanda contra Inversiones Hosteleras para intentar que las quince bajas sean consideradas despidos improcedentes. En ese caso, la prestación que cobrarían por los años trabajados y cotizando sería de 45 días por año trabajado. Si por el contrario, el juez no estimara que estamos ante un despido improcedente, probablemente cobrarían una indemnización de 20 días por año trabajado. De ellos, 12 los pagaría Inversiones Hosteleras y 8 el Fogasa (Fondo de Garantía Social).
En cualquier caso, la solución tardará en llegar. Mientras tanto, varios de los camareros expresaban ayer su confianza en que, a pesar de la difícil tesitura económica actual, encuentren un trabajo. Su principal aval serán los años de servicio en un local con solera. «La principal característica del Gran Café -resume Alfonso, su camarero en ejercicio más veterano, uno de los que ya estaba el día de la inauguración- ha sido siempre que quien venía, podía pedir lo que le apeteciera a cualquier hora». Y cita ejemplos: los churros por la mañana, el chocolate para merendar, las gambas al ajillo desde por la mañana temprano...
Como fedatario de lo que ha sido el Gran Café, quedan los recuerdos de los clientes. Y también, el libro de firmas, un catálogo de ilustres que han pasado por la ciudad: Ibarra, Vara, Juanito Navarro, Antonio Ozores, Ángel de Andrés, Wolf Vostell (con dibujo incluido), Juan Luis Galiardo, Javier Ruipérez, Tip, Coll, Javier Gurruchaga, Luis Mateo Díez, Carlos Carnicero... O sea, una parte de la historia de Cáceres.